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martes, 30 de diciembre de 2014

La vida Continua Más Allá: Capítulo 26

Capítulo 26

- ¿Qué haces aquí, Lao Ma? – dijo Xena adelantándose hacia la mujer con una sonrisa.
- ¿No te alegras de verme? – pregunto Lao Ma. – Me trajeron tus dioses.
- Claro que me alegro… - dijo sonriendo Xena.
Lao Ma sonrió a la Guerrera.
- ¿No me presentas…? - dijo Lao Ma con una sonrisa.
- Claro… - dijo sonriendo. – Ella es Asteria, una Guerrera Amazona. Ella es Ruby amiga de Emma, del Bosque Encantado, ella es Regina Mills…
- Si… La conozco… - dijo Lao Ma sonriendo a la Evil Queen. – Y también conozco a tu amiga, Ruby…
- ¿Conoces a Emma?
- Si… A ella y a Regina les he instruido en el Tao… Como a Xena, hace tiempo… - dijo mirando a la Guerrera. – Pero termina de presentarme, Xena…
- Oh si… - dijo Xena volviéndose hacia Gabrielle. – Ella es Gabrielle, Reina de todas las Amazonas, Elegida de Artemisa, Bardo de Potedaia… Mi luz…. Mi Alma Gemela… Y mi esposa… - finalizo con una sonrisa que le devolvió la rubia.
Lao Ma sonrió ante aquellas palabras que salían de la boca de la Guerrera. Cuando la conoció, era un ser salvaje, que se dejaba llevar por sus impulsos. Había visto la luz en su interior oculta entre tanta oscuridad. Por eso le había enseñado los secretos del Tao. Y se alegraba, luego de tanto tiempo, que la oscura Guerrera que conoció hubiera sacado a la luz, esa luz interior que la Guerrera llevaba.
- Encantada… - dijo Lao Ma sonriendo a la rubia. – Me alegro que hayas por fin encontrado el camino, Xena…
Xena sonrió  y abrazo más a Gabrielle con una sonrisa.

Mientras en el campo de batalla, Emma llegaba hasta donde estaba su ejército.
- Mi señora… - dijo un capitán acercándose. – Tiene visita en la tienda…
Emma lo miro extrañada.
- Gracias capitán… - dijo acercándose a la tienda y se encontró a Artemisa con un hombre de espaldas a ella.
- Oh… Aquí general… - dijo la diosa con una sonrisa. – Te presento a Hércules, él nos ayudara…- dijo señalando al hombre que se dio la vuelta y sonrió a la rubia.
Emma miro al hombre con una sonrisa.
- Ok… - dijo mientras se apretaba las correas de la armadura. – Pero porque lo haces, Artemisa. ¿No se supone que no deben intervenir los dioses?
- Se supone… - dijo Hércules con una sonrisa. – Pero Ares es un tramposo y ha puesto al mando de su ejército a Borias… Un guerrero sanguinario…
Emma miro al semidiós a los ojos.
- Muy bien...- dijo Emma mientras se colocaba la capa a la espalda. – Bienvenido Hércules… - dijo sonriendo.
- Emma espera… - dijo Artemisa – Quiero que te pongas este casco…  dijo pasándole un casco en plata y oro con una cresta de plumas azules. – Es el casco de Atenea. Con el pensaras más rápido en estrategias militares… - dijo sonriendo la diosa.
Emma cogió el casco y se lo puso.
- Gracias Artemisa… - dijo sonriendo.
- Yo me voy… Suerte Emma… - dijo sonriendo.
Una vez solos, Emma y el semidiós se miraron.
- Ganaremos a mi hermano… - dijo Hércules – Artemisa me conto que luchas muy bien, que te pareces a Xena…
- Odio que me comparen… - dijo dándose la vuelta para coger el Chakram que estaba en la mesa junto con los mapas.
- Lo siento… - dijo mirando a la rubia y luego al Chakram. - ¿Xena va a participar?
Emma lo miro sin comprender.
- ¿Qué?
- Que si Xena también está en nuestro equipo… - dijo señalando el Chakram que Emma tenía en la mano. – Como tienes su Chakram…
Emma miro al objeto que señalaba.
- Es mío… - dijo mirando al semidiós. – Me lo dio Ares y Xena me enseño a utilizarlo…
Hércules la miro impresionado con esa revelación.
- Vaya… - dijo el semidiós.
- Vamos… Llegaremos tarde…. – dijo mientras salía de la tienda y se dirigía hacia donde estaban sus soldados con su caballo. Se montó y marcho hacia el frente.

Mientras, en la tribuna donde estaban las mujeres hablando, aparecieron dos hombres, Hook y Ares, y se sentaron con ellas para ver el espectáculo.
- Si quieres puedes participar, Xena... – dijo Ares con una sonrisa. – Pero eso si… En mi ejercito…
- Sigue soñando, Ares… - dijo Xena con una media sonrisa mientras atraía a Gabrielle y la hacía tumbar encima de ella.
Ares iba a contestar, cuando un cuerno se oyó. Todos los que estaban en la terraza para ver el combate, se asomaron para ver cómo se acercaban a la explanada 4 jinetes por cada lado, juntándose en el medio.
Regina y los demás reconocieron rápidamente a Emma montada en un bellísimo corcel negro.
Regina sonrió ante la visión de la rubia montada tan majestuosa en el caballo.
- Artemisa…. – dijo Gabrielle mientras miraba como 4 guerreras Amazonas se acercaban a la rubia y la saludaban. – ¿Están también las Amazonas?
Artemisa sonrió sin apartar la vista de los guerreros.
- Forman parte del ejército… - dijo la diosa con una sonrisa. – Si me disculpáis, debo ir allí abajo… - dijo Artemisa y desapareció.
Artemisa y Ares aparecieron en medio de los guerreros.
- Me da igual si estáis preparados oh no… Aquí se mide quien es el mejor ejercito de los dos… - dijo Ares. – Que comience el juego… - dijo desapareciendo.
Artemisa puso los ojos en blanco.
- Que gane el mejor… - dijo con una sonrisa desapareciendo.
Emma y el otro general se miraron a los ojos.
- Bueno rubita… - dijo el otro general con una sonrisa. – Que gane el mejor…
- Eso espero… - dijo Emma sonriendo de lado.
- Intentare no hacerte daño… - dijo sonriendo. – Además,  quiero capturarte para poder disfrutar de tu cuerpo… - dijo lascivamente…
Emma iba a responder cuando Hércules intervino.
- Borias…. – dijo con rostro serio. – Eso será por encima de mí…
Borias miro al semidiós y se echó a reír.
- Vaya, vaya… - dijo más calmado pero sin perder la sonrisa. – Rubita, te ha salido un enamorado… Pero eso no me impedirá llegar hasta ti y follarte… - dijo mientras se acercaba con el caballo poco a poco hacia Emma.
Emma alzo una mano para parar a sus Guerreras y guerreros. Eso lo debía atender sola.
- Me parece que hoy te volverás a acostar cachondo y solo, Borias… - dijo Emma mientras hacía andar a su caballo para quedar al lado del guerrero. – Porque creo que no lo conseguirás… - dijo sonriéndole y haciendo que el caballo diera la vuelta para que corriera hacia sus soldados dejando a Borias con la boca abierta.

Mientras en la tribuna donde estaban Xena, Gabrielle, Regina y los demás, contemplaron el enfrentamiento entre Emma y el otro general.
- ¿As traído a Hércules…? – dijo Ares mirando enfadado a Artemisa. – Dijimos que no se podría intervenir… Has hecho trampa…
- Eso es lo que acordamos, si… - dijo la diosa mirando a su hermano con una sonrisa en los labios. – Y no hice trampa, Ares… Tú trajiste primero a ese sádico guerrero para destrozar a Emma y así ganar… Yo solo equilibre las fuerzas…
Ares la miro con odio.
- ¿Y tenías que traer a nuestro hermano? – dijo subiendo el tono de voz.
- Ahora está equilibrado, Ares… - dijo Artemisa encarando a su hermano.
- Eh esperad… - dijo Xena poniéndose entre los dos. – Ya vale…
Ambos dioses la miraron.
- Muy bien… - dijo Ares sentándose otra vez.
- Artemisa… - dijo Gabrielle a la diosa. - ¿De qué guerrero sádico estás hablando?
- De Borias… - dijo simplemente mientras se sentaba.
Todo el mundo se quedó en silencio mientras que Gabrielle miro a Xena que se había quedado blanca.
- ¡Serás maldito…! – dijo Xena de repente y yendo contra el dios de la Guerra con la espada desenvainada. - ¡¿Querías matarla?!
Hook intento detenerla junto con Gabrielle y Asteria,
- Solo pretendía poner el juego interesante… - dijo Ares sin inmutarse de su sitio.
- ¿Poner el juego interesante? – dijo Xena incrédula. – Borias es un sádico…
- No tanto como tu cuando estabas con él, querida… - dijo sonriendo el dios.
Xena intentó zafarse de las manos que la sujetaban.
- Xena, amor… No… - dijo Gabrielle poniéndose delante de ella y acariciando su cara para que la mirara a los ojos. -. Eso es lo que él quiere…
Xena miro los ojos de la Reina Amazona e intento calmándose, cosa que poco a poco se fue consiguiendo.
- Veamos la batalla… - dijo Artemisa cuando todo el mundo estuvo ya calmado.

La batalla comenzó y por un momento el ejército de Borias tenía ventaja sobre el de Emma. En la grada, Regina estaba nerviosa. Veía a su rubia en constante peligro y más de una vez, le habían impedido ir a ayudarla. Ruby estaba en la misma situación. Ver a su mejor amiga debatiéndose en una batalla que además tenía toda la pinta de perder no ayudaba mucho y en ocasiones, le pasaba como a Regina, quería bajar y ayudarla.
A Gabrielle le ocurría algo parecido. Pero a las únicas que no parecían afectarle, eran a Asteria, Artemisa y Xena, que admiraban los movimientos de la rubia y la capacidad de liderazgo que tenía.

En el campo de batalla, Emma no paraba de dar órdenes que sus soldados se apresuraban por cumplir. Gracias al casco que Artemisa le dio, el casco de Atenea, llevaba a cabo todas las estrategias que en su cabeza se desarrollaban sin descanso.
- ¡Hércules! ¡Cubre ese flanco de allí…! – grito Emma señalando el flanco derecho mientras se bajaba del caballo eh iba a ayudar a las guerreras Amazonas en el flanco izquierdo.
- Muy bien… - dijo Hércules mientras él también se bajaba del caballo.
Emma grito mientras luchaba con ganas contra todo aquel que se ponía en medio de ella.
Poco a poco iba cerrando sus filas, acorralando al ejército de Borias en el centro de un círculo, por donde no podía salir.
Borias, viendo perder a su ejército, grito desesperado y lleno de rabia.

Mientras en la tribuna, Ares miraba como sus guerreros habían caído en una trampa tonta.
- Esa es mi chica… - grito eufórica Artemisa mientras miraba como el ejército de Emma iban acabando poco a poco con los soldados de Borias.
- Ni yo pude ver venir ese movimiento… - dijo Xena con orgullo en la voz. – Parecía que Emma iba a perder…
- Xena… ¿Qué ha pasado? – pregunto Gabrielle mirando la lucha
- Lo que ha pasado es que Emma los ha llevado a su campo, así cogió ventaja en su terreno y poder tenderle una trampa al ejército de Borias, que ha caído como un novato… - termino riéndose y con un brillo en los ojos.
Regina sonrió de lado al oír las explicaciones de Xena.
- ¡Son unos ineptos….! – decía Ares mientras paseaba furioso. - ¿¡Es que no ven que es una trampa!?
- Cálmate Ares… - dijo Afrodita mirando lo nervioso que estaba su hermano. – Es solo un juego…
Ares se paró y miro a su hermana.
- No es solo un juego, Dita… - dijo mirando otra vez al campo de batalla. – Es a ver quién tiene el poder…

Pasado el tiempo, Emma había penetrado en el campo del enemigo y solo le faltaba pasar un grupo de soldados para poder atrapar la bandera.
Luchaban con fuerza y sin descanso, saboreando la victoria que dentro de poco alcanzarían.
Después de haber derrotado al último soldado, Emma, Hércules varios soldados y unas cuantas Amazonas fueron directas hacia la bandera. Cuando estuvo frente a ella, Emma miro a Hércules jadeando, llena de sudor y sangre y barro.
- Cógela… - dijo Hércules con una sonrisa jadeando. – Lo conseguimos…
Emma sonrió al semidiós y alargando la mano, cogió la bandera. Se dio la vuelta y vio que todo su ejército estaba allí y la alzo sobre su cabeza con un grito, símbolo de victoria.
Los soldados gritaron a su vez, proclamando así la victoria del equipo azul.

En la tribuna, Regina grito de felicidad junto con Ruby, que se abrazaron de felicidad. Afrodita aplaudía felizmente, mientras que Asteria, Artemisa, Xena y Gabrielle hacían gestos de felicidad.
Lao Ma sonreía al ver la victoria de Emma.
Hook sonreía al ver a la rubia conseguir la victoria y Ares miraba todo con odio en los ojos.
Pero la felicidad duro poco, ya que Borias se presentó delante de Emma con el rostro enfurecido.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Feliz Navidad Habitantes de StoryBrooke

Sé que estamos ya muy lejos del día de Navidad, pero es que no me he podido conectar antes. Os pido disculpas y que aceptéis mis felicitaciones, aunque sean atrasadas. Lo dicho, quería desearos una muy Feliz Navidad a todos los que entráis a mi blog.

Dentro de unos días, el año 2014 se va a acabar y como siempre, hay que hacer un repaso a todo lo que hemos vivido en este año que acaba.

Espero que en el año próximo sea mejor que este año, que me sigáis leyendo y os sigan gustando mis historias. Y aprovecho para daros las gracias al seguimiento que hacéis de esta. Me alegra que os guste y aprovecho para deciros que esta historia me está gustando mucho escribirla y ya tengo la idea para una segunda historia SwanQueen.
Sin agobiaros más, me despido sin antes deciros….


FELIZ NAVIDAD HABITANTES DE STORYBROOKE….!!

lunes, 22 de diciembre de 2014

La vida Continua Más Allá: Capítulo 25

Capítulo 25

15 días después…

Dos cuerpos sudorosos danzaban en una sincronización perfecta. Parecía que las dos personas que se enfrentaban sudorosas con espada en mano, danzaban una alrededor de la otra.
Emma esquivo con maestría una estocada que iba directamente hacia su corazón con una media vuelta. Se quedó por un segundo mirando al Dios de la Guerra a los ojos. La cara de ambos no mostraba reacción alguna.
Ares esquivo otra estocada de la rubia con una sonrisa y contraataco con todas sus fuerzas con un grito.
Emma esquivo por milímetros la espada que iba directamente hacia su cuello, agachándose y alzando la espada para interceptar la estocada de Ares. Pero ella no se quedó atrás, cuando se irguió delante del dios, Emma le ataco con todas sus fuerzas, consiguiendo desestabilizar un momento al dios.
Mientras tanto, 3 mujeres veían como la pareja entrenaba.
- Me gusta como lucha. – dijo Artemisa mirando como luchaban su hermano y Emma.
- Le viene de familia… - dijo Regina con una sonrisa. – Su padre mató a un dragón y luego ella, 28 años después, mató a otro con la misma espada de su padre…
- Ella es magnífica… - dijo Afrodita observando el cuerpo de Emma. – Tiene un cuerpo magnifico… - dijo con un tono de lujuria en la voz.
- Lo se… - dijo Regina sonriendo de lado sin dejar de mirar a la rubia y la poca ropa que tenía para entrenar.
Emma llevaba una armadura de cuero negro que solo le cubría el pecho, dejándole los brazos libres. Se ceñía a su cuerpo y terminaba en una falda con tiras de cuero del mismo color. Tenía el pelo recogido en una trenza, que dejaba suelta por su espalda.
Emma se movía con destreza y a un ritmo sorprendente. Paraba estocadas que el Dios de la Guerra acometía contra ella sin piedad ninguna y atacaba al dios sin amedrentarse.
Por culpa del entrenamiento, el cuerpo de Emma había sufrido ligeros cambios que se apreciaban. Había desarrollado más músculos y sus reflejos habían aumentado.
- Oh soy yo, oh ese traje se parece mucho al que lleva Xena…  - dijo Afrodita mientras admiraba como se movía la rubia.
- Tienes razón… - dijo Regina mirando atentamente a Emma que en ese momento se coloca cerca de donde estaban sentadas las 3 mujeres.
- Es verdad… Sera cosa de mi hermano… - dijo la diosa de la caza mirando el combate. - Pero le sienta muy bien… - dijo sonriendo.
En ese momento, Ares con una finta, le quito el arma de las manos y la apunto en el cuello.
Regina ahogó un jadeo.
- Ríndete, Emma… - dijo Ares con una sonrisa. – Sabes luchar, te he entrenado bien… Pero te he ganado…
Emma miro el filo de la espada que tenía en el cuello y luego miro al dios. Sonrió de lado y sin decir nada, se movió rápidamente hacia un lado mientras sacaba del cinturón del dios de la Guerra una daga, y poniéndose detrás de él, se la puso en el cuello.
- Ríndete, Ares… - dijo Emma con una sonrisa. – Te superé en la lucha…
El dios de la Guerra sonrió y bajo la espada. Lentamente se dio la vuelta y encaro a la rubia con una sonrisa.
- Te felicito, Emma… - sonrió. Se inclinó ligeramente ante la rubia. – Luchas espléndidamente…
Emma sonrió al dios y a las mujeres que los estaban mirando, que aplaudían con una sonrisa en los labios.
- Así se hace, Emma… - decía Afrodita toda entusiasmada.
Emma se dirigió hacia las mujeres con una sonrisa. Se puso delante de Regina y levanto una ceja.
- ¿Qué te ha parecido? – pregunto la rubia a la morena.
- Mmmm… - dijo Regina mientras atraía a Emma hacia ella. – As luchado muy bien, querida… - dijo sonriendo.
- ¿Tendré premio más tarde? – pregunto con una sonrisa pícara Emma mientras se acercaba más a la morena.
- Por supuesto, señorita Swan… - dijo Regina terminando la distancia que había entre las dos.
- Que bonito es el amor… - exclamo Afrodita mientras miraba como la pareja se besaba.
- Si… Muy bonito… - dijo Artemisa mirando también a la pareja. – Oye… Emma… ¿Te apetece jugar a atrapar la bandera...?
Emma se separó y miro a la diosa.
- Por mi si… - dijo encogiéndose de hombros. – Pero existe un problema…
- Cual… - pregunto la diosa de la caza.
- Que no tengo ejército… Y solo estamos nosotros… - dijo señalándolos.
- Ese no es ningún problema, Emma. – dijo Ares con una sonrisa. – Un ejército se crea… - dijo sonriendo y con un movimiento de muñeca, aparecieron un centenar de soldados, con armaduras y todo lo necesario para el combate.
- Vaya… - dijo impresionada Emma. – Pero no me voy a presentar sola a un ejército… - dijo en tono preocupado.
- Tranquila Emma… - dijo Artemisa con una sonrisa y con un movimiento de la mano, apareció otro ejercito al lado del de Ares.
- Vaya… - dijo impresionada Emma.
- Elije… - dijo Artemisa.
- ¿Cómo?
- Que elijas con que ejercito deseas dirigir… - dijo con una sonrisa.
Emma miro a ambos ejércitos y ambos estaban equipados con lo necesario para la lucha. El ejército de Ares era el rojo y el de Artemisa el Azul. Emma paseo entre los soldados y de vez en cuando se pasaba para poder medirse con ellos, luchando cuerpo a cuerpo.
Cuando ya hubo inspeccionado a todos los soldados por igual, volvió donde estaban los dioses y Regina, que la miraban atentamente.
- ¿Y bien? – dijo Ares mirando a la rubia.
- Me quedo con el de Artemisa… - dijo mirándolos. La diosa de las Amazonas sonrió.
- Tú sabrás… - dijo Ares mirándola de arriba abajo. – Pero mi ejercito es el mejor….
- No lo dudo, Ares… - dijo Emma con una sonrisa mientras miraba al dios.
- Entonces… ¿Por qué no lo escogiste…? – pregunto entrecerrando los ojos.
Emma sonrió al dios y se encogió los hombros.
- Mi color favorito es el azul… - dijo sonriendo.
Artemisa, Regina y Afrodita de echaron a reír.
- Bien… - dijo Artemisa. - Mañana se llevara a cabo el combate… - dijo levantándose. – Ahora… A descansar… - dijo mirando a Emma con una sonrisa.
Emma se volvió hacia Regina con una sonrisa en los labios, sonrisa que la morena le devolvió.

Al día siguiente, Emma estaba vistiéndose con la armadura de General del equipo azul en los aposentos que compartía con  Regina, mientras era observada por la morena.
Se acabó de poner la armadura de cuero rojo que llevaría debajo de la armadura de plata y oro. Se miró al espejo y movió los brazos para acomodarse.
- ¿Te ayudo? – dijo Regina levantándose de la cama.
Emma miro a la morena a través del espejo con una sonrisa.
- Claro… - dijo sonriendo la rubia mientras veía como Regina iba hacia la percha donde estaba colocada la armadura. – Si no te importa…
Regina sonrió.
- No me importa… - dijo mientras cogía la armadura. – Que sea Reina no significa que no pueda ayudar a la persona que amo con esto…
Emma sonrió ante ese comentario.
- Muy bien… - dijo Emma a la morena a través del espejo mientras se dejaba poner la armadura completa.
Una vez que Emma estaba con la armadura, se dio la vuelta para encarar a la morena, que la miraba a los ojos con un brillo especial en ellos,
- Espero que tengas cuidado, Emma… - dijo Regina mientras acariciaba los brazos desnudos de Emma.
Emma llevaba una armadura de color plata y adornos dorados que le protegía el pecho, dejándole los brazos libres para que los pudiera mover libremente. Tenía a la altura del hombro, un brazalete azul, que la distinguía como General del ejército. Llevaba también unos brazaletes de plata y oro que hacían juego con la armadura y que le protegían los antebrazos y las muñecas.
- Es solo un juego, Regina… - dijo la rubia mirando con amor a la morena.
- Sé que es solo un juego, pero es un juego de Guerra, Emma… - dijo preocupada Regina. – Por favor… Cuídate…
Emma sonrió ante la preocupación de la Reina Malvada.
- Lo tendré nena… - dijo Emma sonriendo a Regina. – Te lo prometo…
Regina sonrió y posó sus labios con los de la rubia, en un beso que al principio fue despacio y dulce y que luego se transformó en uno con más pasión, intentando decir en un solo beso todo el amor que se procesaban las dos mujeres.
- Siento interrumpir… - dijo Afrodita que había aparecido en la habitación. – Pero dentro de poco es la hora y me imaginó que queras ir a ver a tus soldados, Emma…
Emma y Regina se separaron y miraron a la diosa del Amor. Emma asintió ante el comentario de la rubia.
- Si… -. Dijo separándose de Regina un poco. – Dame suerte, nena… - dijo mirando a la morena, quien sonrió.
- Suerte, señorita Swan… - dijo con una sonrisa de lado mientras la miraba a los ojos.
Emma correspondió a la sonrisa con un casto beso en los labios de la morena, la cual se quedó un poco sorprendida. Emma, después del beso, se marchó de la habitación dejando a solas a Afrodita y a Regina.

Emma se dirigió a la explanada donde estaban los soldados esperando para que diera comienzo el juego de guerra. Cuando vieron a Emma, los soldados rápidamente se cuadraron y la saludaron. Emma se dirigió hacia la carpa desde donde planearía el ataque. Cuando entro, los capitanes que había allí la saludaron y le dieron los últimos informes.
Una vez con la estrategia aprendida, Emma se alejó un poco del bullicio del ejército y se encontró en un lago. Respiró hondo y miro todo a su alrededor. Era un entorno verde y calmado junto a un lago.
Se quitó la espada, el Chakram y el casco. Para lo que quería hacer, debía estar ligera y relajada.
Cerró los ojos y puso la mente en blanco, como Lao Ma le había enseñado. Inspiro despacio por la nariz y poco a poco lo expulsó por la boca. Así lo hizo un par de veces más, y poco a poco se fue moviendo con los movimientos típicos del Thai Chi, que Lao Ma le enseño.
No sabe cuánto tiempo estuvo así, pero a cada segundo que pasaba, Emma iba apreciando hasta el más mínimo sonido.
Oyó también que alguien estaba detrás de ella y sin dejar de moverse y sin abrir los ojos, sonrió y hablo.
- Hola Lao Ma… - dijo Emma mientras seguía con el método de relajación.
Lao Ma sonrió y se acercó más a la rubia.
- Veo que has perfeccionado lo que te enseñe… - dijo acercándose a Emma y mirándola con una sonrisa.
Emma termino y saludo a su maestra con una inclinación.
- Todo es gracias a ti… - dijo con una sonrisa. - ¿Vienes a ver la batalla? – dijo mientras se sentaba al lado de Lao Ma.
Lao Ma contemplo en silencio el paisaje y luego volvió su cara hacia la rubia que también estaba observando el paisaje.
- Recuerda, Emma… - dijo mirándola Lao Ma. – Las batallas se ganan por la astucia. “El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar.” Y por último, “Si tus fuerzas están en orden mientras que las suyas están inmersas en el caos, si tú y tus fuerzas están con ánimo y ellos desmoralizados, entonces, aunque sean más numerosos, puedes entrar en batalla. Si tus soldados, tus fuerzas, tu estrategia y tu valor son menores que las de tu adversario, entonces debes retirarte y buscar una salida.” – dijo mirando a la rubia. – Si comprendes eso y lo llevas a la práctica, conseguirás lo que te propongas.
Emma asintió ante las palabras de Lao Ma. Desde que la conoció, sentía en su alma, que debía seguir sus consejos. Y poco a poco, Emma comprendió por qué. Ella transmitía una gran paz interior que calmaban los nervios no solo de Emma, sino de Regina también.
Así, poco a poco, Emma y Regina dejaron que Lao Ma les enseñara los secretos del Tao, y poco a poco se complementaban más todavía.
- Seguiré tus consejos, Lao Ma… - dijo Emma con una sonrisa.
Lao Ma sonrió y se puso de pie, junto con Emma.
- Me tengo que ir… - dijo mirándola. – Los juegos comenzaran dentro de poco. Te estaré viendo. – dijo sonriendo. – Sé que lo aras bien… - dijo poniendo una mano encima de su hombro.- Antes de irme, quisiera darte algo… - dijo sacando un colgante donde había un pequeño Yin-Yang. – Quiero que lo lleves. Te dará fuerzas y suerte… - dijo entregándoselo.
Emma lo cogió y con una sonrisa se lo puso al cuello, junto a una pequeña llave que Regina le dio esa mañana antes de vestirse.
- Muchas gracias, Lao Ma… - dijo Emma inclinándose ligeramente hacia su maestra.

Regina estaba mirando el campo donde el ejecito de Ares estaba ya preparado para comenzar con el juego.
Se había vestido con una túnica estilo griego color marfil y con bordes de color dorado, plata y azul. Sonrió al recordar la cara de Emma la primera vez que la vio vestida de esa manera y la agradable y placentera sesión de caricias y besos que le dio en aquel jardín.
Por el contrario Emma, había adoptado un vestuario algo distinto. Siempre llevaba armaduras ligueras puestas y solo de vez en cuando se ponía también alguna túnica.
Tan concentrada estaba en sus pensamientos, que no oyó aproximarse a Ruby, Asteria, Xena y Gabrielle, que se acercaban por detrás de ella.
- Vaya… - dijo Ruby mirando con la boca abierta y con una sonrisa. – Estas estupenda…
Regina sonrió a la loba.
- Gracias Ruby… - dijo sonriendo. - ¿Qué hacéis aquí? – dijo mirándolas a todas.
- Nos trajo Artemisa. Venimos a ver los juegos… - dijo Asteria con una sonrisa.
- ¿Dónde está Emma? – pregunto Ruby mirando a la antigua Evil Queen.
- Debe estar con su ejército… - dijo señalando el campo de batalla.
- Me encantan estos juegos… - dijo Xena mientras se sentaba en la grada para ver mejor.
- Lo que a ti te gustaría es participar… - dijo Gabrielle con una sonrisa mientras se sentaba al lado de Xena.
- Que bien me conoces, mi Reina…. - Xena sonrió a la Reina Amazona mientras se inclinaba hacia ella.
Se besaron con una sonrisa en los labios.
- Veo que una parte de ti no ha cambiado…. – dijo la voz de una  mujer detrás de ellas. – Pero veo que la otra parte de ti si ha cambiado, y eso me alegra….
Las mujeres se dieron la vuelta y se encontraron con una mujer asiática, con largos cabellos negros, vestida con un kimono y miraba a las mujeres con una sonrisa.
- Lao Ma… - dijo Xena mirando a la mujer con los ojos abiertos mientras se levantaba del sitio.

- Hola Xena… - dijo sonriendo. – Me alegro de verte. Y me alegro de que por fin encontraras tu equilibrio… - dijo sonriendo esto último mirando a Gabrielle que miraba a Lao Ma con una mirada de celos.

domingo, 14 de diciembre de 2014

La vida Continua Más Allá: Capítulo 24

Capítulo 24

Al día siguiente, todo estaba en calma. Ruby y Asteria no habían preguntado nada de lo que había ocurrido en el camerino para poder calmar los ánimos de Regina y Emma. Solo sabían que, cuando salieron las 4, estaban muy sonrientes.
Pero como siempre, los instintos de la loba y sus aguzados sentidos descubrieron lo que hacían ellas 4 dentro del camarote.
Emma estaba atando un cabo cuando un resplandor la sobresalto.
- Hola, Emma… - dijo la diosa de la caza.
Emma se dio la vuelta y le sonrió.
- Hola Artemisa… - dijo Emma con una sonrisa y mirándola por encima del hombro mientras terminaba de atar el cabo. – Xena y Gabrielle están en popa, en el puente de mando, manejado el barco… - dijo mientras se daba la vuelta y la miraba.
- No vengo a verlas a ellas… Vengo a verte a ti… - dijo Artemisa mirando a la rubia.
Emma entrecerró los ojos.
- ¿A mí? – dijo incrédula. - ¿Para qué?
- Si… - dijo la diosa caminando alrededor de la rubia. –Te he observado. Luchas bien, Emma. Pero debes perfeccionar tu técnica… - dijo mirándola a los ojos. – Te propongo un trato…
Emma miro desconfiada a los ojos.
- ¿Qué trato? – pregunto la rubia cruzándose de brazos y apoyándose en el borde del barco.
- Te llevare al Olimpo… - dijo Artemisa mirándola con una sonrisa. – Y allí perfeccionaras tu técnica…
- ¿Al Olimpo? ¿En serio? – dijo Emma levantando una ceja.
- ¿Qué ocurre aquí? – dijo Xena acercándose.
La diosa y la rubia se dieron la vuelta para ver como Xena, Gabrielle y el resto de mujeres se acercaba.
- Artemisa me decía que quiere llevarme al Olimpo… - dijo Emma mirando a la morena de ojos azules.
Xena alzo una ceja y miro a la diosa.
- ¿Al Olimpo…? – dijo Gabrielle mirando a la diosa.
- Allí podrá perfeccionar esa técnica… - dijo Artemisa mirando a su Elegida con una sonrisa y desviando la mirada hacia Emma con una sonrisa.
Regina miraba la conversación junto con Ruby y Asteria en silencio. Pero no se le escapo la mirada de deseo que la diosa Artemisa le hecho a Emma.
- Si Emma va, yo quiero ir con ella… - dijo Regina mirando seriamente a Artemisa.
La diosa se dio rápidamente la vuelta para mirarla.
- Ella necesita concentración… - dijo Artemisa mirando de arriba abajo a la morena con una ceja levantada. – Además… Necesita concentración…
Regina iba a protestar cuando Emma la interrumpió.
- Si Regina no va, yo tampoco, Artemisa… - dijo Emma con mirada desafiante.
- Muy bien…. – dijo la diosa con un suspiro.
- ¿Por cuánto tiempo? – dijo Emma.
– Aquí será como si pasara un día, pero en el Olimpo será como un mes… - dijo Artemisa con una sonrisa. Emma miro al resto de mujeres y luego a la diosa.
- Ok… - dijo con un suspiro. Junto con Regina, se encaminaron hacia el camarote a coger lo necesario.
Mientras, las otras mujeres se quedaron hablando con la diosa.
- ¿No va a ser peligroso? – dio Ruby mirando a la diosa con preocupación.
- Tranquila… - dijo con una sonrisa. – Tu preocupación es solo de amiga… - dijo sonriendo la diosa.
- No quiero que le pase nada a ninguna de mis amigas… - dijo seriamente Ruby mirando a la diosa y señalando con la mano a Emma y a Regina.
- Tienes mi palabra, Ruby… - dijo Artemisa seriamente.
Ruby asintió y se fue con Asteria.
Xena y Gabrielle miraron como se fueron y cuando estaban alejadas, se volvieron hacia la diosa.
- Te he visto como la miras, Artemisa… - dijo Xena a la diosa.
- ¡Xena! – dijo Gabrielle.
- ¿Y cómo la miro? – dijo la diosa mirando a Xena.
– La quieres… Quieres besarla y llevártela a la cama… No hagas nada estúpido como intentar besarla…
Artemisa miro a la guerrera.
- No sé a qué te refieres… - dijo la diosa de la caza.
- Yo también lo vi, Artemisa… - dijo Gabrielle. – Ella es feliz con Regina…
La diosa suspiro.
- Ella es diferente… - dijo con una sonrisa la diosa pensando en Emma.
Xena y Gabrielle se miraron sonriendo.
- Lo sabemos… - dijo Gabrielle mirando a Artemisa.
En ese momento llegaron Emma, Regina, Ruby y Asteria sonriendo.
- Bueno… - dijo Emma cuando llegaron. – Ya estamos…
- Muy bien. – dijo Artemisa sonriendo. – Entonces vámonos…
Se despidieron con una sonrisa y tras dar la mano a Artemisa, desaparecieron en un fogonazo de luz.

Aparecieron en la sala de un palacio de estilo griego con columnas y decorado de mármol y oro.
Regina y Emma se quedaron asombradas por la belleza de aquel sitio.
- Bienvenidas al Olimpo de los Dioses Griegos… - dijo Artemisa con una sonrisa.
- Vaya… - dijo Emma mirando a su alrededor. – Esto es asombroso…
Se acercó al balcón y miro hacia afuera. Desde allí podía ver como estaba todo rodeado de nubes que parecían de algodón. Podrían verse más palacios que se erigían desde un punto donde las nubes no dejaba ver, parecía que flotaban.
Regina miraba también asombrada el paisaje que se presentaba ante sus ojos. Aquel paisaje no se parecía a nada que hubiera visto antes en ningún lado. Ambas mujeres estaban asombradas ante el espectáculo de colorido dorado que había allí. Admiraban cada palacio y cada cascada que había en el Olimpo.
- Tienes razón Emma… - dijo Regina mirando todo.
- Hay muchos palacios… - dijo Emma mirando a la diosa de la caza.
- Cada uno es de un dios… - dijo Artemisa con una sonrisa acercándose donde estaban las dos mujeres. - Allí está el Palacio de Afrodita, junto al Palacio de Apolo, - explico Artemisa señalando hacia un lado. – Allí arriba, se encuentra el Palacio de Zeus y el de Hera… - dijo señalando un palacio que se elevaba por encima de todos. – Ese de allí, es el Palacio de Atenea, donde se encuentran los grandes archivos de la Diosa de la Sabiduría, coronados por el gran Jardín de Atenea. – siguió la diosa de la caza. – Ese de allí, el que está al sur de todos, es Palacio de Ares, ese del centro el Palacio de Hefestos… - señalo hacia el otro lado. – Ese de allí es el Palacio de Poseidón, Señor de los Mares, el Palacio de Dionisos es ese de allí, y el que está al otro lado es el Palacio de Deméter… - dijo con una sonrisa mirando a las mujeres. – Ese de allí, el que está justo debajo del Palacio de Zeus, es el de Hermes. Esa cueva, va a dar con el Palacio de Hades, dios del inframundo. El que está al lado de Afrodita, es el de Eros, su hijo… Y ese de allí, - dijo señalando un Palacio que estaba un poco más elevado que los demás, per más bajo que el de Zeus. – Es mi Palacio…
Ambas mujeres miraban hacia donde Artemisa señalaba, admirando la belleza de cada palacio, que estaba decorado dependiendo de cada dios.
En centro, había un gran Jardín donde las cascadas llevaban agua y donde había un lago donde nadaban cisnes. A su lado, había una extensión de tierra con varios edificios.
- Artemisa… ¿Qué es eso de allí? – pregunto Emma señalando el campo de entrenamiento.
- Es el Campo de Entrenamiento de Ares… - dijo con una sonrisa. – Aunque lo usamos todos los dioses para entrenarnos. – sonrió Artemisa. – Vamos, os enseñare donde os alojareis… - dijo mirando a  las mujeres.
Salieron de la sala donde estaban y fueron por un pasillo para salir fuera a la luz del día. Poco a poco se encaminaron hacia el Palacio de Artemisa y en el camino se encontraron con Afrodita.
- Hola hermana, ¿Qué haces? - dijo la diosa del amor a Artemisa. – Oh vaya… Traes invitadas… - dijo mirando a Regina y a Emma, especialmente a la rubia.
- Hola Afrodita… - dijo Artemisa. – Si… Se van a quedar aquí un tiempo, para que Emma mejore su técnica… - dijo con una sonrisa mientras caminaba al lado de la diosa del amor. - ¿Sabes dónde se encuentra nuestro querido hermano?
- Donde siempre, hermana… - dijo poniendo los ojos en blanco y mirando a su hermana. – En el pozo…
- ¿Otra vez allí? – dijo en tono cansado Artemisa. – Debe darse cuenta que ella no le ama… Además, ella es su hija, por el amor de Zeus…
- Lo sé, Artemisa… - dijo triste Afrodita. – Se lo dije como diosa del Amor y como hermana… Pero no me hizo caso. El sigue empeñado en que quiere estar con ella, que Gabrielle no la ama y todas esas cosas. También dice que no ayudo a traerla otra vez a la vida para que se fuera con ella…
- Pues debe comprender que ellas son almas gemelas… - dijo con cansancio Artemisa. – No voy a permitir que haga daño a mi Elegida… - dijo esto con furia dirigiéndose hacia el Pozo.
Emma y Regina habían estado calladas escuchando toda la conversación y se habían dirigido una mirada preguntándose de que iba aquella conversación.
Cuando llegaron al Pozo, vieron al Dios de la Guerra mirando por él, con una cara de anhelo y deseo.
- Hermano… - dijo Artemisa después de observarle un rato en silencio. – Déjalo ya… Ella no te ama… Además, es tu hija…
Ares aparto la mirada del Pozo donde se reflejaba la imagen de Xena y Gabrielle hablando con Ruby y Asteria.
- Me da igual, Artemisa… - dijo mirando otra vez al Pozo. – Ella es perfecta… Ella es hija de un dios, no la salve para que este con esa rubita…
- Esa rubita, como tú dices, es mi Elegida, Ares… - dijo Artemisa seriamente. – No permitiré que le hagas nada…
- Y yo protejo a las dos, Ares… - intervino Afrodita mirando a su hermano. – El amor que hay entre las dos es muy poderoso. Más que nosotros 3 juntos…
Ares alzo la mirada hacia la diosa del Amor.
- Lo sé, Afrodita… Pero me cuesta verla así… Ella tiene mi sangre, por Zeus… - dijo Ares con desesperación. – Ella podría ser la Reina de todo el mundo… La Gran Conquistadora… - se dio la vuelta y se dio cuenta de que Emma y Regina estaban allí. – ¿Qué hacen aquí? – dijo señalándolas.
Afrodita y Artemisa se dieron la vuelta para ver a las mujeres que estaban calladas observando.
- Las he traído yo… - dijo la diosa de la caza. – Quiero que la entrenes, Ares…
- ¿Entrenarla? – dijo mirando a su hermana. – No lo are… - dijo y se dispuso a marcharse.
- Ares… - dijo seriamente Artemisa. – Cuando la viste peleando contra el pirata, estabas emocionado. Nos dijiste que si tuvieras la oportunidad de entrenarla, arias de ella una Gran Guerrera… - dijo acercándose a su hermano. – Aquí esta, Ares… Entrénala…
Ares miro a su hermana. Tenía razón. Había visto la pelea que Emma tubo con el pirata y se había impresionado. Los movimientos que hacia la rubia le recordaban mucho a su querida Princesa Guerrera. Suspiro y miro a Emma, que en ese preciso momento estaba diciéndole algo a Regina al oído, la morena se sonrojo y sonrió ante el comentario de la rubia.
- Muy bien… La entrenare… y a la morena también… - dijo Ares con una sonrisa mirando a ambas mujeres y se marchó, no sin antes echarle un vistazo de nuevo al Pozo.

domingo, 7 de diciembre de 2014

La vida Continua Más Allá: Capítulo 23

Capítulo 23

A la mañana siguiente, las mujeres se levantaron con una sonrisa en sus rostros, sonrisa que no se fue en toda la mañana. Y eso lo notaron Ruby, Asteria y Hook. Este último miraba con el ceño fruncido a la alta guerrera que lo miraba con furia en los ojos. Furia que se suavizaba al mirar a Regina, Emma oh Gabrielle, acompañada de una pícara sonrisa y un guiño.
Y Ruby miraba sospechosamente a las mujeres, su instinto de loba le hacía sospechar lo que había pasado la noche anterior en aquel camarote. Sonrió de lado al confirmar sus sospechas ante las miradas que se echaban las mujeres.
Emma, no podía resistir sonreír y tocar disimuladamente, cada vez que veía a las mujeres.
- ¿Y esa sonrisa Swan? – dijo Hook mientras estaba en el puente de mando manejando el timón.
- Que pasa Hook… ¿No puedo sonreír? – dijo mirándole con una sonrisa burlona.
Hook la miro entrecerrando los ojos.
- No me digas porque sonríes… - dijo mirando a Regina, la cual estaba hablando con Ruby, Gabrielle y Asteria. – Es por ella, a que si…
- Es mi pareja, Hook… - dijo Emma mientras hacía girar el timón. – Estoy muy bien con ella…
- Estarías mejor conmigo, Swan… - dijo el pirata mirándola. – No soy rico como ella, pero aun así, te aria feliz…
Emma suspiro y cerró los ojos.
- No es cuestión de que ella sea rica, oh reina oh nada… - dijo Emma mirando a Hook. – La cuestión es que la amo, Hook. Me voy a casar con ella.
- Podría hacerte cambiar de opinión… - dijo Hook mirándola de arriba abajo. – Si me dejaras… - añadió con una sonrisa y poniendo su garfio en el timón y la otra mano en la cintura de Emma.
Emma lo miro a los ojos, mientras, Hook se iba acercando.
- Hook… Eres imposible… - dijo intentando separarse Emma.
- No te resistas, mi sirena de agua dulce… - dijo acercándose más.
- Te advertí que no te acercaras a ella, pirata… - dijo la voz de Xena justo detrás del pirata.
Hook se dio la vuelta.
- Este es mi barco… - dijo desafiándola. – Hago lo que quiera en el… - dijo sonriendo.
- Y yo te dije, que como te acercaras a ella oh a alguna de las mujeres que viajan en este barco, te las verías conmigo… - dijo Xena clavando su mirada azul en Hook.
Se miraron a los ojos seriamente.
- Que ocurre aquí… - dijo Gabrielle acercándose. - ¿Xena?
- Estaba molestando a Emma, Gabrielle. – dijo sin apartar los ojos del pirata. – Solo le recordaba lo que le dije ayer justamente donde estamos ahora…
Xena y Hook se miraron a los ojos seriamente.
- Hook… - dijo Ruby acercándose. - ¿Es eso cierto?
Hook miró a Ruby.
- Me lo dijo sí, pero yo estaba hablando con Emma… - dijo con una sonrisa. – A que si Swan…
Emma miro al pirata y luego a las mujeres.
- Si… - dijo al final. – Pero te estabas pasando, Hook…
- No me estaba pasando… - dijo mirando a Emma. – Solo te decía que expandieras tus horizontes. Que no te quedaras con una perspectiva solo…
Emma lo miro incrédula a la cara.
- ¿Qué expandiera horizontes? – dijo Emma mirándolo con los brazos cruzados. - ¿Con quién? ¿Contigo?
Hook sonrió.
- Claro, mi sirena de agua dulce… - respondió sonriendo.
Emma lo miro con la ceja levantada mientras que las demás mujeres intentaban no reírse por el apodo.
- ¿Sirena de agua dulce? ¿En serio, Hook? – dijo cabreándose más Emma.
- Swan… Es un apodo cariñoso…. – dijo sonriente Hook…
Emma apretó la mandíbula y sin pensarlo dos veces alzo el puño y le pego un puñetazo plena mandíbula.
- Eso es por el mote… - dijo Emma con rabia.
- Vaya… - dijo Hook tocándose la mandíbula. – Buen golpe… - dijo sonriendo.
- Tuve una buena maestra… - dijo Emma mirando a Regina con una sonrisa y guiñándole el ojo.
Regina sonrió poniéndose algo roja.
- Bueno, Swan… dicen que los amores reñidos son los más queridos… - dijo Hook con una sonrisa y sin previo aviso, cojo por la cintura a Emma y la beso en los labios.
Emma intento separarse mientras que las otras mujeres abrían los ojos de la sorpresa.
Xena reacciono y separo a Hook de Emma, profiriéndole un puñetazo aún más fuerte al pirata, que cayó al suelo ante un sonoro quejido.
Se levantó quejándose y sacando la espada, reto a Xena, quien saco también la espada poniéndose en posición para esperar el ataque del pirata.
Ataque que nunca llego, ya que en ese momento, Regina, con un movimiento de mano, se transformó en la Evil Queen y, arrebatándole la espada a Hook, lo alzo hasta la altura del palo de la vela mayor.
- Eh… Bájame… - grito Hook.
Regina sonrió y se acercó hasta las escaleras y sonrió.
- No la vuelvas a tocar… - dijo con una voz oscura. – Porque si la vuelves a tocar, no dudare en matarte… No esta vez… - dijo acercando a Hook hasta donde estaban ellas.
- Como diga su majestad… - dijo con esfuerzo el pirata mirando a la Reina Malvada con furia. – Pero te recuerdo, que hace tiempo… Tú y yo llegamos…. A más… - dijo sonriendo el pirata.
Las mujeres que estaban allí abrieron los ojos de la sorpresa y Regina lo miro con dagas en los ojos.
Emma miro a Regina y después a Hook sin poderse creer lo que acababa de insinuar el pirata.
- ¿Regina…? – pregunto Emma mirando a la morena.
Regina la miro a los ojos con sorpresa en ellos. Emma le devolvió una mirada inquisidora.
- Emma… - comenzó Regina mirando a la rubia. Emma alzo una ceja. – Yo…
- Vaya, vaya, vaya… - dijo Hook mirando a ambas mujeres con una sonrisa. - ¿No te lo contó, Swan? – dijo mirando a la rubia. – Pues si… Aquí su majestad y yo… Tuvimos algo más que palabras… - dijo sonriéndole a la rubia. Se acercó al oído de  Emma y le dijo lo suficientemente alto para que el resto lo oyera perfectamente – ¿A que es una fiera en la cama…? - dijo sonriendo.
Emma lo miro con odio y, sin poderse contener, pegó un grito de rabia. Le pego un puñetazo, haciendo tambalear al pirata que se sujetó en la barandilla. Miro con furia a la rubia y recogió la espada del suelo.
Xena, al ver este movimiento, se puso en guardia, así como el resto de las mujeres que estaban allí.
Aquel alboroto llamo la atención del resto de marineros, que se concentraron en el castillo de proa, donde el timón, para vez el enfrentamiento.
- Retira lo dicho, Hook… - dijo Emma con llamas en los ojos.
- Sabes que no lo are, Swan… - dijo seriamente el pirata.
Emma lo miro con furia en los ojos. Cogió la espada que tenía en la espalda y la desenvainó.
- Ok Hook… Estas son las reglas… - dijo Emma poniéndose delante del pirata. – Si gano me dejaras en paz y a todas las que estamos aquí. Y retiraras lo que me acabas de decir…
- ¿Y si gano? – dijo el pirata mirando a la rubia.
- Si ganas, dejare que me conquistes si eso es lo que te hace feliz… - dijo con un suspiro Emma.
- Emma… - dijo Regina mirando a su prometida.
- Ya, Regina… - dijo la rubia mirando a la morena. – Tranquila…
El pirata miro a Emma a los ojos, era un trato justo.
- Muy bien… - dijo con una sonrisa Hook. – Que nadie intervenga… - dijo a sus hombres. Ellos asintieron. – Y ellas tampoco… - dijo mirando a Xena, que no había bajado la espada.
- De acuerdo… - dijo Emma. Miro a Xena. – Déjamelo a mí Xena…
Xena miro a Emma.
- Emma… - empezó Xena.
- Confía en mi… - dijo Emma guiñándole un ojo a Xena. Esta sonrió y asintió guardando la espada.
Hook se posiciono y sonrió a Emma, quien miraba al pirata sin inmutarse. El pirata fue el que primero ataco, con una estocada alta que Emma consiguió fácilmente parar sin apenas esfuerzo.
Así empezó un baile de estoques y paradas que se extendió por toda la cubierta del barco.
Emma, en un momento de la lucha, cogió un cabo que estaba suelto, se lo enrolló en el brazo y con un tirón, se subió al trinquete del palo mayor, donde con una sonrisa espero a que Hook la siguiera. Cosa que hizo con una sonrisa.
- ¿No te cansas, rubia…? - dijo mientras subía donde se encontraba Emma.
- No, pirata… - dijo Emma con una sonrisa. – No me digas que tú lo estás… - se rio Emma.
- No vas a tener esa suerte, Swan… - dijo Hook con una sonrisa.
Mientras en cubierta, Ruby literalmente se estaba mordiendo las uñas por ver a Emma parar una y otra vez las estocadas que le daba el pirata. Se había llevado las manos a la boca cuando en una vuelta, Emma había perdido un momento la concentración y uno de los marineros de Hook había aprovechado y había golpeado a la rubia, partiéndole el labio y haciéndola sangrar.
Eso no le había gustado a ninguna de las presentes y al propio Hook tampoco, que había pedido que no interviniera nadie. Lo que hizo el capitán, nadie estaba preparado. Con su propia espada, mato al hombre.
En lo alto de la cubierta del barco, Emma y Hook seguían con la lucha, cuando de repente, con un movimiento, Hook le quita la espada a Emma. Hecho que hizo que tanto Ruby como Gabrielle profirieran un grito y que Regina, Asteria y Xena contuvieran el aliento.
- Creo que es hora de rendirse, Emma… - dijo Hook apuntando con su espada a Emma, quien lo miraba con los ojos abiertos de la sorpresa.
Emma lo miro a los ojos, y tras echar un vistazo a su alrededor y calcular la distancia, sonrió.
- Eso es lo que tú quieres… - dijo Emma mirándole. – Pero no lo are…
- Que… - dijo Hook cuando vio como Emma daba un giro sobre sí misma y caía al vacío.
Las mujeres que estaban abajo junto con los marineros, contuvieron el aliento.
- ¡Emma…! – dijeron a la vez Ruby y Regina.
Emma cayó al vacío de espaldas y, cuando todos los allí presentes estaban seguros que iba a caerse en mitad de la cubierta del barco, se agarró a un  cabo que sobresalía, impulsando a la rubia por todo el barco a través del aire hasta caer limpiamente en la proa del barco con una sonrisa.
- Bu… - dijo Emma mirando a un Hook que miraba pasmado lo que acababa de ocurrir. – Pensabas que no lo conseguiría, ¿no? – dijo mirándole con una sonrisa en los labios. – Vamos Hook… No te vas a rendir ahora, ¿no?
Hook sonrió y bajo hasta donde estaba Emma.
- Ok, Swan… Terminemos con esto… - dijo atacando a Emma con furia.
- Por supuesto… - contestó Emma.
Pero Emma estaba preparaba y con una sonrisa y un par de estocadas, desarmó al pirata que miraba a Emma con cara de asombre. Emma, por el contrario, apoyo el filo de la hoja en el cuello del pirata, quien asombrado, trago saliva y miro a los ojos a Emma.
- Me rindo, Swan… - dijo Hook con las manos en alto.
Emma sonrió y bajo la espada.
- Cumple con lo pactado, Hook… - dijo Emma.
El pirata, con un suspiro, miro a Regina y a las mujeres que se habían acercado hasta donde estaban ellos.
- Retiro lo dicho antes… - dijo mirando a Regina.
Regina asintió sin decir nada.
- Bien Hook… - dijo Emma envainando la espada. – Así me gusta… - finalizo y se fue hacia los camarotes.
Regina, Gabrielle y Xena fueron tras ella, mientras que Ruby y Asteria, se quedaron en cubierta por petición de Xena, que sabía perfectamente lo que le pasaba ahora mismo a la rubia.
- ¿Qué ha pasado ahí Emma? – dijo Regina con furia nada más entrar en el camarote.
Emma se giró y la miro con furia en los ojos.
- Lo acabas de ver, Regina. No hace falta que te lo explique… - dijo Emma mirando a la morena.
- Me refiero a ese ataque de celos que tuviste… - dijo Regina olvidándose de Xena y Gabrielle. – Fue infantil, Emma…
- ¿Infantil? – dijo Emma acercándose a Regina. – A mí no me pareció infantil, Regina.
- Pues a mí si… - dijo encarando a la rubia. – Ya sabias de mi pasado, sabias que me había acostado con él. No sé porque tuviste esa reacción.
- La tuve por lo que dijo, Regina… - dijo Emma mirando con furia a la morena. – Creo que no te gustaría que si Neal estuviera vivo fuera a contarte lo bien que nos lo pasábamos… Oh que viniera una de mis ex y que te dijera que no dormimos durante dos noches por estar follando…
Regina la miro con odio y sin esperarlo, subió la mano y la estampo en la mejilla de la rubia, que se quedó petrificada ante lo que acababa de hacer Regina.
Xena y Gabrielle se quedaron con los ojos abiertos ante la discusión que tenían las dos mujeres, pero al ver la bofetada que Regina le propino a Emma, decidieron intervenir.
- Chicas… Ya vale… - dijo Gabrielle acercándose a la pareja.
Emma miro con los ojos abiertos a Regina y se llevó una mano a la mejilla donde Regina le había pegado.
- Emma… - dijo con dolor Regina mirando a la rubia a los ojos. Se acercó. – Yo… Perdona… Yo…
Emma se acercó y la beso con desesperación.
Gabrielle y Xena vieron como sus amigas se reconciliaban e intentaron irse, pero una mano cogió la muñeca de la bardo, acercándola a una Emma que estaba excitada.
- Vosotras os quedáis… - dijo Emma acercando a Gabrielle y besándola con pasión.
- Vaya… - dijo Gabrielle cuando se separó del beso de Emma. – Es igual a tus besos cuando tienes Lujuria de Batalla, Xena… - dijo mirando a la guerrera con una sonrisa.
Xena sonrió a Gabrielle de lado.
- Parece que Emma siente Lujuria de Batalla… - dijo Xena mirando a la rubia con una sonrisa.
Emma y Regina las miraban sin comprender.
- ¿Lujuria de Batalla? – pregunto Emma. - ¿Qué es eso?
- Bueno... La Lujuria Batalla es... – empezó Xena.
- Es un modo de liberarse de la tensión… - dijo Gabrielle a las mujeres
- Es más... Es una celebración -dijo Xena por fin.
- ¿De celebración? – pregunto Regina.
- Es casi como para recordarte a ti mismo que todavía estás vivo. -Xena comenzó entonces a separar los mechones de pelo cobrizo y a trenzarlos.
-¿La has sentido alguna vez? – pregunto Emma.
-Sí, después de cada batalla -admitió Xena con una sonrisa mirando a Gabrielle, quien sonreía.
Emma miro intensamente a Regina y luego a las dos mujeres que tenía enfrente y sintió como una ola de calor la recorría por dentro. Cerró los ojos. La Lujuria de Batalla…
Abrió los ojos y con una sonrisa mirando a las mujeres que había dentro del camarote, se lanzó a los labios de la Reina Amazona, quien beso a Emma con los ojos cerrados, dejándose llevar por la pasión que a Emma le recorría por el cuerpo, mientras que Emma acariciaba con una mano la cintura de Xena y con la otra la cintura de Regina.