Capítulo 22
Ya en la habitación, las 4
mujeres estaban calladas y tiradas en la cama mirando el techo después del
mejor sexo que las 4 habrían tenido jamás en sus vidas.
Y todo comenzó con un juego…
Llegaron al camarote y Emma se
tiró en la cama.
- Yo no tengo sueño… - dijo a
las 3 mujeres que entraban por la puerta.
- Yo tampoco… - dijo Gabrielle
tirándose al lado de la rubia.
Las dos morenas miraron a las
rubias que estaban en la cama, mientras se ponían cómodas.
- Podemos jugar a algo… - dijo
Emma mientras se incorporaba y miraba al resto de mujeres y ella se ponía
cómoda. – Tengo unas cartas… - dijo sacándolas.
Las mujeres se miraron.
- ¿Qué propones? – dijo
Gabrielle sentándose en la cama.
Emma se lo pensó mientras
barajaba las cartas.
- Podríamos jugar a la carta
más alta… - dijo Xena con una sonrisa.
Gabrielle la miro con una
sonrisa.
- Por mi si… - se volvió a las
otras dos mujeres. - ¿Emma, Regina?
Las dos mujeres se miraron.
- Por mi si… - dijo Emma.
Regina asintió.
- Pues bien…. – dijo Gabrielle
tomando las cartas. – Sacamos una carta cada una y la que tenga la carta más
alta le dice a la que tenga la carta más baja lo que tiene que hacer… - dijo
mientras las barajaba. – Bien… ¿Quién coge la primera?
- Yo… - dijo Xena cogiendo una
carta.
- Emma… - dijo Gabrielle.
Emma cogió y después Regina y
por ultimo Gabrielle.
Destaparon las cartas y Xena
gago mientras que Emma perdió. Xena sonrió.
- A ver… - dijo Emma mirando a
Xena.
Xena sonrió.
- Bien… Quiero que te quites la
camiseta… - dijo sonriendo Xena.
Emma sonrió y se la quitó.
- Bien… - dijo Emma. – Otra… -
dijo sonriendo.
Jugaron unas cuantas partidas
más y el resultado fue a Emma en ropa interior, Regina solo se había quitado la
camisa, Gabrielle igual que Regina y Xena estaba como Emma.
Emma saco y perdió y Xena gano.
- ¿Otra vez? ¿En serio? – dijo
Emma tirando la carta que le había tocado.
- Vamos Emma, no te enfades… -
dijo Gabrielle mirando a la rubia.
- Gabrielle… ¡Que si me quito
otra prenda me quedo desnuda! – dijo mirando a la bardo.
- No veo el problema… - dijo
Xena mirando a la rubia con una ceja levantada.
Emma la miro incrédula a Xena.
- ¿Lo dices en serio? – dijo
Emma.
- Bueno… - dijo Xena mirando a
Emma. – Si no quieres quitarte una prenda… Besa a Gabrielle…
- ¿Cómo? – dijeron a la vez
Emma y Regina.
- Si no se quiere quitar una
prenda, que bese a Gabrielle… - dijo encogiéndose de hombros.
Emma y Regina se miraron.
- Bésala… - dijo Regina con un
suspiro.
- ¿Segura? – dijo Emma. – No lo
are si no lo estás… - dijo Emma mirando a la morena a los ojos.
- Segura… - dijo Regina mirando
a Emma. – Bésala…
Emma miro por un momento a
Regina y luego se volvió a Gabrielle que la miraba tranquilamente con una
sonrisa. Se inclinó hacia la bardo y posó suavemente los labios en los de ella
cerrando los ojos las dos. Ninguna de las dos se movió. Pero al poco rato, Emma
abrió un poco los labios y Gabrielle la correspondió.
Poco a poco se fueron acercando
más la una a la otra bajo la atenta mirada de las dos morenas que no perdían
detalle.
Emma y Gabrielle se acercaron y
la bardo acaricio la mejilla de la rubia suspirando en los labios de Emma,
quien se apretó más a la Reina Amazona provocando un gemido en Gabrielle, por
el cual Emma se aproximó más a ella y, tumbándola encima de la cama, se puso
encima de la bardo.
Gabrielle gimió ante las
caricias que le proporcionaba Emma que recorría el cuerpo de la reina con las
manos mientras que Gabrielle gemía ante las caricias de la rubia. Ese sonido
provocó tal grado de excitación en Emma, que rápidamente, subió a los labios de
Gabrielle besándola con pasión.
Mientras, Xena y Regina miraban
como las dos rubias se besaban y disfrutaban.
Xena no lo pudo aguantar más e
inclinándose, acaricio la espalda desnuda de Emma, quien al sentir el toque se
medio incorporo y miro a la morena, quien aprovechó a besarla con pasión en los
labios. Beso que Emma devolvió con gusto mientras que Xena acariciaba la
espalda baja de Emma.
Regina miraba como las 3
mujeres se besaban y se tocaban y poco a poco ella se iba excitando. Eso le
recordaba a las noches lujuriosas que pasaba cuando estaba en el Bosque
Encantado.
Emma, ante las caricias y los
besos apasionados de Xena, profirió un gemido, hecho que hizo que Regina mirara
a su rubia con los ojos encendidos de pasión y, no aguantando más, se inclinó y
acaricio las caderas de Emma.
Esta, al sentir las manos de
Regina, se separó de Xena volviendo la cara hacia la morena y atrapando con
desesperación los labios con los suyos. Puso sus manos detrás de Regina
quitándole poco a poco el sujetador. Muy despacio dejó que el material se
deslizara sobre su cuerpo. Sonrió mientras veía como Regina cerraba los ojos
ante las caricias que Emma le proporcionaba. Xena y Gabrielle no perdían
detalle de lo que Emma hacia a Regina. Veían como la Evil Queen suspiraba ante
las caricias de los labios de Emma en sus pezones.
Xena Y Gabrielle mientras, se
acariciaban y se besaban sin perderse nada de las caricias que se
proporcionaban Regina y Emma. Estaban completamente cautivadas mientras que
Regina y Emma se besaban y acariciaban.
Gabrielle cruzo la distancia
entre ellas y se sentó a horcajadas sobre las caderas de Xena, quien la abrazo
y, atrayéndola hacia sus labios, la beso con pasión.
Poco tiempo después, Emma y Xena
estaban sobre Regina y Gabrielle, besándoles el cuello y acariciando los
costados de ambas mujeres, mientras que las mujeres que estaban tumbadas,
suspiraban entre jadeos.
Las dos mujeres que estaban
encima desnudaron a las otras mujeres mientras que las otras dos mujeres de
abajo, desnudaron a Xena y Emma.
El cálido y suave aliento de
Gabrielle estremeció a Xena, quien cerró los ojos y profirió un gruñido que
salió desde el fondo de la garganta de la guerrera. Eso excito más a Gabrielle,
quien ataco ferozmente los labios de su amante.
Por otro lado, Emma devoraba
sin compasión el cuello de la Evil Queen, quien gemía sin control ante los
ataque de la rubia. Regina deslizó sus manos con suavidad sobre los hombros de
la mujer, atrayéndola hacia ella. Mientras tanto, Regina veía como Xena y
Gabrielle se besaban con pasión y se quitaban toda la ropa. Mientras Regina
miraba a las otras dos mujeres, Emma aprovechó a desnudarla y quitarse ella lo
que le quedaba, echándose desnuda encima de la Reina Malvada.
Las manos de Gabrielle vagaban
libremente, alrededor del cuello de la guerrera, bajando por sus brazos, por
toda su espalda memorizándola poco a poco. Gabrielle, rodeó con sus brazos la
cintura de Xena, besando el lóbulo de su oreja. Su respiración se hizo más rápida
al sentir los brazos de la bardo rodeándola y al notar como Emma y Regina daban
rienda suelta ya a su pasión, dándose placer mutuamente con las manos
enterradas en los sexos de cada una.
Xena envolvió el cuerpo de la
joven con sus fuertes brazos y la acercó s ma ella, rozando sus labios contra
los de la bardo. Ambas gimieron ante el estremecimiento que pasó entre sus
cuerpos haciendo que Gabrielle cerrara los ojos por la pasión. Sintió la
suavidad de los labios de Xena y no pudo aguantar otro gemido se le escapara de
la boca.
Después de un rato dándose
placer las mujeres por sus respectivas parejas, las 4 mujeres se miraron con
lujuria a los ojos, satisfechas por sus parejas. Pero eso no las detuvo, y tras
una sonrisa, las 4 mujeres se lanzaron sobre las otras, acariciándose y
besándose sin pudor alguno. Dándose placer daba igual a quien. Lo importante
era disfrutar.
Después de eso, las 4 mujeres
estaban calladas y tiradas en la cama mirando el techo. No decían nada.
Sobraban las palabras ante lo que acababan de vivir.
Se miraron y las 4 sonrieron
ante el recuerdo.
- Guau… - Emma fue la que hablo
primero.
- Aja… - coincidió Gabrielle
con una sonrisa.
Xena miro a la bardo con una
sonrisa. Nunca la había visto tan contenta y satisfecha. Y debía de reconocer
la guerrera, que ella también se sentía así. Gabrielle la complementaba, de eso
no había duda, pero lo que había sentido al hacerles el amor no solo a la rubia
bardo, sino también a Emma y Regina, no se comparaba con nada de lo que había
vivido como Señora de la Guerra. Y eso que en sus días oscuros, utilizaba el
sexo no solo como medio de satisfaces sus instintos.
Por otro lado, Regina sentía
algo parecido a lo que sentía la alta morena guerrea. Ya había experimentado
ese tipo de encuentro cuando estaba en el Bosque Oscuro, pero no a tan alta
intensidad y satisfacción como lo había sentido hace unos minutos.
Emma y Gabrielle estaban
sonriendo como un niño ante una navidad llena de regalos. Emma ya había tenido
tríos, pero sin ningún compromiso, solo por placer. Por aquello era diferente.
El amor y atracción que sentía hacia aquellas personas era tan grande, que al
llegar una y otra vez al orgasmo, había sido como el más dulce de los placeres
que te ofreciera esta tierra.
Gabrielle estaba fascinada. Era
la primera vez que hacia algo como aquello y al principio se sentía algo tímida
al pensar que no estuviera a la altura. Pero poco a poco, según iba cogiendo
confianza, se había soltado ante las palabras de tranquilidad de Emma y Regina
y los susurros amorosos de Xena.
Y así, las 4 mujeres se
durmieron. Con una sonrisa en los labios y con las manos entrelazadas entre
ellas.
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