Capítulo 31
Emma no escuchaba los gritos
que le pegaba Regina, seguía hechizada con la voz de la sirena en su cabeza.
“Emma… Ven junto a nosotras…. Ven…”
Emma caminaba a paso lento
hacia barandilla del barco, cautivada por la voz melodiosa de la sirena. Se
subió a la barandilla y sin dar tiempo a reaccionar a los presentes, salto por
la borda del barco precipitándose hacia el océano.
Las mujeres y los marineros, se
acercaron rápidamente para visualiza a la rubia que estaba en medio de al menos
10 sirenas.
Regina miraba la escena con
enfado.
- ¿No puedes hacer algo….? –
pregunto Ruby al ver que su amiga se hundía poco a poco en el océano.
- Eso intento…. – dijo
apretando los dientes, y es que Regina había intentado detener a Emma desde que
la llamo y no le hizo caso.
De repente, una columna de agua
se elevó en el aire, transportando a Emma y la dejo sobre la cubierta del
barco.
Emma empezó a escupir agua y a
respirar con dificultad. Rápidamente se acercaron para auxiliarla, pero unas
figuras se elevaron del océano y se posaron en la cubierta detrás de ellas.
Las mujeres miraron a los
recién llegados y se percataron que eran Tritón, el adre de Ariel, la propia
Ariel y su hija Melody.
- ¡Emma…! – dice Ariel
separándose de su padre y de su hija y corriendo hacia la Salvadora. Se
arrodilla y la mira a la cara. - ¿Estas bien?
Emma se medió incorporó con
ayuda de Regina y mira a su amiga sirena con una sonrisa cansada.
- Si, tranquila… - dijo
cerrando los ojos un momento. - ¿Qué ha pasado? – dijo mirando a todos los que
estaba a su alrededor.
- ¿No te acuerdas de nada? –
pregunto Ruby con preocupación.
- no… Solo ir junto a Regina,
intentar imitarla para el hechizo y lo último que recuerdo es estar en el agua ahogándome…
Las mujeres se miran entre
ellas.
- Eso es normal… - dijo Ariel
con una sonrisa. – El canto de las sirenas produce que pierdas la memoria para
poder llevarte con ellas al fondo del mar…. – dijo con una sonrisa triste. – Lo
siento… Es nuestra naturaleza….
- No te preocupes Ariel… - dijo
Emma calmando a la princesa.
- ¿Estas bien? – pregunto Regina
con preocupación.
Emma la miro a los ojos.
- Si nena… - dijo acercándose a
ella. – Estoy bien… No te preocupes… - dijo mientras acariciaba la mejilla de
la morena.
Regina no se pudo contener y
atrajo así si a la rubia, agarrándola de la nuca y dándole un beso que hizo que
se le quitara el aliento a la Salvadora.
Cuando se separaron, ambas
mujeres se apoyaron en la frente de la otra.
- No me vuelvas a hacer esto… -
dijo mientras abrazaba
Emma con fuerza.
- Lo prometo… - dijo Emma
mientras besaba la cabeza de la Evil Queen.
Se separaron y miraron a Ariel
que las miraba con culpabilidad.
- Lo siento de verdad… - dijo
Ariel.
Emma se incorporó.
- Ya vale, Ariel… - dijo
abrazando a la sirena. – Me alegro de verte… - dijo sonriendo. - ¿Qué hacías
aquí? ¿No volviste con Eric?
- Estaba visitando a mi padre
junto con mi hija. – dijo señalando a las dos personas que se habían quedado más
atrás. Las mujeres sonrieron a Tritón y a Melody como modo de saludo. - ¿Y
vosotras lejos de StoryBrooke?
- Estábamos buscando a Henry y
a su hija... – dijo Emma señalando a Xena y Gabrielle. – Han sido secuestrados
por la misma persona…- Ariel miro a la Reina Amazona y a la guerrera con
verdadero interés. Interés que no le pasó inadvertido a nadie allí presente. –
Ellas son Xena, Princesa Guerrera, Gabrielle, Reina de las Amazonas y ella es
Asteria, una guerrera Amazona.
Las mujeres asintieron con la
cabeza cuando Emma iba nombrándolas.
- Encantada… - dijo Ariel. -
¿No ha venido tu madre?- preguntó al ver solo a Ruby y a Regina junto a Emma.
- Se lo impedí yo… - dijo Ruby.
– Ahora debe cuidar de Daniel... – dijo encogiéndose de hombros.
Ariel sonrió.
- Eso me tranquiliza… - dijo
mirándolas con una sonrisa. – Debes perdonarme, Emma… - dijo mirándola. – Ellas
no quería ahogarte… No sabían quién eras…
- Tranquila, Ariel… - dijo
sonriendo la rubia. – No pasó nada…
- Pero podría a ver pasado… -
dijo Regina cruzándose de brazos.
- Regina… - dijo Emma.
- Bueno, como sea…. – dijo Ruby
calmando los ánimos.
- ¿Os podemos ayudar? – dijo
Ariel mirándoles.
- Si… - dijo Emma con una
sonrisa. – El barco se hunde y estamos en mitad del océano… - dijo desesperada.
- Ariel, ¿podríais ayudarnos a
llevarlo a un puerto? – dijo Ruby mirando a su amiga sirena.
La sirena sonrió.
- Por supuesto… - dijo con una
gran sonrisa. – Hacia donde os dirigíais…
- A Islandia… - dijo Hook
mientras se acercaba.
- ¿Tan lejos? – pregunto
extrañan la sirena.
- Larga historia… - dijo Emma.
- Muy bien… - dijo Ariel
mientras se daba la vuelta y miraba a su padre. – Padre… ¿Podríamos llevarles
al puerto?
Tritón miro a su hija con una
sonrisa y luego a los demás.
- Por supuesto, hija…. –
sonrió. – Agarraos fuerte...
Y no termino de decirlo, cuando
al alzar su tridente, un remolino de agua se elevó del océano, elevando al barco
por encima de este.
Poco a poco, el barco fue
recorriendo el ancho océano hasta llegar suavemente al puerto de Islandia.
Una vez en el puerto, los
marineros, junto con las mujeres y Hook bajaron del barco.
- Vaya… - dijo Gabrielle
mirando todo alrededor. – Esta igual que cuando llegamos…
- Si… - dijo Xena mirando todo.
– Esta igual… Mira, la taberna donde nos quedamos… - dijo señalando una taberna
que había cerca del puerto.
Y es que no había cambiado
nada. Parecía que no habían pasado los años y era verdad, estaban congelados en
el tiempo como le pasaba a StoryBrooke.
Las mujeres se dirigieron a la
taberna, siguiendo a Xena y a Gabrielle que miraban todo con una sonrisa
mientras explicaban a las otras mujeres las cosas que había.
Mientras tanto, Hook dispuso
todo para que arreglaran el barco lo antes posibles, acordado que Hook se quedaría
cerca del puerto, supervisando las obras del barco, mientras que las mujeres
iban a hacer lo que tenían que hacer.
Este comportamiento hizo que Regina
se burlara del Pirata diciendo que tenía miedo a enfrentarse a un dios, lo que
provoco que el Pirata se altarera y que Emma interviniera para que no se
enfrentaran y calmar los ánimos.
Xena, Gabrielle y compañía,
entraron en la oscura y ruidosa taberna. Xena se parao en la puerta, observando
el interior. Gabrielle la imito, poniéndose a su lado mientras que las otras mujeres
se encontraban detrás de ellas.
Xena y Gabrielle se adentraron
poco a poco en la taberna, dirigiéndose a la barra, donde un tabernero con gran
barba, ceño fruncido y con ropajes andrajosos, servía las bebidas detrás de la
barra.
- Hola… - dijo Xena cuando
estuvo delante del hombre.
El hombre la miro de arriba
abajo con el ceño fruncido.
- Que quieres… - dijo el
tabernero.
- 6 jarras de cerveza y algo
para comer… - dijo seriamente.
- Muy bien… - dijo el
tabernero.
El tabernero sirvió las bebidas
y las mujeres se encaminaron hacia una de las mesas que se encontraban al fondo
de la taberna. Se sentaron en la mesa mientras que una camarera les traía la
cena. Cuando termino de servir, miro expectante a Gabriel, hecho que no pasó
desapercibido por Xena, que miro duramente a camarera, haciendo que esta bajara
rápidamente la mirada y se fuera.
- Xena… - riño Gabrielle a la
guerrera. – Deja de intimidar a la gente…
- Yo no las intimido… - dijo la
Guerrera después de beber un trago de su jarra de cerveza – Solo la he mirado…
- Ya… - dijo Gabrielle comendo
se su plato.
El resto de las mujeres se
rieron ante aquella disputa.
- Gabrielle… - dijo Xena
mientras atacaba su plato. – ¿Nos consigues unas cama? Estoy cansada…
- No te preocupes… - dijo la
rubia bardo con una sonrisa. – Conseguiré las mejores y a buen precio… - dijo
mientras se levantaba e iba hacia la barra a hablar con el tabernero.
- ¿No te preocupa que vaya
sola? – dijo Emma mirando a Gabrielle como hablaba con el tabernero.
Xena miro en la dirección en la
que Emma miraba.
- No te preocupes, ella se las
arregla bien… - dijo girándose hacia la mesa y bebiendo de la jarra de cerveza
con una sonrisa.
Al cabo de 5 minutos, Gabrielle
volvió sonriendo hacia la mesa donde estaban las mujeres. Se sentó al lado de
la guerrera y las miro a la cara con una sonrisa.
- ¿Y bien? – dijo Emma mirando
a la Reina Amazona.
Gabrielle la miro a los ojos.
- Tenemos habitación…. – dijo
mirándolas.
- Pero… - dijo Xena alzando una
ceja.
- Solo hay dos habitaciones
libres… - dijo mirándolas.
- Por mí no hay problema… -
dijo Xena estirándose en el asiento y apoyándose en la pared.
- Por mí tampoco… - dio Emma mirando
a Regina.
- A mí tampoco… - dijo Regina
sonriendo a Emma.
- A nosotras tampoco, mi Reina…
- dijo Asteria mirando a Ruby.
- Muy bien… - dijo Gabrielle
con una sonrisa. - ¿Cómo nos quedamos?
- Como en el barco de Hook,
¿no? – dijo Emma mirándolas.
Asteria y Ruby se miraron.
- A mí me parece bien…. – dijo
Ruby.
Las demás mujeres asintieron
con una sonrisa.
Llegaron a la habitación y
dejaron caer pesadamente sobre el suelo el equipaje y las armaduras.
Xena se encamino hacia la
ventana abierta de la habitación y se asomó para asegurar el lugar, mientras
que Gabrielle se dirigía hacia el baño para preparar la gran bañera que allí
había.
Mientras tanto, Emma y Regina
prepararon la cama para poder acostarse.
Tras el baño relajante que se
dieron las parejas de mujeres, se acostaron desnudas en la cama, y es que
últimamente ni se molestaban en ponerse algo para dormir, ya que al cabo de un
rato, acababa la ropa toda esparcida por el suelo y en la cama solo era un
enredo de brazos y piernas.
Poco a poco, se empezaron a
acariciar unas a otras, perdiéndose en los besos y caricias que las mujeres se
profesaban.
Suspiros y gemidos se oían la
habitación.
Emma besaba con pasión a Regina
mientras que con una mano acariciaba el cuerpo de Gabrielle, quien se retorcía
ante las caricias de Xena y sus besos y las caricias de Emma y Regina.
Emma se separó para ver a la
morena que tenía debajo de ella, miro a un lado y pudo ver como Gabrielle se
retorcían ante las caricias de Xena. Sonrió y miro a Regina, que tenía la misma
expresión en la cara que la rubia Reina.
Xena se incorporó con una sonrisa y miro a Emma y con una sonrisa
cómplice, ambas mujeres se inclinaron hacia delante y Xena, susurró al oído de
Gabrielle, lo suficientemente alto para que las otras dos mujeres la oyeran.
- Me encanta cuando te pones
así, mi bardo… - dijo Xena con voz
sensual. – Y más desde que compartimos cama con ellas… - dijo mientras elevaba
una mirada lujuriosa hacia Emma y Regina, que las miraban con fuego en los
ojos.
El cálido y suave aliento en la
voz de la guerrera, hicieron que la rubia bardo gimiera de placer.
Gabrielle alargo una mano,
pasándosela a su amante por la nuca y estrellando con pasión sus labios. Se
separó y miro a la guerrera a los ojos.
- A mí también. Mi Guerrera… -
dijo Gabrielle acariciando el cuerpo desnudo de la morena que tenía encima. –
Desde que ellas están aquí estás más ardiente… - dijo con una sonrisa.
Ambas mujeres sonrieron y como
si estuvieran de acuerdo, se abalanzaron sobre Emma y Regina.
Xena atrapo la nuca de la rubia
con una mano mientras que su boca besaba insaciable los labios de la rubia, que
gemía de satisfacción. Pero Emma no se quedaba atrás, agarro con fuerza de la
nuca de la morena guerrera, atrayéndola hacia ella para profundizar en el beso.
Mientras tanto, la Reina
Malvada era aplastada por una pequeña rubia que no daba tregua a la morena de
pelo corto, besándola con pasión, pasión que le era devuelta a la rubia bardo
por parte de la morena.
Eso prometía ser una noche muy,
muy larga…
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