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domingo, 30 de noviembre de 2014

La vida Continua Más Allá: Capítulo 22

Capítulo 22

Ya en la habitación, las 4 mujeres estaban calladas y tiradas en la cama mirando el techo después del mejor sexo que las 4 habrían tenido jamás en sus vidas.
Y todo comenzó con un juego…

Llegaron al camarote y Emma se tiró en la cama.
- Yo no tengo sueño… - dijo a las 3 mujeres que entraban por la puerta.
- Yo tampoco… - dijo Gabrielle tirándose al lado de la rubia.
Las dos morenas miraron a las rubias que estaban en la cama, mientras se ponían cómodas.
- Podemos jugar a algo… - dijo Emma mientras se incorporaba y miraba al resto de mujeres y ella se ponía cómoda. – Tengo unas cartas… - dijo sacándolas.
Las mujeres se miraron.
- ¿Qué propones? – dijo Gabrielle sentándose en la cama.
Emma se lo pensó mientras barajaba las cartas.
- Podríamos jugar a la carta más alta… - dijo Xena con una sonrisa.
Gabrielle la miro con una sonrisa.
- Por mi si… - se volvió a las otras dos mujeres. - ¿Emma, Regina?
Las dos mujeres se miraron.
- Por mi si… - dijo Emma. Regina asintió.
- Pues bien…. – dijo Gabrielle tomando las cartas. – Sacamos una carta cada una y la que tenga la carta más alta le dice a la que tenga la carta más baja lo que tiene que hacer… - dijo mientras las barajaba. – Bien… ¿Quién coge la primera?
- Yo… - dijo Xena cogiendo una carta.
- Emma… - dijo Gabrielle.
Emma cogió y después Regina y por ultimo Gabrielle.
Destaparon las cartas y Xena gago mientras que Emma perdió. Xena sonrió.
- A ver… - dijo Emma mirando a Xena.
Xena sonrió.
- Bien… Quiero que te quites la camiseta… - dijo sonriendo Xena.
Emma sonrió y se la quitó.
- Bien… - dijo Emma. – Otra… - dijo sonriendo.
Jugaron unas cuantas partidas más y el resultado fue a Emma en ropa interior, Regina solo se había quitado la camisa, Gabrielle igual que Regina y Xena estaba como Emma.
Emma saco y perdió y Xena gano.
- ¿Otra vez? ¿En serio? – dijo Emma tirando la carta que le había tocado.
- Vamos Emma, no te enfades… - dijo Gabrielle mirando a la rubia.
- Gabrielle… ¡Que si me quito otra prenda me quedo desnuda! – dijo mirando a la bardo.
- No veo el problema… - dijo Xena mirando a la rubia con una ceja levantada.
Emma la miro incrédula a Xena.
- ¿Lo dices en serio? – dijo Emma.
- Bueno… - dijo Xena mirando a Emma. – Si no quieres quitarte una prenda… Besa a Gabrielle…
- ¿Cómo? – dijeron a la vez Emma y Regina.
- Si no se quiere quitar una prenda, que bese a Gabrielle… - dijo encogiéndose de hombros.
Emma y Regina se miraron.
- Bésala… - dijo Regina con un suspiro.
- ¿Segura? – dijo Emma. – No lo are si no lo estás… - dijo Emma mirando a la morena a los ojos.
- Segura… - dijo Regina mirando a Emma. – Bésala…
Emma miro por un momento a Regina y luego se volvió a Gabrielle que la miraba tranquilamente con una sonrisa. Se inclinó hacia la bardo y posó suavemente los labios en los de ella cerrando los ojos las dos. Ninguna de las dos se movió. Pero al poco rato, Emma abrió un poco los labios y Gabrielle la correspondió.
Poco a poco se fueron acercando más la una a la otra bajo la atenta mirada de las dos morenas que no perdían detalle.
Emma y Gabrielle se acercaron y la bardo acaricio la mejilla de la rubia suspirando en los labios de Emma, quien se apretó más a la Reina Amazona provocando un gemido en Gabrielle, por el cual Emma se aproximó más a ella y, tumbándola encima de la cama, se puso encima de la bardo.
Gabrielle gimió ante las caricias que le proporcionaba Emma que recorría el cuerpo de la reina con las manos mientras que Gabrielle gemía ante las caricias de la rubia. Ese sonido provocó tal grado de excitación en Emma, que rápidamente, subió a los labios de Gabrielle besándola con pasión.
Mientras, Xena y Regina miraban como las dos rubias se besaban y disfrutaban.
Xena no lo pudo aguantar más e inclinándose, acaricio la espalda desnuda de Emma, quien al sentir el toque se medio incorporo y miro a la morena, quien aprovechó a besarla con pasión en los labios. Beso que Emma devolvió con gusto mientras que Xena acariciaba la espalda baja de Emma.
Regina miraba como las 3 mujeres se besaban y se tocaban y poco a poco ella se iba excitando. Eso le recordaba a las noches lujuriosas que pasaba cuando estaba en el Bosque Encantado.
Emma, ante las caricias y los besos apasionados de Xena, profirió un gemido, hecho que hizo que Regina mirara a su rubia con los ojos encendidos de pasión y, no aguantando más, se inclinó y acaricio las caderas de Emma.
Esta, al sentir las manos de Regina, se separó de Xena volviendo la cara hacia la morena y atrapando con desesperación los labios con los suyos. Puso sus manos detrás de Regina quitándole poco a poco el sujetador. Muy despacio dejó que el material se deslizara sobre su cuerpo. Sonrió mientras veía como Regina cerraba los ojos ante las caricias que Emma le proporcionaba. Xena y Gabrielle no perdían detalle de lo que Emma hacia a Regina. Veían como la Evil Queen suspiraba ante las caricias de los labios de Emma en sus pezones.
Xena Y Gabrielle mientras, se acariciaban y se besaban sin perderse nada de las caricias que se proporcionaban Regina y Emma. Estaban completamente cautivadas mientras que Regina y Emma se besaban y acariciaban.
Gabrielle cruzo la distancia entre ellas y se sentó a horcajadas sobre las caderas de Xena, quien la abrazo y, atrayéndola hacia sus labios, la beso con pasión.
Poco tiempo después, Emma y Xena estaban sobre Regina y Gabrielle, besándoles el cuello y acariciando los costados de ambas mujeres, mientras que las mujeres que estaban tumbadas, suspiraban entre jadeos.
Las dos mujeres que estaban encima desnudaron a las otras mujeres mientras que las otras dos mujeres de abajo, desnudaron a Xena y Emma.
El cálido y suave aliento de Gabrielle estremeció a Xena, quien cerró los ojos y profirió un gruñido que salió desde el fondo de la garganta de la guerrera. Eso excito más a Gabrielle, quien ataco ferozmente los labios de su amante.
Por otro lado, Emma devoraba sin compasión el cuello de la Evil Queen, quien gemía sin control ante los ataque de la rubia. Regina deslizó sus manos con suavidad sobre los hombros de la mujer, atrayéndola hacia ella. Mientras tanto, Regina veía como Xena y Gabrielle se besaban con pasión y se quitaban toda la ropa. Mientras Regina miraba a las otras dos mujeres, Emma aprovechó a desnudarla y quitarse ella lo que le quedaba, echándose desnuda encima de la Reina Malvada.
Las manos de Gabrielle vagaban libremente, alrededor del cuello de la guerrera, bajando por sus brazos, por toda su espalda memorizándola poco a poco. Gabrielle, rodeó con sus brazos la cintura de Xena, besando el lóbulo de su oreja. Su respiración se hizo más rápida al sentir los brazos de la bardo rodeándola y al notar como Emma y Regina daban rienda suelta ya a su pasión, dándose placer mutuamente con las manos enterradas en los sexos de cada una.
Xena envolvió el cuerpo de la joven con sus fuertes brazos y la acercó s ma ella, rozando sus labios contra los de la bardo. Ambas gimieron ante el estremecimiento que pasó entre sus cuerpos haciendo que Gabrielle cerrara los ojos por la pasión. Sintió la suavidad de los labios de Xena y no pudo aguantar otro gemido se le escapara de la boca.
Después de un rato dándose placer las mujeres por sus respectivas parejas, las 4 mujeres se miraron con lujuria a los ojos, satisfechas por sus parejas. Pero eso no las detuvo, y tras una sonrisa, las 4 mujeres se lanzaron sobre las otras, acariciándose y besándose sin pudor alguno. Dándose placer daba igual a quien. Lo importante era disfrutar.

Después de eso, las 4 mujeres estaban calladas y tiradas en la cama mirando el techo. No decían nada. Sobraban las palabras ante lo que acababan de vivir.
Se miraron y las 4 sonrieron ante el recuerdo.
- Guau… - Emma fue la que hablo primero.
- Aja… - coincidió Gabrielle con una sonrisa.
Xena miro a la bardo con una sonrisa. Nunca la había visto tan contenta y satisfecha. Y debía de reconocer la guerrera, que ella también se sentía así. Gabrielle la complementaba, de eso no había duda, pero lo que había sentido al hacerles el amor no solo a la rubia bardo, sino también a Emma y Regina, no se comparaba con nada de lo que había vivido como Señora de la Guerra. Y eso que en sus días oscuros, utilizaba el sexo no solo como medio de satisfaces sus instintos.
Por otro lado, Regina sentía algo parecido a lo que sentía la alta morena guerrea. Ya había experimentado ese tipo de encuentro cuando estaba en el Bosque Oscuro, pero no a tan alta intensidad y satisfacción como lo había sentido hace unos minutos.
Emma y Gabrielle estaban sonriendo como un niño ante una navidad llena de regalos. Emma ya había tenido tríos, pero sin ningún compromiso, solo por placer. Por aquello era diferente. El amor y atracción que sentía hacia aquellas personas era tan grande, que al llegar una y otra vez al orgasmo, había sido como el más dulce de los placeres que te ofreciera esta tierra.
Gabrielle estaba fascinada. Era la primera vez que hacia algo como aquello y al principio se sentía algo tímida al pensar que no estuviera a la altura. Pero poco a poco, según iba cogiendo confianza, se había soltado ante las palabras de tranquilidad de Emma y Regina y los susurros amorosos de Xena.
Y así, las 4 mujeres se durmieron. Con una sonrisa en los labios y con las manos entrelazadas entre ellas.

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