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jueves, 12 de marzo de 2015

La vida Continua Más Allá: Capítulo 31

Capítulo 31

Emma no escuchaba los gritos que le pegaba Regina, seguía hechizada con la voz de la sirena en su cabeza.
“Emma… Ven junto a nosotras…. Ven…”
Emma caminaba a paso lento hacia barandilla del barco, cautivada por la voz melodiosa de la sirena. Se subió a la barandilla y sin dar tiempo a reaccionar a los presentes, salto por la borda del barco precipitándose hacia el océano.
Las mujeres y los marineros, se acercaron rápidamente para visualiza a la rubia que estaba en medio de al menos 10 sirenas.
Regina miraba la escena con enfado.
- ¿No puedes hacer algo….? – pregunto Ruby al ver que su amiga se hundía poco a poco en el océano.
- Eso intento…. – dijo apretando los dientes, y es que Regina había intentado detener a Emma desde que la llamo y no le hizo caso.
De repente, una columna de agua se elevó en el aire, transportando a Emma y la dejo sobre la cubierta del barco.
Emma empezó a escupir agua y a respirar con dificultad. Rápidamente se acercaron para auxiliarla, pero unas figuras se elevaron del océano y se posaron en la cubierta detrás de ellas.
Las mujeres miraron a los recién llegados y se percataron que eran Tritón, el adre de Ariel, la propia Ariel y su hija Melody.
- ¡Emma…! – dice Ariel separándose de su padre y de su hija y corriendo hacia la Salvadora. Se arrodilla y la mira a la cara. - ¿Estas bien?
Emma se medió incorporó con ayuda de Regina y mira a su amiga sirena con una sonrisa cansada.
- Si, tranquila… - dijo cerrando los ojos un momento. - ¿Qué ha pasado? – dijo mirando a todos los que estaba a su alrededor.
- ¿No te acuerdas de nada? – pregunto Ruby con preocupación.
- no… Solo ir junto a Regina, intentar imitarla para el hechizo y lo último que recuerdo es estar en el agua ahogándome…
Las mujeres se miran entre ellas.
- Eso es normal… - dijo Ariel con una sonrisa. – El canto de las sirenas produce que pierdas la memoria para poder llevarte con ellas al fondo del mar…. – dijo con una sonrisa triste. – Lo siento… Es nuestra naturaleza….
- No te preocupes Ariel… - dijo Emma calmando a la princesa.
- ¿Estas bien? – pregunto Regina con preocupación.
Emma la miro a los ojos.
- Si nena… - dijo acercándose a ella. – Estoy bien… No te preocupes… - dijo mientras acariciaba la mejilla de la morena.
Regina no se pudo contener y atrajo así si a la rubia, agarrándola de la nuca y dándole un beso que hizo que se le quitara el aliento a la Salvadora.
Cuando se separaron, ambas mujeres se apoyaron en la frente de la otra.
- No me vuelvas a hacer esto… - dijo mientras abrazaba
 Emma con fuerza.
- Lo prometo… - dijo Emma mientras besaba la cabeza de la Evil Queen.
Se separaron y miraron a Ariel que las miraba con culpabilidad.
- Lo siento de verdad… - dijo Ariel.
Emma se incorporó.
- Ya vale, Ariel… - dijo abrazando a la sirena. – Me alegro de verte… - dijo sonriendo. - ¿Qué hacías aquí? ¿No volviste con Eric?
- Estaba visitando a mi padre junto con mi hija. – dijo señalando a las dos personas que se habían quedado más atrás. Las mujeres sonrieron a Tritón y a Melody como modo de saludo. - ¿Y vosotras lejos de StoryBrooke?
- Estábamos buscando a Henry y a su hija... – dijo Emma señalando a Xena y Gabrielle. – Han sido secuestrados por la misma persona…- Ariel miro a la Reina Amazona y a la guerrera con verdadero interés. Interés que no le pasó inadvertido a nadie allí presente. – Ellas son Xena, Princesa Guerrera, Gabrielle, Reina de las Amazonas y ella es Asteria, una guerrera Amazona.
Las mujeres asintieron con la cabeza cuando Emma iba nombrándolas.
- Encantada… - dijo Ariel. - ¿No ha venido tu madre?- preguntó al ver solo a Ruby y a Regina junto a Emma.
- Se lo impedí yo… - dijo Ruby. – Ahora debe cuidar de Daniel... – dijo encogiéndose de hombros.
Ariel sonrió.
- Eso me tranquiliza… - dijo mirándolas con una sonrisa. – Debes perdonarme, Emma… - dijo mirándola. – Ellas no quería ahogarte… No sabían quién eras…
- Tranquila, Ariel… - dijo sonriendo la rubia. – No pasó nada…
- Pero podría a ver pasado… - dijo Regina cruzándose de brazos.
- Regina… - dijo Emma.
- Bueno, como sea…. – dijo Ruby calmando los ánimos.
- ¿Os podemos ayudar? – dijo Ariel mirándoles.
- Si… - dijo Emma con una sonrisa. – El barco se hunde y estamos en mitad del océano… - dijo desesperada.
- Ariel, ¿podríais ayudarnos a llevarlo a un puerto? – dijo Ruby mirando a su amiga sirena.
La sirena sonrió.
- Por supuesto… - dijo con una gran sonrisa. – Hacia donde os dirigíais…
- A Islandia… - dijo Hook mientras se acercaba.
- ¿Tan lejos? – pregunto extrañan la sirena.
- Larga historia… - dijo Emma.
- Muy bien… - dijo Ariel mientras se daba la vuelta y miraba a su padre. – Padre… ¿Podríamos llevarles al puerto?
Tritón miro a su hija con una sonrisa y luego a los demás.
- Por supuesto, hija…. – sonrió. – Agarraos fuerte...
Y no termino de decirlo, cuando al alzar su tridente, un remolino de agua se elevó del océano, elevando al barco por encima de este.
Poco a poco, el barco fue recorriendo el ancho océano hasta llegar suavemente al puerto de Islandia.

Una vez en el puerto, los marineros, junto con las mujeres y Hook bajaron del barco.
- Vaya… - dijo Gabrielle mirando todo alrededor. – Esta igual que cuando llegamos…
- Si… - dijo Xena mirando todo. – Esta igual… Mira, la taberna donde nos quedamos… - dijo señalando una taberna que había cerca del puerto.
Y es que no había cambiado nada. Parecía que no habían pasado los años y era verdad, estaban congelados en el tiempo como le pasaba a StoryBrooke.
Las mujeres se dirigieron a la taberna, siguiendo a Xena y a Gabrielle que miraban todo con una sonrisa mientras explicaban a las otras mujeres las cosas que había.
Mientras tanto, Hook dispuso todo para que arreglaran el barco lo antes posibles, acordado que Hook se quedaría cerca del puerto, supervisando las obras del barco, mientras que las mujeres iban a hacer lo que tenían que hacer.
Este comportamiento hizo que Regina se burlara del Pirata diciendo que tenía miedo a enfrentarse a un dios, lo que provoco que el Pirata se altarera y que Emma interviniera para que no se enfrentaran y calmar los ánimos.

Xena, Gabrielle y compañía, entraron en la oscura y ruidosa taberna. Xena se parao en la puerta, observando el interior. Gabrielle la imito, poniéndose a su lado mientras que las otras mujeres se encontraban detrás de ellas.
Xena y Gabrielle se adentraron poco a poco en la taberna, dirigiéndose a la barra, donde un tabernero con gran barba, ceño fruncido y con ropajes andrajosos, servía las bebidas detrás de la barra.
- Hola… - dijo Xena cuando estuvo delante del hombre.
El hombre la miro de arriba abajo con el ceño fruncido.
- Que quieres… - dijo el tabernero.
- 6 jarras de cerveza y algo para comer… - dijo seriamente.
- Muy bien… - dijo el tabernero.
El tabernero sirvió las bebidas y las mujeres se encaminaron hacia una de las mesas que se encontraban al fondo de la taberna. Se sentaron en la mesa mientras que una camarera les traía la cena. Cuando termino de servir, miro expectante a Gabriel, hecho que no pasó desapercibido por Xena, que miro duramente a camarera, haciendo que esta bajara rápidamente la mirada y se fuera.
- Xena… - riño Gabrielle a la guerrera. – Deja de intimidar a la gente…
- Yo no las intimido… - dijo la Guerrera después de beber un trago de su jarra de cerveza – Solo la he mirado…
- Ya… - dijo Gabrielle comendo se su plato.
El resto de las mujeres se rieron ante aquella disputa.
- Gabrielle… - dijo Xena mientras atacaba su plato. – ¿Nos consigues unas cama? Estoy cansada…
- No te preocupes… - dijo la rubia bardo con una sonrisa. – Conseguiré las mejores y a buen precio… - dijo mientras se levantaba e iba hacia la barra a hablar con el tabernero.
- ¿No te preocupa que vaya sola? – dijo Emma mirando a Gabrielle como hablaba con el tabernero.
Xena miro en la dirección en la que Emma miraba.
- No te preocupes, ella se las arregla bien… - dijo girándose hacia la mesa y bebiendo de la jarra de cerveza con una sonrisa.
Al cabo de 5 minutos, Gabrielle volvió sonriendo hacia la mesa donde estaban las mujeres. Se sentó al lado de la guerrera y las miro a la cara con una sonrisa.
- ¿Y bien? – dijo Emma mirando a la Reina Amazona.
Gabrielle la miro a los ojos.
- Tenemos habitación…. – dijo mirándolas.
- Pero… - dijo Xena alzando una ceja.
- Solo hay dos habitaciones libres… - dijo mirándolas.
- Por mí no hay problema… - dijo Xena estirándose en el asiento y apoyándose en la pared.
- Por mí tampoco… - dio Emma mirando a Regina.
- A mí tampoco… - dijo Regina sonriendo a Emma.
- A nosotras tampoco, mi Reina… - dijo Asteria mirando a Ruby.
- Muy bien… - dijo Gabrielle con una sonrisa. - ¿Cómo nos quedamos?
- Como en el barco de Hook, ¿no? – dijo Emma mirándolas.
Asteria y Ruby se miraron.
- A mí me parece bien…. – dijo Ruby.
Las demás mujeres asintieron con una sonrisa.

Llegaron a la habitación y dejaron caer pesadamente sobre el suelo el equipaje y las armaduras.
Xena se encamino hacia la ventana abierta de la habitación y se asomó para asegurar el lugar, mientras que Gabrielle se dirigía hacia el baño para preparar la gran bañera que allí había.
Mientras tanto, Emma y Regina prepararon la cama para poder acostarse.
Tras el baño relajante que se dieron las parejas de mujeres, se acostaron desnudas en la cama, y es que últimamente ni se molestaban en ponerse algo para dormir, ya que al cabo de un rato, acababa la ropa toda esparcida por el suelo y en la cama solo era un enredo de brazos y piernas.
Poco a poco, se empezaron a acariciar unas a otras, perdiéndose en los besos y caricias que las mujeres se profesaban.
Suspiros y gemidos se oían la habitación.
Emma besaba con pasión a Regina mientras que con una mano acariciaba el cuerpo de Gabrielle, quien se retorcía ante las caricias de Xena y sus besos y las caricias de Emma y Regina.
Emma se separó para ver a la morena que tenía debajo de ella, miro a un lado y pudo ver como Gabrielle se retorcían ante las caricias de Xena. Sonrió y miro a Regina, que tenía la misma expresión en la cara que la rubia Reina.  Xena se incorporó con una sonrisa y miro a Emma y con una sonrisa cómplice, ambas mujeres se inclinaron hacia delante y Xena, susurró al oído de Gabrielle, lo suficientemente alto para que las otras dos mujeres la oyeran.
- Me encanta cuando te pones así, mi bardo… -  dijo Xena con voz sensual. – Y más desde que compartimos cama con ellas… - dijo mientras elevaba una mirada lujuriosa hacia Emma y Regina, que las miraban con fuego en los ojos.
El cálido y suave aliento en la voz de la guerrera, hicieron que la rubia bardo gimiera de placer.
Gabrielle alargo una mano, pasándosela a su amante por la nuca y estrellando con pasión sus labios. Se separó y miro a la guerrera a los ojos.
- A mí también. Mi Guerrera… - dijo Gabrielle acariciando el cuerpo desnudo de la morena que tenía encima. – Desde que ellas están aquí estás más ardiente… - dijo con una sonrisa.
Ambas mujeres sonrieron y como si estuvieran de acuerdo, se abalanzaron sobre Emma y Regina.
Xena atrapo la nuca de la rubia con una mano mientras que su boca besaba insaciable los labios de la rubia, que gemía de satisfacción. Pero Emma no se quedaba atrás, agarro con fuerza de la nuca de la morena guerrera, atrayéndola hacia ella para profundizar en el beso.
Mientras tanto, la Reina Malvada era aplastada por una pequeña rubia que no daba tregua a la morena de pelo corto, besándola con pasión, pasión que le era devuelta a la rubia bardo por parte de la morena.

Eso prometía ser una noche muy, muy larga…

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