Capítulo 27
- No cantes victoria, Emma… -
dijo Borias cabreado mientras se bajaba del caballo y se encaminaba hacia la
rubia. – Quiero un duelo… Tu y yo…
Emma sonrió al guerrero.
- Te he vencido, Borias… - dijo
encarándole. – Admite tu error… Perdiste…
- Nunca pierdo rubita… - dijo
acercándose más a Emma. - ¿Tienes miedo de que te derrote ante la vista de los
dioses? – dijo sonriendo.
Emma apretó la mandíbula. En el
fondo tenía miedo de ser derrotada y humillada delante de Regina, quien sabía
que la estaba viendo desde un lugar cercano.
- Muy bien… - dijo dándole la
bandera a Hércules. – Acepto…
- Emma… - dijo Hércules.
- No… - le interrumpió Emma
mirándole a los ojos. – Quiero hacerlo…
Hércules asintió con un
suspiró.
- Muy bien rubita… - dijo con
una sonrisa Borias. – Me gusta tu iniciativa… Me recuerdas a alguien… - dijo
mientras la miraba de arriba abajo. – Y no solo en tu forma de pelear…
- Vale ya… - dijo Emma sacando
su espada. – Acabemos con esto de una vez…
- Mmmm me gusta… - dijo
riéndose mientras sacaba su espada también y atacaba a Emma.
Emma se defendió como pudo de
ese ataque tan repentino que casi le hace perder el equilibrio. Desvió la
espada de Borias por milímetros de su cara. Pero rápidamente se recuperó
mandando una estocada directa al corazón del guerreo que Borias logró esquivar
por milímetros también.
Se separaron y se miraron a los
ojos. Midiéndose.
- Eres buena… - dijo sonriendo
Borias. – Pero sé que pronto te rendirás… Te he visto luchar en la batalla, te
he observado y he descubierto tus puntos débiles… Y ahora caerás ante mi…. – dijo
mientras con todas sus fuerzas arremetía contra la rubia, que a duras penas
lograba defenderse.
Desde lo alto de la tribuna,
las mujeres y los dos hombres asistían impotentes ante el duelo que se
celebraba abajo. Xena a duras penas era contenida por Gabrielle y Lao Ma. Y
pasaba algo parecido a Regina, que era contenida por la loba.
Borias no le daba respiro y
Emma no podía contener sin hacerse daño los envistes del guerrero, que atacaba
a Emma sin descanso. Hasta que Emma, sin darse cuenta y caminando hacia atrás
como estaba, se tropezó y cayó de espaldas, quedando boca arriba delante de
Borias, que mientras sonreía, alzó la espada con una sonrisa en los labios, y
con todas sus fuerzas, la dejo caer sobre Emma.
Regina ahogó un grito de terror
al ver tan indefensa a la rubia, he inicio, con un movimiento de mano, la
teletrasnportación para ayudar a Emma, pero rápidamente, Artemisa la detuvo y
le dijo que mirara.
Al mirar, tanto Regina como
Ruby, vieron como Emma rodaba hacia un lado justo cuando el filo de la espada
le llegaba a la cabeza, provocándole una herida un poco profunda en el hombro.
Emma
profirió un grito de dolor, ya que la punta de la espada de Borias se había
clavado en el hombro de la rubia. Borias intentó hundir más la espada para
causarle más daño, pero Emma con un movimiento, se deshizo de él, logrando
levantarse a duras penas.
La
rubia miro al guerreo con furia en los ojos, mientras que Borias miraba a Emma
con una sonrisa de lado.
- Veo que no te quieres rendir fácilmente,
rubita… - dijo acercándose a Emma sonriendo. – Ríndete… Es lo mejor…
Emma
miro con furia y fuego en la mirada al guerrero.
- Sabes
que no me rendiré… - dijo mirándole a los ojos. – Lo sabes perfectamente…
- Como
sé que dentro de poco tú estarás mirándome desde el suelo con mi espada clavada
en tu estómago, mientras te mueres lentamente… - dijo con una sonrisa de lado.
- Creo
que será al revés… - dijo mientras arremetía con fuerzas contra el guerrero,
que era ahora él quien se defendía a duras penas.
Emma
enviaba cada estocada mayor que la anterior. En su fuero interno, estaba el
pensamiento de no dejar ver a Regina como un guerrero la derrotaba.
Emma,
aunque la herida del hombro le dolía y le tiraba, pero aun así, Emma no se
detenía en sus envistes, logrando que a Borias le costara detener los golpes
con la espada. Poco a poco, Borias retrocedía ante Emma, que se iba imponiendo
sobre el guerrero.
En uno
de las estocadas que ambos se proferían, Emma hizo una magnifica finta por la
derecha, dejando algo aturdido a Borias, quien se vio con la espada de la rubia
en el cuello.
- Te
gane, Borias… - Dijo Emma con la voz casi entrecortada por el cansancio de la
pelea y el dolor de brazo.
Borias
miro primero a la espada posada en su cuello y después desvió la mirada a la
cara de Emma que lo miraba con una sonrisa en el rostro.
El
guerreo tiro la espada y alzo las manos a modo de rendición.
- Tú
ganas…. – dijo mirándola con odio a los ojos.
Emma
sonrió de lado al oír esas palabras. Poco a poco se empezó a alejar de él
mientras veía la sonrisa de Hércules.
Desde
la tribuna, Regina se sentía orgullosa de ver como su rubia había vencido a
Borias. Y no era la única que en esos momentos sentía orgullo, Xena sonreía más
que nunca, Gabrielle, Asteria y Ruby estaban maravilladas, mientras que
Afrodita y Artemisa tenían una gran sonrisa en la boca.
Ares
tenía que reconocer que Emma era una gran guerrera y Hook miraba maravillado a
la rubia.
Sin más
demora, se transportaron al campo de batalla, donde estaba Emma aprisionando a
Borias.
Emma
sonrió a Hércules al oír las palabras de Borias, entonces, poco a poco se
empezó a alejar del guerreo.
- Emma…
- dijo Regina mirando a la rubia.
Emma se
dio la vuelta poco a poco para mirar con una sonría a la morena, pero cuando se
iba a girar del todo, sintió que algo se le clavaba en el estómago.
Se le
corto la respiración y miro hacia abajo, abriendo los ojos de la sorpresa, vio
una daga clavada y una mano que la empuñaba.
-
Quiero que sepas rubita…. – dijo Borias en su oído mientras la abrazaba y
hundía más el puñal en el estómago de Emma. – Que yo nunca me rindo a no ser
que este muerto… - dijo esto último mientras lo hundía.
Emma
miro al guerrero con los ojos abiertos de par en par. Intento decir algo, pero
no conseguía articular nada. Se dio la vuelta y miro la cara de dolor de Regina
y vio tras ella a sus amigas que la miraban con la misma cara que la morena.
-
¡Emma! – grito Regina mientras veía como el guerrero apuñalaba sin piedad a
Emma. Se acercó a la rubia que había caído de rodillas. - Emma…. – dijo
mientras acariciaba la cabeza de Emma que estaba apoyada en su regazo.
La
rubia no apartaba la mirada de la morena. Hacia intentos por hablar, quería
decirle por última vez que la amaba.
Ruby
miraba horrorizada como su mejor amiga moría en los brazos de la morena y no
podían hacer nada para impedirlo.
Gabrielle
y Asteria se habían quedado paralizadas al ver aquello y Xena había
transformado su cara de impotencia a su cara de furia.
Miro al
guerrero con odio, el cual miraba con
una sonrisa como la vida de Emma se le escapaba en los brazos de la
morena.
- Te….
Te quiero, Regina… - consiguió por fin decir Emma con esfuerzo.
- No
hables, cariño… - dijo una llorosa Regina mientras acariciaba las mejillas de
la rubia. – Te pondrás bien, ya lo veras… - dijo sonriendo tristemente mientras
le caían lagrimas por los ojos.
Emma
miro a Regina a los ojos y le sonrió mientras cerraba los ojos.
- Estoy
cansada… - dijo cerrándolos.
- No….
No Emma… - dijo Regina llamando a la rubia. – Abre los ojos… - pero Emma no los
abría. – Emma….
Xena
mientras, se había abalanzado sobre Borias, sorprendiéndolo y sacando su espada
de la espalda, intentaba con todas sus fuerzas.
- Vaya,
vaya, vaya… - dijo Borias mirando a Xena de arriba abajo. – Estas muy cambiada,
Xena… - dijo con una sonrisa lasciva. – Estas mejor… El traje de cuero te
sienta muy bien…
-
Gracias, Borias… - dijo con una media sonrisa Xena mientras atacaba al guerrero
que se defendía a duras penas. – Creo que has perdido facultades… - dijo la
guerrera riéndose de Borias.
Regina,
después de asegurarse de que Ruby y Gabrielle sujetaban a Emma, Regina fue a
juntarse donde Xena.
-
Querida… - dijo mirando a la guerrera. – Apártate… Va a sufrir lo que nunca ha
sufrido en su vida… - dijo mirando con odio a Borias mientras se transformaba
en la Evil Queen.
Xena
miro a Regina con una sonrisa.
- Todo
tuyo, Regina… - dijo Xena colocándose al lado de Emma, Ruby y Gabrielle.
Regina
sonrió hacia Borias, quien la miraba con ojos lascivos al ver el traje que
llevaba.
- As
hecho daño a mi mujer… - dijo Regina mientras avanzaba hacia el guerrero que no
paraba de mirarla. – Esta herida de gravedad por tu culpa, y ahora lo vas a
pagar… - dijo mientras que con un movimiento de muñeca, Borias se retorcía de
dolor.
Borias
gritaba de dolor. Un dolor tan fuerte que no lo podía resistir.
Regina
lo miraba con una sonrisa en la boca, mientras que Borias se retorcía de dolor.
-
Regina… - dijo Emma con voz débil. – Regina…
Regina
se dio la vuelta al oír su nombre débilmente. Vio como Emma abría poco a poco
los ojos.
- Emma…
- dijo en un suspiró.
-
Déjale… - dijo Emma mirándola. – No lo hagas…
Regina
miro a los ojos de la rubia, dejando a Borias retorciéndose de dolor en el
suelo. Poco a c poco se acercó a Emma y se arrodilló a su lado.
- Emma…
Estas así por él... – dijo Regina con la voz quebrada.
- Me
recuperaré… - dijo sonriendo. – Xena dice que no es profunda…
Regina
miro a la guerrera, la cual asintió.
- Muy
bien… - dijo Regina sonriendo.
-
Regina… - dijo Artemisa. – Déjame…
Regina
miro a la diosa y le dejo espacio junto a Emma. La diosa de la caza, se
arrodillo y puso una mano encima de la herida, produciendo en la mano un
destello dorado que fue directo a la herida de Emma, cerrándola.
Emma
gimió al principio y después se quedó dormida.
- ¿Qué
ha pasado? – dijo Regina mirando a la diosa y a Emma.
-
Tranquila, solo está dormida… - dijo sonriendo a la Evil Queen y después
mirando a Emma. – Bueno, Ares, a pesar de este incidente, Emma ha ganado… -
dijo mirando a su hermano mientras se levantaba.
Ares miro
a la rubia que descansaba entre los brazos de Gabrielle.
-
Tienes razón… - dijo Ares mirando a su hermana. – Emma ha ganado… - dijo y se
dio la vuelta, marchándose de allí.
Artemisa
sonrió de lado mirando a su hermano.
Una
figura se acercó detrás de la diosa. Llevaba armadura dorada y una túnica
blanca.
-
Artemisa… - dijo. – Es mejor llevar a Emma a la habitación…
Artemisa
se dio la vuelta y miro a la mujer con una sonrisa.
-
Tienes razón, Cleopatra… - dijo mirando a Emma.
Cleopatra
sonrió.
- Yo me
encargo… - dijo Cleopatra y con un movimiento de cabeza, unos soldados cogieron
a Emma y la llevaron a la habitación
-
Espera… - dijo Regina alarmada. – ¿Dónde se la llevan?
-
Tranquila…. – dijo cleopatra acercándose. – Está a salvo…
Xena
miro sorprendida a la egipcia.
-
¿Cleopatra? – dijo incrédula.
- Hola
Xena… - dijo con una sonrisa. – Veo que estas muy bien… Oh, y gracias por el
favor que me hiciste…
Xena
sonrió.
- Yo
también me alegro de verte… - dijo sinceramente. – Y no fue nada… Gabrielle y
yo lo hicimos con agrado.
Cleopatra sonrió a Xena y luego
miro a Gabrielle, que estaba detrás de Xena escuchando la conversación.
- ¿Nos presentas, Xena…? – dijo
la egipcia.
- Claro… - dijo sonriendo. –
Cleopatra, te presento a Gabrielle, Reina de las Amazonas, Elegida de Artemisa,
y ella es Cleopatra, reina de Egipto…
Ambas mujeres se sonrieron.
- Encantada, Gabrielle…
- Lo mismo digo, Cleopatra…
- Mi reina… - dijo una voz
cerca de ellas.
Al darse la vuelta, vieron como
unas 30 Amazonas estaban arrodilladas delante de Gabrielle y al frente de
ellas, una rubia que tanto Xena como la bardo conocían muy bien…
Era Ephiny…
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