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domingo, 30 de noviembre de 2014

La vida Continua Más Allá: Capítulo 22

Capítulo 22

Ya en la habitación, las 4 mujeres estaban calladas y tiradas en la cama mirando el techo después del mejor sexo que las 4 habrían tenido jamás en sus vidas.
Y todo comenzó con un juego…

Llegaron al camarote y Emma se tiró en la cama.
- Yo no tengo sueño… - dijo a las 3 mujeres que entraban por la puerta.
- Yo tampoco… - dijo Gabrielle tirándose al lado de la rubia.
Las dos morenas miraron a las rubias que estaban en la cama, mientras se ponían cómodas.
- Podemos jugar a algo… - dijo Emma mientras se incorporaba y miraba al resto de mujeres y ella se ponía cómoda. – Tengo unas cartas… - dijo sacándolas.
Las mujeres se miraron.
- ¿Qué propones? – dijo Gabrielle sentándose en la cama.
Emma se lo pensó mientras barajaba las cartas.
- Podríamos jugar a la carta más alta… - dijo Xena con una sonrisa.
Gabrielle la miro con una sonrisa.
- Por mi si… - se volvió a las otras dos mujeres. - ¿Emma, Regina?
Las dos mujeres se miraron.
- Por mi si… - dijo Emma. Regina asintió.
- Pues bien…. – dijo Gabrielle tomando las cartas. – Sacamos una carta cada una y la que tenga la carta más alta le dice a la que tenga la carta más baja lo que tiene que hacer… - dijo mientras las barajaba. – Bien… ¿Quién coge la primera?
- Yo… - dijo Xena cogiendo una carta.
- Emma… - dijo Gabrielle.
Emma cogió y después Regina y por ultimo Gabrielle.
Destaparon las cartas y Xena gago mientras que Emma perdió. Xena sonrió.
- A ver… - dijo Emma mirando a Xena.
Xena sonrió.
- Bien… Quiero que te quites la camiseta… - dijo sonriendo Xena.
Emma sonrió y se la quitó.
- Bien… - dijo Emma. – Otra… - dijo sonriendo.
Jugaron unas cuantas partidas más y el resultado fue a Emma en ropa interior, Regina solo se había quitado la camisa, Gabrielle igual que Regina y Xena estaba como Emma.
Emma saco y perdió y Xena gano.
- ¿Otra vez? ¿En serio? – dijo Emma tirando la carta que le había tocado.
- Vamos Emma, no te enfades… - dijo Gabrielle mirando a la rubia.
- Gabrielle… ¡Que si me quito otra prenda me quedo desnuda! – dijo mirando a la bardo.
- No veo el problema… - dijo Xena mirando a la rubia con una ceja levantada.
Emma la miro incrédula a Xena.
- ¿Lo dices en serio? – dijo Emma.
- Bueno… - dijo Xena mirando a Emma. – Si no quieres quitarte una prenda… Besa a Gabrielle…
- ¿Cómo? – dijeron a la vez Emma y Regina.
- Si no se quiere quitar una prenda, que bese a Gabrielle… - dijo encogiéndose de hombros.
Emma y Regina se miraron.
- Bésala… - dijo Regina con un suspiro.
- ¿Segura? – dijo Emma. – No lo are si no lo estás… - dijo Emma mirando a la morena a los ojos.
- Segura… - dijo Regina mirando a Emma. – Bésala…
Emma miro por un momento a Regina y luego se volvió a Gabrielle que la miraba tranquilamente con una sonrisa. Se inclinó hacia la bardo y posó suavemente los labios en los de ella cerrando los ojos las dos. Ninguna de las dos se movió. Pero al poco rato, Emma abrió un poco los labios y Gabrielle la correspondió.
Poco a poco se fueron acercando más la una a la otra bajo la atenta mirada de las dos morenas que no perdían detalle.
Emma y Gabrielle se acercaron y la bardo acaricio la mejilla de la rubia suspirando en los labios de Emma, quien se apretó más a la Reina Amazona provocando un gemido en Gabrielle, por el cual Emma se aproximó más a ella y, tumbándola encima de la cama, se puso encima de la bardo.
Gabrielle gimió ante las caricias que le proporcionaba Emma que recorría el cuerpo de la reina con las manos mientras que Gabrielle gemía ante las caricias de la rubia. Ese sonido provocó tal grado de excitación en Emma, que rápidamente, subió a los labios de Gabrielle besándola con pasión.
Mientras, Xena y Regina miraban como las dos rubias se besaban y disfrutaban.
Xena no lo pudo aguantar más e inclinándose, acaricio la espalda desnuda de Emma, quien al sentir el toque se medio incorporo y miro a la morena, quien aprovechó a besarla con pasión en los labios. Beso que Emma devolvió con gusto mientras que Xena acariciaba la espalda baja de Emma.
Regina miraba como las 3 mujeres se besaban y se tocaban y poco a poco ella se iba excitando. Eso le recordaba a las noches lujuriosas que pasaba cuando estaba en el Bosque Encantado.
Emma, ante las caricias y los besos apasionados de Xena, profirió un gemido, hecho que hizo que Regina mirara a su rubia con los ojos encendidos de pasión y, no aguantando más, se inclinó y acaricio las caderas de Emma.
Esta, al sentir las manos de Regina, se separó de Xena volviendo la cara hacia la morena y atrapando con desesperación los labios con los suyos. Puso sus manos detrás de Regina quitándole poco a poco el sujetador. Muy despacio dejó que el material se deslizara sobre su cuerpo. Sonrió mientras veía como Regina cerraba los ojos ante las caricias que Emma le proporcionaba. Xena y Gabrielle no perdían detalle de lo que Emma hacia a Regina. Veían como la Evil Queen suspiraba ante las caricias de los labios de Emma en sus pezones.
Xena Y Gabrielle mientras, se acariciaban y se besaban sin perderse nada de las caricias que se proporcionaban Regina y Emma. Estaban completamente cautivadas mientras que Regina y Emma se besaban y acariciaban.
Gabrielle cruzo la distancia entre ellas y se sentó a horcajadas sobre las caderas de Xena, quien la abrazo y, atrayéndola hacia sus labios, la beso con pasión.
Poco tiempo después, Emma y Xena estaban sobre Regina y Gabrielle, besándoles el cuello y acariciando los costados de ambas mujeres, mientras que las mujeres que estaban tumbadas, suspiraban entre jadeos.
Las dos mujeres que estaban encima desnudaron a las otras mujeres mientras que las otras dos mujeres de abajo, desnudaron a Xena y Emma.
El cálido y suave aliento de Gabrielle estremeció a Xena, quien cerró los ojos y profirió un gruñido que salió desde el fondo de la garganta de la guerrera. Eso excito más a Gabrielle, quien ataco ferozmente los labios de su amante.
Por otro lado, Emma devoraba sin compasión el cuello de la Evil Queen, quien gemía sin control ante los ataque de la rubia. Regina deslizó sus manos con suavidad sobre los hombros de la mujer, atrayéndola hacia ella. Mientras tanto, Regina veía como Xena y Gabrielle se besaban con pasión y se quitaban toda la ropa. Mientras Regina miraba a las otras dos mujeres, Emma aprovechó a desnudarla y quitarse ella lo que le quedaba, echándose desnuda encima de la Reina Malvada.
Las manos de Gabrielle vagaban libremente, alrededor del cuello de la guerrera, bajando por sus brazos, por toda su espalda memorizándola poco a poco. Gabrielle, rodeó con sus brazos la cintura de Xena, besando el lóbulo de su oreja. Su respiración se hizo más rápida al sentir los brazos de la bardo rodeándola y al notar como Emma y Regina daban rienda suelta ya a su pasión, dándose placer mutuamente con las manos enterradas en los sexos de cada una.
Xena envolvió el cuerpo de la joven con sus fuertes brazos y la acercó s ma ella, rozando sus labios contra los de la bardo. Ambas gimieron ante el estremecimiento que pasó entre sus cuerpos haciendo que Gabrielle cerrara los ojos por la pasión. Sintió la suavidad de los labios de Xena y no pudo aguantar otro gemido se le escapara de la boca.
Después de un rato dándose placer las mujeres por sus respectivas parejas, las 4 mujeres se miraron con lujuria a los ojos, satisfechas por sus parejas. Pero eso no las detuvo, y tras una sonrisa, las 4 mujeres se lanzaron sobre las otras, acariciándose y besándose sin pudor alguno. Dándose placer daba igual a quien. Lo importante era disfrutar.

Después de eso, las 4 mujeres estaban calladas y tiradas en la cama mirando el techo. No decían nada. Sobraban las palabras ante lo que acababan de vivir.
Se miraron y las 4 sonrieron ante el recuerdo.
- Guau… - Emma fue la que hablo primero.
- Aja… - coincidió Gabrielle con una sonrisa.
Xena miro a la bardo con una sonrisa. Nunca la había visto tan contenta y satisfecha. Y debía de reconocer la guerrera, que ella también se sentía así. Gabrielle la complementaba, de eso no había duda, pero lo que había sentido al hacerles el amor no solo a la rubia bardo, sino también a Emma y Regina, no se comparaba con nada de lo que había vivido como Señora de la Guerra. Y eso que en sus días oscuros, utilizaba el sexo no solo como medio de satisfaces sus instintos.
Por otro lado, Regina sentía algo parecido a lo que sentía la alta morena guerrea. Ya había experimentado ese tipo de encuentro cuando estaba en el Bosque Oscuro, pero no a tan alta intensidad y satisfacción como lo había sentido hace unos minutos.
Emma y Gabrielle estaban sonriendo como un niño ante una navidad llena de regalos. Emma ya había tenido tríos, pero sin ningún compromiso, solo por placer. Por aquello era diferente. El amor y atracción que sentía hacia aquellas personas era tan grande, que al llegar una y otra vez al orgasmo, había sido como el más dulce de los placeres que te ofreciera esta tierra.
Gabrielle estaba fascinada. Era la primera vez que hacia algo como aquello y al principio se sentía algo tímida al pensar que no estuviera a la altura. Pero poco a poco, según iba cogiendo confianza, se había soltado ante las palabras de tranquilidad de Emma y Regina y los susurros amorosos de Xena.
Y así, las 4 mujeres se durmieron. Con una sonrisa en los labios y con las manos entrelazadas entre ellas.

domingo, 23 de noviembre de 2014

La vida Continua Más Allá: Capítulo 21

Capítulo 21

Todo estaba preparado para el inicio del viaje. Habían decidido ir en barco, así estarían más seguras. Y para eso, tenían que coger uno y se lo habían pedido a Hook, que aceptó a regañadientes.
Después de meter las cosas que necesitaban, Xena y Gabrielle se despidieron de las amazonas y de su pequeño hijo, que no se quería separar de su madre bardo.
Por otro lado, Emma y Regina se estaban despidiendo de Ruby, David y de los demás habitantes.
Después de las despedidas, para sorpresa de todas, Snow junto con Asteria se le unieron, desobedeciendo así a las mujeres, argumentando que no las iban a dejar solas en su búsqueda.
Pero rápidamente Snow fue convencida por Ruby, quien ocupó el lugar de Ruby en el barco.
Así, después de que Ruby, Regina y Emma se despidieran de Daniel y David y los demás presentes, y se montaron en el Jolly Roger junto con Xena, Gabrielle y Asteria, se encaminaron hacia Islandia en busca de Henry y Eve.
- Bueno, mis damas… - dijo Hook acercándose a las mujeres mientras que sus hombres caminaban de un lado para otro del barco. – Hay un pequeño problema…
- Cual es, Hook… - dijo Emma mientras ayudaba en el barco junto a Xena, que se había ofrecido también.
- Solo existe un camarote disponible… Bueno, dos… - dijo mirando a las mujeres.
- ¿Dos? – dijo Ruby.
- El mío, que es el más grande, y uno individual para una sola persona… - dijo mirándolas. – También está la bodega….
Las mujeres de miraron.
- Yo me voy a la bodega… - dijo Ruby mirando a las demás mujeres.
- Ruby… - dijo Emma.
- Tranquila Emma… - dijo la mujer mirando a su hija. – Tu y Regina coger uno de los camarotes....
- Tranquila hermana… - dijo Asteria mirando a la rubia. – Yo dormiré con tu amiga allí abajo… - dijo con una sonrisa la Amazona. Ganándose una sonrisa de aprobación de su reina.
- Muy bien señoras… - dijo Hook mirándolas. – Asique vosotras estaréis en mi camarote… Yo me iré al camarote pequeño… - dijo guiñándole un ojo a las mujeres mientras se marchaba para fijar el rumbo.
Las mujeres se dirigieron hacia sus respectivos camarotes y al llegar al camarote del capitán, Emma sonrió al ver la gran cama cosa que a Regina no se le pasó inadvertido y alzo una ceja mirando a la rubia.
- Que… - dijo Emma mirando a su novia.
- Nada… - dijo Regina mirándola.
- Regina por favor… No me mires así… - dijo mientras pasaba al camarote y dejaba sus cosas. – ¡Dios! ¡Qué a gusto! – dijo Emma mientras se tiraba encima de la cama.
- Ya… - dijo Regina al pasar a su lado. – Muy a gusto… ¿No? – dijo sonriendo a la rubia.
- No sabes cuánto… - dijo Emma mientras se acomodaba.
- No me imagino porque… - dejo caer la morena.
Emma la miro a los ojos.
- Regina… No pasó nada en este camarote… Con él…- dijo Emma mirando a su novia con una sonrisa. – Además, me pase todo el viaje contigo… - dijo sonriendo la rubia.
Regina carraspeo y dejo florecer una pequeña sonrisa.
- Eso es cierto… - dijo sonriendo a su novia.
Las otras dos mujeres sonreían ante la conversación de sus compañeras.
- Por lo que parece te trae buenos recuerdos este camarote… - dejo caer Xena con una sonrisa mientras ayudaba a Gabrielle a acomodarse en la cama a causa del mareo.
- Ya lo creo… - dijo Emma mirando a Regina con una sonrisa, cosa que hizo sonrojar a la Evil Queen, quien rápidamente se dio la vuelta para que nadie la viera
- Xena, por los dioses… - dijo Gabrielle. – Hazlo ya… No soporto más el mareo… - dijo la rubia bardo con los ojos cerrados.
- Voy… - dijo Xena mientras apretaba unos nervios en el brazo de la bardo – Ya está… - dijo la guerrera con una sonrisa.
- Gracias… - dijo una aliviada Gabrielle.
- ¿Qué hiciste? – dijo Emma interesada.
- Aplicarle unos puntos de presión para que se le quitara el mareo… - dijo Xena encogiéndose de hombros. – Es fácil…
- ¿Me enseñas? – dijo Emma interesada.
- Claro… - dijo sonriendo la guerrera.
- No te olvides enseñarle los puntos de presión esos para interrogar… - dijo Gabrielle mientras se levantaba de la cama mientras Emma y Regina las miraban intrigadas.
- Muy bien… - dijo Xena con una sonrisa a la Reina Amazona.

Después de eso, Emma y Xena se encaminaron hacia cubierta para ayudar a los hombres de Hook y al propio pirata mientras que Regina y Gabrielle intentaba adecentar el camarote para hacerlo más habitable.
- Si estáis incomodas con compartir camarote, nos podemos ir a la bodega…  – dijo Gabrielle mientras sacaba de las alforjas las armas y la ropa de ella y de Xena.
- No, tranquila… - dijo Regina mientras hacía lo mismo con sus ropas y las de Emma. Se levantó con la espada de la rubia en la mano. – Es un camarote grande con una gran cama. Estaremos bien… – dijo Regina mientras acomodaba las armas en la estantería. – Si a vosotras no os gusta, podremos irnos nosotras… - dijo mirándola.
Gabrielle sonrió.
- Tranquila. Lo digo por lo que dijo Xena… - dijo Gabrielle sonriendo tímidamente. – Lo de acostarnos… Las 4…
Regina la miro con sorpresa pero con un brillo en los ojos.
- Tranquila… - dijo sonriendo. – En mi etapa de Reina Oscura tuve… Unas experiencias más… Intensas… - dijo con una media sonrisa.
Gabrielle la miro con los ojos abiertos y carraspeo.
- Entonces todo bien… - dijo sonriendo a la morena, la cual le devolvió enseguida la sonrisa.

En cubierta, Hook miraba fijamente como trabajaba Emma en amarrar un cabo que se había soltado del palo mayor del barco.
Xena, que estaba atenta al capitán pirata, frunció el ceño al comprobar que Hook, no quitaba la mirada de la rubia, que ajena a todo esto, trabajaba como el más experto de los piratas en el barco.
Se acercó despacio y procurando que el pirata no la sintiera y cuando estaba lo suficientemente cerca, hablo.
- Yo que tú, quitaría esa idea de la cabeza… - dijo Xena mirando al pirata.
Hook se sorprendió y la miro.
- Y qué idea tengo en ella, según tu…
- Ella te gusta… - dijo Xena señalando a Emma. – Pero te aconsejo que la dejes en paz… No me fio de ti…
Hook miro atentamente a la guerrea.
- Ni yo de ti… - dijo poniéndose delante de ella. – No sé quién eres, ni que quieres de ella, - dijo señalando a Emma con la cabeza – pero hay algo en ti que no me gusta.
- Ni a mí en ti… - dijo Xena poniéndose más seria. – Te lo advierto, pirata… Como le hagas algo a ella oh a las mujeres que hay en este barco… - se acercó más al pirata que retrocedió ante la mirada gélida de esos ojos azules. – Te las veras conmigo… ¿Lo has entendido? – dijo levantando la ceja.
Hook trago saliva.
- Entendido… - dijo con una media sonrisa mientras se iba.
Xena sonrió mirando cómo se marchaba cuando una voz llama su atención.
- ¿Haciendo amigos, Xena…? – dijo Gabrielle con una sonrisa.
Xena se dio la vuelta y allí se encontró con Ruby, Asteria, Regina y Gabrielle, esta última con una sonrisa en la boca.
- Ya me conoces, deseosa siempre de agradar a todo el mundo… - dijo irónicamente Xena con una sonrisa.
Gabrielle se rio ante el comentario de la guerrera.
- Ahora en serio… - dijo acercándose Gabrielle. – Que ocurre Xena…
- Miraba a Emma como algo comestible… - dijo Xena mirando a las mujeres. – Solo le recordaba que ninguna de las que están aquí está disponible… No me gusta como la mira… - dijo por ultimo.
- Si te digo la verdad, a mí tampoco… - dijo Ruby mirando como hablaban Hook y Emma y se reían. – Cuando cayeron en el Bosque Encantado quiso conquistarla… Eso dijo Ruby
- ¿No lo hizo? – ironizo Regina mientras no apartaba los ojos de la rubia.
- No… - dijo suspirando. – Sospecharon de tu madre… Y cuando intentaron regresar él y tu madre le ofrecieron todo lo que podría desear, pero se negó. Asique tranquilas… Emma lo maneja… Cuando fuisteis a Neverland, él intento muchas veces ser algo más… - dijo mirando a Regina. – Pero ella estaba interesada en otra persona… - dijo sonriendo a la Reina Malvada. – Eso es lo que me conto Emma…
Regina sonrió recordando ese tiempo que pasaron en el barco. Como Emma se interesaba en ella, en como estaba, en cómo se encontraba. En ese acercamiento que hubo entre ambas y en aquella noche que pasaron de pasión en el camarote de Hook.
- Eso es cierto… - dijo sonriendo la morena mientras veía como Emma se subía, con ayuda de un cabo, al palo mayor para desatar las velas mayores.

Después de estar contemplando el horizonte, llego la hora de la cena. Cenaron entre risas y bromas.
- Bueno, mis damas… - dijo Hook mirando a las mujeres. – Por ser el primer día, yo me ofrezco voluntario a hacer la guardia esta noche… - dijo levantándose. – Si me disculpáis… Señoras… - dijo mirando a Ruby, Asteria, Xena y Gabrielle con una sonrisa e inclinación. – Majestad… - dijo inclinándose ante Regina. – Emma… - dijo sonriendo de lado y giñando un ojo, hecho que no pasó desapercibido por las demás mujeres. – Me voy al timón…
- Hook… - dijo Emma mirando a Hook con una sonrisa.
- Dime preciosa… - dijo Hook con una sonrisa.
- A ella, - dijo señalando a Gabrielle – también le saludas por su rango… ¿Oh es que no has visto sus ropas? – dijo entrecerrando los ojos con una sonrisa.
- ¿Cómo? – dijo Hook mirando a Gabrielle y a Emma. – Es una Amazona… ¿Y eso que tiene que ver?
- Tiene que ver…. – dijo mientras apoyaba los codos en la mesa y lo miraba. – Que ella… - y señalo a Gabrielle con un dedo. – Es una Reina… Es nuestra reina, a que si Asteria… - dijo mirando a la otra Amazona.
- Así es, hermana… - dijo Asteria sonriendo.
- Es la Reina de las Amazonas…. – dijo Emma mirando sonriente a Hook quien miro a la bardo con los ojos abiertos.
- Mis disculpas majestad… - dijo inclinándose ante Gabrielle. – Si me disculpáis, voy a mi puesto... – y sin más se fue.
Cuando se fue, todas las mujeres estallaron en risas.
- Eso no fue necesario, Emma… - dijo Gabrielle mientras intentaba calmarse de la risa.
Emma se encogió de hombros.
- Si se refiere a Regina por su título, no quiero que a mi otra Reina se dirija por un simple “dama” oh “señora”….
Gabrielle, Xena y Asteria sonrieron ante el comentario de la rubia.
- Gracias Emma… - dijo inclinándose y cogiendo una ma de la rubia y apretándola.
En eso hubo tres fogonazos de luz y tres dioses se presentaron ante las mujeres.
Asteria, al ver a Artemisa, se postro rápidamente en tierra.
- Levántate Amazona… - dijo Artemisa con una sonrisa mientras la Amazona se levantaba. – Eh venido a felicitar a mi nueva Amazona… - dijo mirando a Emma a los ojos. – Eh visto tu entrenamiento, y debo decir, que no me has defraudado, Emma. Sabía que en ti estaba el espíritu de una gran guerrera.
- Gracias… - dijo con timidez Emma.
- Debes reconocer, hermano, que Emma ha resultado ser una gran guerrera… - dijo mirando con una sonrisa al Dios de la Guerra. – Casi igual a tu Elegida… - dijo mirando a Xena con una sonrisa.
Ares rodo los ojos.
- Tú lo has dicho, hermana… Casi… - miro a Xena. – Nadie es como ella, a que no mi princesa…
Xena alzo una ceja y miro al dios.
- Debo decir que Emma aprende rápido…. – sonrió Xena. – ambas hemos aprendido una de la otra… ¿No es cierto…? – dijo sonriendo a Emma.
- Claro guerrera… - dijo chocando los 5 con Xena.
Los tres dioses sonrieron.
- Estamos aquí por algo más…. – dijo Artemisa. – Afrodita nos contó lo que el dios nórdico hizo… - dijo mirando a las mujeres. – Nosotros no podemos interferir allí, pero eso no nos impide ayudaros de otra manera… - dijo sonriendo.
- Lo tenía que decir… - dijo Afrodita mirando a Gabrielle y a Xena.
- No te preocupes Dita… - dijo Gabrielle con una sonrisa.
Afrodita sonrió.
- Queremos ayudaros… - dijo Artemisa mirando a las mujeres. Hizo un movimiento de mano y apareció una hermosa armadura dorada y unas cuantas más colocadas en la mesa. – Esta armadura esta echa por Hefesto... – dijo Artemisa dejando la armadura en la mesa. - Es ligera pero muy resistente… Hay una para cada una. Está recubierta con el poder del rayo de Zeus. – dijo con una sonrisa. – Para mi querida Elegida, - dijo mirando a Gabrielle con una sonrisa – le entrego mi arco… - dijo apareciendo el arco y entregándoselo.
- Gracias Artemisa… - dijo sonriendo Gabrielle.
- Para mí otra Amazona… - dijo la diosa mirando a Asteria. – Le entrego mis dagas de caza…
- Gracias, mi diosa… - dijo inclinándose Asteria.
- Yo le entrego mi espada a Xena... – dijo Ares entregándole la espada.
- Yo le entrego a Regina la espada de mi hermano Apolo… - dijo afrodita con una sonrisa. – Y a Ruby el Arco de Apolo, que junto con el poder del Lobo es invencible.
- Y a ti Emma, te entrego mi espada… - dijo Artemisa. – Tiene en su hoja sangre de titán… Es un arma muy poderosa, incluso más que la espada de Ares… - dijo mientras desabrochaba de su cintura el arma. – Sabrás manejarla… - dijo entregándosela. Las mujeres miraron el arma.
La espada de Artemisa era una leyenda, y verla era la confirmación de que esa arma, entregada por el mismísimo Zeus a su hija predilecta, existía.
Emma la cogió y la examino. Era hermosa. Era parecida a la que Regina le había regalado cuando la nombraron caballero.
- Gracias Artemisa… - dijo con una sonrisa.
La diosa sonrió.
- Bueno chicas… Nosotros nos vamos… - dijo sonriendo Artemisa. – Descansad…
Tras otro fogonazo de luz, los dioses se fueron dejando a las mujeres con las armas.

domingo, 16 de noviembre de 2014

La vida Continua Más Allá: Capítulo 20

Capítulo 20

Xena y Gabrielle se quedaron atónitas. No se podrían creer que el dios nórdico fuera el responsable del secuestro de Eve.
- Sera maldito… - dijo Xena con furia.
Gabrielle la calmo.
- Debimos sospechar de él… - dijo Gabrielle mirando donde había desaparecido el dios. – Dioses… Era él desde el principio…
Mientras ellas estaban pensando en las últimas palabras del dios, Emma y Regina miraban impotentes donde había desaparecido Loki con Henry.
De repente, Emma se volvió y miro con furia a los allí presentes. Vio la puerta de salida y sin dirigirle la palabra a nadie, se fue hacia ella.
- Emma… - dijo Snow deteniéndola. - ¿A dónde vas?
- A buscar a mi hijo… -. Dijo sin mirarla y apartándola de ella.
- Emma, detente… - dijo David poniéndose delante de ella. – No sabes donde ha ido…
Emma lo miro a los ojos. Eso era verdad. Podría estar en cualquier parte. Noto que alguien le cogía del brazo, se dio la vuelta y se encontró con la mirada de Regina.
- Cariño… Tu padre tiene razón… - dijo apretándole con cariño el brazo. – No sabemos dónde está…
Emma suspiro y abrazo a la morena, hundiendo la cara en el cuello de Regina con un suspiro.
- Tienes razón… - dijo Emma rindiéndose.
- Nosotras quizás lo sepamos… - dijo Gabrielle que se acababa de acercar con Xena.
Regina, Emma Snow David las miraron expectantes.
- ¿Estáis seguras? – dijo Emma mirando a Gabrielle.
- Más o menos… - dijo Xena. - ¿Conocéis los países nórdicos? – pregunto la guerrera. Ellos asintieron. – Creo que Loki está allí…
- ¿Seguro? – dijo Emma con un brillo de esperanza.
- Loki dijo que quería iniciar el Ragnarök… - dijo Xena. – No se puede invocar desde otro sitio…
- ¿Pretende destruir a los dioses? – dijo Emma mirando a la guerrera. – Eso es imposible… Es solo una leyenda…
Xena y Gabrielle se miraron con una sonrisa.
- También nosotras éramos unas leyendas y estamos aquí… - dijo la bardo mirando a Emma. – Emma, los mitos y las leyendas tienen sus bases ciertas… Además… - dijo señalando a Xena. – Ella ha matado ya a algunos dioses... – dijo caer Gabrielle.
Miraron con incredulidad a Xena.
- ¿Es cierto? – pregunto Snow.
- Cuando estaba embarazada de Eve… - conto Xena. – Zeus fue a consultar a las Parcas. Estas le dijeron que mi hija iniciaría el Crepúsculo de los Dioses eh intentaron matarla… - dijo Xena mirándoles. – Hércules mato a su padre Zeus, y yo a unos cuantos más, gracias al poder de matar dioses que me dio Eli… - dijo mirando a Gabrielle. – Intentamos engañarles, y fingimos nuestra muerte. Entregamos a Eve a Octavio Cesar, para que la protegiera mientras que nosotras fingíamos morir. Pero salió mal. Dormimos en una cueva de hielo durante 25 años. Cuando despertamos todo había cambiado. Nosotras éramos unas heroínas, y mi hija… - dijo apretando la mandíbula. – Mi hija se convirtió en Livia, Comandante de Roma. Una asesina….
- Pero logro redimirse como su madre gracias a Eli… - dijo Gabrielle sonriendo a Xena.
- ¿Eli? – pregunto Emma.
- Un profeta… Predicaba el amor… - dijo Gabrielle con una sonrisa.
- Cuando se redimió, intentaron otra vez matarla, pero yo mate a unos cuantos dioses y pararon de intentarlo…
Emma, Regina, Snow, David y los que estaban allí se quedaron impactados.
- Sera mejor prepararnos… - dijo Snow haciendo que saliera toda la gente. – Se acabó la fiesta. Lo sentimos, de verdad… – dijo mirando a las demás personas mientras salían de casa.

Una vez limpiado todo y estando ya con sus ropas normales, Emma, Regina, Xena, Gabrielle, Snow David, se sentaron para hablar de cómo llegar hasta los países nórdicos.
Emma se sentía mareada. Bebió otro poco de la sidra de manzana que tenía en el vaso, pero aun así no se despejaba.
- Emma… - dijo Snow. - ¿Estas bien, cariño…? – dijo poniéndole una mano en el brazo.
Emma la miro pero en realidad la veía borrosa. Quiso contestar pero no pudo. Abrió la boca y miro a los demás. No podía escucharles. Intentó despejarse la cabeza moviéndola, pero fue en vano. Poco a poco iba cayendo en un sueño, que la transporto a otro tiempo.
Solo pudo escuchar el grito de Regina al desplomarse Emma sobre el suelo.

“Estaba en un palacio antiguo y fuera se veía que estaba nevando. Se oían voces, ruidos de caballos y gritos.
Dentro del palacio, que era de madera, había un gran fuego que calentaba toda la estancia y aportaba luz.
Caminó hacia la ventana y se asomó. Vio que estaba en una de las habitaciones más altas del castillo. Apoyó la mano en el alfeizar de la ventana y miro hacia abajo. Allí se encontraban un montón de hombres vestidos con armaduras y con sus respectivos caballos.
- Es la hora, mi reina… - dijo una voz detrás de ella.
Emma se dio la vuelta y vio a una señora mayor mirándola con una sonrisa, vestida con pieles. Tenía una pintura en la frente. Parecía una hechicera.
Sonrió a la mujer y camino hacia ella.
- Muy bien Halbheera… - dijo poniéndose a la altura de la mujer mayor. Esta sonrió.
Emma se dirigió hacia el trono que había al fondo de la sala y se sentó. – Dile que pasen…
La mujer se inclinó ante Emma con una sonrisa y se fue.
Al momento pasaron 4 hombres que se inclinaron cuando estuvieron enfrente de la rubia.
- Mi señora… - dijo el que estaba en el medio.
- Que deseáis… - dijo Emma mirándoles a todos.
- Señora… Pones pruebas a tus pretendientes… - dijo el hombre mientras que Emma acariciaba distraída un magnifico cuervo que tenía a su derecha. - Y tales pruebas son casi un insulto para su rango… Los caballeros que piden tu mano son reyes y príncipes…
- Y yo una reina… - dijo Emma casi con furia en la voz. – Su igual… Y en mi reino tengo el derecho de promulgar las leyes que me plazca…
- Si pero…
- Así que diles… - dijo Emma con más énfasis en su voz. – Que la reina de Islandia, se casará con la persona que pase las pruebas que ella imponga… Y que pueda derrotarla en un combate…
- Pero… Ninguna persona puede esperar salir victorioso de tales pruebas, majestad… - dijo el que estaba al lado de él.
Emma sonrió de lado y acaricio otra vez al cuervo que graznó de satisfacción.
- Hay una persona que lo hará… Y esa persona se casará conmigo… - dijo sonriéndoles. – Yo le reconoceré tan pronto como vea a esa persona… - los miro atentamente. – Podéis iros…
Los hombres se inclinaron ante Emma y se marcharon.
Emma suspiro y cerró los ojos un momento. Todo eso le estaba levantando dolor de cabeza.
- Hablas de esa persona que conociste la noche que cayó la estrella… ¿No es verdad? – dijo Halbheera acercándose al trono donde estaba sentada Emma.
- Siempre estoy pensando en esa persona… No pude verla bien… - mintió Brunilda. - Pero era fuerte, y me venció… - dijo mirando a la hechicera. – Y no me casaré con otra persona que no sea esa, Halbheera… Ni príncipes, ni reyes, ni con el mismísimo emperador de Roma…
- ¿Y si tu atractiva persona aparece, qué ocurrirá? ¿Sera lo bastante fuerte y valiente como para pasar las pruebas que has planeado?
Emma sonrió a Halbheera desde su trono.
- Ya consiguió derrotarme una vez… Solo tiene que hacerlo de nuevo… - sonrió y cogió al cuervo. – Las runas nunca mienten, Halbheera…
- Eso es cierto mi reina…
- ¿Cuántas veces tengo que decirte que me llames por mi nombre cuando estemos solas, Halbheera?
La hechicera sonrió a la reina.
- No estamos solas…. – dijo señalando al cuervo.
Emma sonrió mientras acariciaba al manso cuervo que estaba posado en su mano.
- Hertz es inofensivo. Y solo está aquí porque mi padre quiere saber cómo estoy y para tenerme protegida. – dijo la reina mientras se levantaba del trono. -. Él sabe que me cuidas bien, Halbheera.
- No quiero tentar al padre de todo, mi señora….
- Mi padre te adora. Si no fuera así, no habría mandado a su única hija lejos del Valhalla… - dijo con una sonrisa mirando a la mujer mayor. – Aunque su hija fuera una Valkiria…
Halbheera sonrió. La reina tenía razón.
- Eso es cierto, Brunilda…Eres una Valkiria y aun así te dejo a mis cuidados…
Emma/Brunilda sonrió…
- Así me gusta, Halbheera… - sonrió a la hechicera. – Y ahora mi querido Hertz, es hora de que vayas a informarle a mi padre, Odín, de lo que has escuchado aquí… Ahora más que nada necesito su consejo… - dijo mientras acariciaba al cuervo quien grazno e inmediatamente voló hacia lo alto del cielo, camino del Valhalla...”

Mientras tanto, entre Xena y Regina echaron a Emma en el sofá.
- ¿Otra vez a caído en ese extraño sueño? – dijo Gabrielle mientras observaba a Emma dormir.
- Eso parece… - dijo Regina mientras acariciaba la frente de Emma.
- ¿Ya le ha pasado antes? – dijo Snow preocupada.
- Tranquila. No le pasa nada… - Xena la tranquilizo con una sonrisa. – Es otra vida pasada de Emma… - dijo mirando a la rubia.
- ¿Otra vida pasada? – dijo extrañado David mirando a su hija.
- Ella es Brunilda… - dijo Xena. – Reina de Islandia y después una Valkiria… - dijo Xena mirando a Emma.
De repente Emma empezó a hablar.
“- Muy bien Halbheera… - dijo Emma con los ojos cerrados. – Dile que pasen…”
- Pues sí está soñando otra vez… - dijo Gabrielle atenta a lo que Emma decía.
- Xena… ¿Por qué ahora podemos escucharla y antes no? – dijo Regina.
- No lo sé… - respondió.
“- Que deseáis… - dijo Emma otra vez haciéndolas callar.”
- Así sabemos que es lo que está viviendo… - dijo Regina con un toque de celos en la voz que no pasó inadvertido para los presentes, que sonrieron.
Mientras, veían como Emma levantaba la mano y hacia movimientos como si acariciara algo.
“- Y yo una reina… - dijo Emma casi con furia en la voz. – Su igual… Y en mi reino tengo el derecho de promulgar las leyes que me plazca… Así que diles… - dijo Emma con más énfasis en su voz. – Que la Reina de Islandia, se casará con la persona que pase las pruebas que ella imponga… Y que pueda derrotarla en un combate…”
- ¿Pruebas? – dijo Gabrielle a Xena.
- Luego… - dijo Xena. – Cuando esté consciente…
- Tiene madera de reina… - comento Snow con una sonrisa. Lo que hizo esbozar una sonrisa a todos los presentes.
- ¿A caso lo dudas, querida? – dijo Regina con una sonrisa.
Emma sonrió de lado y levantó la mano para acariciar otra vez algo
“- Hay una persona que lo hará… Y esa persona se casará conmigo… - dijo sonriéndoles. – Yo le reconoceré tan pronto como vea a esa persona… - frunció el ceño. – Podéis iros…”
Todos miraron a Xena, que bajo la mirada y carraspeó.
- Parece enfadada… - dijo Snow.
- Y cansada… - dijo David.
“- Siempre estoy pensando en esa persona… No pude verla bien… - dijo Emma con una media sonrisa. - Pero era fuerte, y me venció… Y no me casaré con otra persona que no sea esa, Halbheera… Ni príncipes, ni reyes, ni con el mismísimo emperador de Roma… - hubo una pausa, que identificaron como la respuesta de la otra persona con la que Emma estaba hablando. Emma sonrió. - Ya consiguió derrotarme una vez… Solo tiene que hacerlo de nuevo… - sonrió e hizo el amago de coger algo. – Las runas nunca mienten, Halbheera… - hubo otra pausa y un suspiro. - ¿Cuántas veces tengo que decirte que me llames por mi nombre cuando estemos solas, Halbheera?”
- ¿Halbheera? – dijo Snow.
- Una hechicera… - dijo Regina. – Luego te lo explicamos…
Ruby asintió.
Emma sonrió mientras acariciaba al animal que tenía en su mano en el sueño.
“- Hertz es inofensivo. Y solo está aquí porque mi padre quiere saber cómo estoy y para tenerme protegida. – dijo Emma. - Él sabe que me cuidas bien, Halbheera.”
- Hertz es un cuervo. Iba siempre con Brunilda. Se comunicaba así con Odín, lo mantenía informado… - explico Xena.
“- Mi padre te adora. Si no fuera así, no habría mandado a su única hija lejos del Valhalla… - dijo con una sonrisa Emma. – Aunque su hija fuera una Valkiria…”
- Su padre es Odín… - aclaro Xena ante las miradas extrañadas de David y Snow.
“- Así me gusta, Halbheera… - sonrió Emma. – Y ahora mi querido Hertz, es hora de que vayas a informarle a mi padre, Odín, de lo que has escuchado aquí… Ahora más que nada necesito su consejo… - dijo mientras impulsaba al cuervo para que volara hacia lo alto del cielo, camino del Valhalla...”

Después de esto, Emma se despertó sobresaltada. Miro a todos los lados y vio las caras de Regina, sus padres y Xena y Gabrielle.
- Emma, cariño… - dijo Snow con preocupación. - ¿Estas bien?
Emma la miro medio asustada.
- Si… - dijo Emma incorporándose. – Esta vez ha sido más intenso…
- ¿Intenso? – dijo Gabrielle.
Emma asintió.
- Notaba como se sentía… - dijo Emma mirando a Gabrielle. – Notaba como se sentía al responder a aquellos hombres… - dijo Emma mientras se sentaba.
- Donde estabais… - dijo Xena sentándose en el sillón.
- En mi palacio… - dijo Emma sonriendo mirando a la nada. – Era grande y antiguo. Se oían voces, ruidos de caballos y gritos. Dentro era de madera y lleno de pieles de todas las clases...  - dijo Emma sonriendo - Y era hermoso…  - dijo Emma mirando a la nada. - Fuera había un montón de hombres vestidos con armaduras y con sus respectivos caballos.
Todos miraban a la rubia describir el palacio de Brunilda.
Xena sonrió al reconocer el lugar.
- Si… Era grandioso… - dijo Xena sonriendo mientras se cruzaba de brazos. – Estabas en la sala del trono… - dijo mirando a Emma.
- Si… - Emma la miro. - ¿Cómo lo sabes…?
Xena la miro con tristeza.
- Allí es donde murió…. – dijo Xena levantándose de su sitio y saliendo por la puerta de la cocina hasta el jardín trasero.
Se quedaron sorprendidos, mirando como la guerrera se marchaba. Gabrielle se levantó y fue tras ella, y los otros tras ellas.
- Xena… - dijo Gabrielle al llegar junto a la guerrera. - ¿Qué pasa…?
Xena guardo silencio.
- Yo la mate, Gabrielle… - dijo sin volverse. – Mi ambición… Y ahora me castiga con esos recuerdos… -. Dijo volviéndose.
Gabrielle acaricio la cara de la guerrera con ternura.
- Fue hace mucho, Xena. Además, - dijo acercándose más a ella, - Brunilda te perdono… ¿Recuerdas? Cuando fuimos ella y yo a buscarte… - dijo pasándole una mano por la nuca a la alta morena.
Xena miro a la bardo con amor en los ojos y sonrió. Se inclinó hacia ella y la besó, estrechándola contra ella.
- Tienes razón…. – dijo después del beso. – Pero aun no comprendo por qué Emma tiene esas visiones…
- Lo averiguaremos, juntas… - dijo Gabrielle devolviéndole el beso.
Xena sonrió contra los labios de su bardo y después se volvió hacia las personas que las miraban desde la puerta.
- Sera mejor que nos pongamos en marcha. – dijo Xena mirándolos a todos. – Cuanto antes lleguemos, antes evitaremos el Ragnarök y rescataremos a nuestros hijos…
Todos sonrieron y asintieron.
- ¿Hacia dónde iremos…? – pregunto Emma mirando a Xena.
Xena sonrió mientras abrazaba a Gabrielle.
- A Islandia… Iremos a ver tu Palacio, Emma… - sonrió Xena.

domingo, 9 de noviembre de 2014

La vida Continua Más Allá: Capítulo 19

Capítulo 19

La fiesta era un éxito. La gente bailaba bajo los acordes de la música de las canciones, “Bring Me To Life” de Evanescence, “In The End” de Linkin Park, “Radioactive” de Imagine Dragons oh las canciones de Within Temptation, Lacuna Coil y así con otras canciones y grupos.
La gente se divertía como nunca y se la veía estaba feliz bailando todos con todos.
Y los niños se lo estaban también pasando bien. Por una vez, sus padres les dejaban comer todas las chucherías que querían, con la condición de que luego tendrían que obedecer.
Regina y Emma estaban hablando con Xena y Gabrielle mientras estaban abrazadas. La verdad es que Regina se sorprendió de lo que le dijo Xena después de hablar con Emma. La rubia fue y lo primero que hizo fue besar a Regina con pasión, dejando a la morena casi sin aire.
Regina sonrió ante el recuerdo de aquel beso. Y debía de admitir, que Xena y Gabrielle le atraían, pero no tanto como parecía que le atraían a Emma. Pero aun así, Regina sabía que su rubia solo tenía ojos para ella. Y lo estaba comprobando, porque desde que dejo de hablar con Xena, no se había separado de ella, oh bien la estaba abrazando oh besando. Siempre en contacto. Y eso a la morena le encantaba.
Afrodita también se encontraba allí, y también se lo estaba pasando en grande.

Ya avanzada la fiesta, los invitados ya habían votando quien de los presentes seria el rey y la reina de la fiesta de Halloween y Snowse ofreció voluntaria para leer los votos.
Se dirigía hacia las escaleras junto con David, que llevaba los votos metidos en una urna. Todos estaban expectantes, querían saber ya el resultado de las votaciones.
Xena, Gabrielle, Emma y Regina, junto con sus hijos y la Diosa del Amor, estaban enfrente de Ruby y David.
- Un momento por favor… - dijo Snowcon una sonrisa. – Como fin de la primera parte de la fiesta, vamos a anunciar los ganadores. David, por favor. Ve dándome los votos uno a uno…
- De acuerdo… - dijo David con una sonrisa.
Poco a poco los votos salían, y ya cerca del final, Emma se proclama cono una de las vencedoras.
- Bueno, creo que una de las vencedoras es Emma… – dijo Snow sonriendo a su hija. Emma sonrió y beso a Regina. – Ven cariño… - dijo Snow sonriendo.
Emma se acercó y se puso al lado de su madre.
- Dime mamá… - dijo Emma mirándola.
- Solo estate aquí, a ver quién es tu pareja….
- Ok…
- Ahora tenemos un triple empate…. – dijo Snow sonriendo. -. Entre Xena, Regina y Gabrielle…. – levanto un papel en alto. – Este papel, será el que lo decida todo… Y la ganadora es… - abrió poco a poco el papel y se quedó un instante mirándolo. – Xena… - dijo dándole la vuelta para que todos lo vieran.
Todo el mundo aplaudió excepto Xena, Regina y Gabrielle que se miraron unas a otras con la cara llena de sorpresa.
- Felicidades amor… - dijo Gabrielle abrazando y dándole un beso a Xena.
Esta sonrió y correspondió a Gabrielle.
Regina sonrió forzosamente y felicito también a Xena.
- Felicidades Xena… - dijo con una sonrisa. Después abrazo a la morena. – Cuida de mi mujer durante esta noche…. – le dijo al oído.
Xena sonrió de lado.
- Tranquila. La cuidare… - dijo Xena separándose de ella con una sonrisa y un guiño.
Se fue hacia donde se encontraba Emma, que la miraba con sorpresa. Xena le dedico una sonrisa y un guiño a la rubia quien se puso más sonrojada de lo que ya estaba.
David y Snow se acercaron con las coronas que acreditaban a Emma y a Xena los reyes de la fiesta. Snow se acercó a Emma y le puso la corona más grande, que correspondía al rey y James le puso a Xena la más pequeña que correspondía a la reina.
- Os presento a los reyes de la fiesta de Halloween de este año. – dijo Snow mirando a todos los presentes. – Emma y Xena, oh La emperatriz Emma y Cleopatra…
Todos los allí presentes aplaudieron mientras que Emma no quitaba los ojos de Regina, quien la miraba con una sonrisa en la boca y una mirada celosa mientras aplaudía.
- Bueno, ahora, los reyes tienen que bailar su primer baile… - dijo David con una sonrisa inocente.
Emma miro con pánico a Regina, quien le devolvió la mirada celosa.
- ¿Me vas a sacar a bailar oh no…? – dijo sensualmente Xena mirando a Emma.
Emma se giró a mirarla y la cogió de una mano.
- Claro… - dijo mientras la encaminaba hasta el centro de la pista.
Una vez allí, empezaron a sonar los acordes de “Frozen” de Within Temptation, y Xena y Emma empezaron a bailar.
Cuando se terminó, todos aplaudieron y vitorearon a la pareja y se acercaron Gabrielle y Regina.
Emma, al ver a la morena sonrió, la abrazó y la besó con pasión mientras “Love Runs Out” de OneRepublic sonaba de fondo.

Poco después, mientras los acordes de la canción “Casual Sex” de My Darkest Days se iban extinguiendo hubo un pequeño fogonazo, apagando la música.
Todo el mundo se sorprendió y se volvió hacia las escaleras y allí se encontraba un hombre vestido con una armadura de cuero negro y dorado, una capa verde, un casco con cuernos y un báculo con el que hacia magia. Miraba a todo el mundo, como buscando a alguien. Sonrió a todos los que estaban allí.
- Parece que he venido en una muy buena hora… - dijo mientras miraba a todos a los ojos.
- Quien eres… - dijo David adelantándose junto con Emma.
- ¿Y tú, Soldado, quien eres para dirigirte a mí? – dijo con desprecio el hombre. – Solo se pueden dirigir a mí los Reyes, los Generales y los Dioses. Y tú no eres nada de eso… - dijo con desprecio.
Davis iba a replicar cuando Emma le puso una mano en el brazo y lo miro.
- Entonces… ¿Quién eres? – dijo Emma con seguridad.
El hombre se dio la vuelta para mirarla. Vio su vestimenta y su corona. Sonrió.
- Eso está mejor… - dijo sonriendo a la rubia. – Soy el Dios Nórdico Loki. Hermano de Thor, Dios del Trueno, hijo de Odín, Padre de los Dioses… - dijo irguiéndose ante los presentes. - ¿Y tú? – dijo señalando a Emma con el báculo.
- Soy Emma Swan, Princesa Emma Swan… - dijo sonriendo. – Y él, a quien as confundido con un soldado, es mi padre, el Príncipe James Charming…
Loki lo miro sorprendida.
- Viste como un soldado.... – dijo extrañado.
Emma sonrió.                                 
- As interrumpido en una fiesta de disfraces… - dijo Regina adelantándose para quedar cerca de Emma. – Yo soy Regina Mills, la Evil Queen… - dijo orgullosa.
- Y yo la Princesa Snow White… - dijo poniéndose al lado de David. – Que quieres…
Loki sonrió.
- Bien…  Parece que he llegado donde quería… - dijo mientras bajaba los pocos escalones que le quedaban.
- Loki…. Que haces aquí… - dijo Xena cortándole el paso, con mirada desafiante.
- Vaya… - dijo Loki sonriendo a Xena y a Gabrielle. – Xena… Y la rubita… Las dos mujeres de las que se enamoró mi hermana… - dijo mirando a las dos mujeres. – Me alegro de veros…
- Nosotras no… - dijo Gabrielle con furia.
Loki se rio.
- Me encanta que te pongas así, Gabrielle… - dijo acercándose a ella poco a poco. – Me resulta más excitante…
Xena se interpuso entre él y Gabrielle.
- Ni se te ocurra, Loki… - dijo Xena con furia.
Loki se para y mira con sorpresa a la pareja.
- Vaya, vaya, vaya… - dijo sonriendo. – Asique vosotras dos… - dijo riéndose. – Normal que mi pobre hermana estuviera destrozada… - dijo mirándolas.
- Brunilda es una gran amiga, Loki… - dijo Gabrielle detrás de Xena.
Loki la miro duramente y se dio la vuelta, alejándose de ellas.
- Lo que yo quiero es muy sencillo… - dijo paseando entre todos los que estaban allí mientras los miraba. – Si colaboráis, nadie saldrá herido… - dijo parándose delante de Henry, que estaba con Ruby.
- Que quieres… - dijo Xena haciendo que Loki desviara la mirada de Henry.
- Necesito una llave… - dijo mirándola a los ojos. – La llave que me abrirá todo lo que yo deseo… - dijo sonriendo y caminando hacia las escaleras para quedar enfrente de todos los presentes. – Y Al parecer… Esta aquí….
Todo el mundo se miró entre ellos. Emma miro con inquietud a Regina, quien le devolvió la mirada preocupada.
Ruby, por instinto, apretó más a Henry contra ella cuando los ojos del dios se posaron otra vez en él.
Afrodita se adelantó, dejando protegido a Paris con Asteria y Ainia.
- Yo soy Afrodita, Diosa Griega del Amor…. – dijo enfrente del otro dios. – Que deseas de ellos… - dijo señalando a los mortales allí presentes.
Loki se giró hacia la diosa rubia y le sonrió.
- Las diosas griegas sois muy… Interesantes… - dijo mirando con lujuria a Afrodita quien alzo solo una ceja. – Solo quiero a una persona…. – dijo acercándose a la diosa del amor.
- A quien… - dijo Afrodita.
Loki se acercó a la diosa y la miro de arriba abajo.
- Quiero al Creyente de Corazón Puro… - dijo con una sonrisa.
Todos los allí presentes jadearon. Quería a Henry.
Emma abrió los ojos y Regina la imito e instintivamente, la morena retrocedió hasta situarse al lado de Henry, que miraba con miedo al dios.
- No te lo llevaras… - dijo Emma con furia adelantándose y situándose delante del dios.
Loki la miro con una sonrisa.
- ¿Y quién me lo va a impedir? – dijo mirándola. - ¿Tu?
- Si… - dijo Emma creando una bola de luz blanca en su mano.
- Y yo… - dijo Regina creando otra bola de fuego.
- Vaya, vaya… - dijo retrocediendo un poco el dios. – Asique tenéis poderes…
Emma lo miro con odio.
Ruby escondió a Henry detrás de ella para poder protegerle, mientras que Emma y Regina se sitiaban delante de ellos y Snow y David al lado de Ruby.
Loki se dio cuenta que protegían al Creyente.
- Tendrás que pasar por encima de nosotros… - dijo Emma.
Loki sonrió.
- Él se ira conmigo…- dijo señalando a Henry. – Y ni tú, ni nadie me lo impedirá… - dijo mientras cogía el báculo con las dos manos y este empezaba a brillar en la punta.
- Subestimas el poder de sus madres… - dijo Regina.
- Jajaja, soy un dios, querida… - dijo Loki mirando a la morena. – Tengo muchos trucos… - y tras esto desapareció y al momento apareció el multiplicado. – Y dime… ¿Quién es el de verdad? – dijeron todos a la vez desconcertando a los allí presentes.
Emma empezó a tirar bolas de energía con poca potencia mientras que los Loki allí presentes se empezaban a reír. Emma vio que Regina, Xena y Gabrielle intentaban hacer lo mismo.
De repente, el Loki que estaba cerca de Emma la golpeó con el báculo, haciendo caer a la rubia. Gabrielle fue a ayudarla. Aprovechando esta distracción, el verdadero Loki cogió por detrás a Henry y lo atrapo.
- ¡Mamá…! – dijo Henry al sentir que lo cogían.
Emma y Regina se giraron al grito de Henry.
- Ya eres mío, chico… - dijo inmovilizándolo con un hechizo. Se dio la vuelta y se encamino hacia las escaleras. Cuando estuvo allí, con un movimiento hizo desaparecer a los dobles. – Me ha gustado estar aquí… Pero tengo cosas que hacer…
Xena y Gabrielle se pusieron al lado de Emma y Regina.
- Suéltalo Loki… - dijo Xena furiosa. – Es solo un niño…
Loki sonrió.
- Le necesito… - dijo sonriendo cínicamente.
- ¿Para qué? – pregunto Gabrielle.
- Para invocar al Ragnarök… - dijo mientras miraba a todos con una sonrisa. – Le diré a tu hija Eve que le mandáis recuerdos… - dijo sonriendo mientras desaparecía.
Xena y Gabrielle abrieron la boca de la sorpresa. Ya sabían quién había secuestrado a Eve… Loki…