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domingo, 23 de noviembre de 2014

La vida Continua Más Allá: Capítulo 21

Capítulo 21

Todo estaba preparado para el inicio del viaje. Habían decidido ir en barco, así estarían más seguras. Y para eso, tenían que coger uno y se lo habían pedido a Hook, que aceptó a regañadientes.
Después de meter las cosas que necesitaban, Xena y Gabrielle se despidieron de las amazonas y de su pequeño hijo, que no se quería separar de su madre bardo.
Por otro lado, Emma y Regina se estaban despidiendo de Ruby, David y de los demás habitantes.
Después de las despedidas, para sorpresa de todas, Snow junto con Asteria se le unieron, desobedeciendo así a las mujeres, argumentando que no las iban a dejar solas en su búsqueda.
Pero rápidamente Snow fue convencida por Ruby, quien ocupó el lugar de Ruby en el barco.
Así, después de que Ruby, Regina y Emma se despidieran de Daniel y David y los demás presentes, y se montaron en el Jolly Roger junto con Xena, Gabrielle y Asteria, se encaminaron hacia Islandia en busca de Henry y Eve.
- Bueno, mis damas… - dijo Hook acercándose a las mujeres mientras que sus hombres caminaban de un lado para otro del barco. – Hay un pequeño problema…
- Cual es, Hook… - dijo Emma mientras ayudaba en el barco junto a Xena, que se había ofrecido también.
- Solo existe un camarote disponible… Bueno, dos… - dijo mirando a las mujeres.
- ¿Dos? – dijo Ruby.
- El mío, que es el más grande, y uno individual para una sola persona… - dijo mirándolas. – También está la bodega….
Las mujeres de miraron.
- Yo me voy a la bodega… - dijo Ruby mirando a las demás mujeres.
- Ruby… - dijo Emma.
- Tranquila Emma… - dijo la mujer mirando a su hija. – Tu y Regina coger uno de los camarotes....
- Tranquila hermana… - dijo Asteria mirando a la rubia. – Yo dormiré con tu amiga allí abajo… - dijo con una sonrisa la Amazona. Ganándose una sonrisa de aprobación de su reina.
- Muy bien señoras… - dijo Hook mirándolas. – Asique vosotras estaréis en mi camarote… Yo me iré al camarote pequeño… - dijo guiñándole un ojo a las mujeres mientras se marchaba para fijar el rumbo.
Las mujeres se dirigieron hacia sus respectivos camarotes y al llegar al camarote del capitán, Emma sonrió al ver la gran cama cosa que a Regina no se le pasó inadvertido y alzo una ceja mirando a la rubia.
- Que… - dijo Emma mirando a su novia.
- Nada… - dijo Regina mirándola.
- Regina por favor… No me mires así… - dijo mientras pasaba al camarote y dejaba sus cosas. – ¡Dios! ¡Qué a gusto! – dijo Emma mientras se tiraba encima de la cama.
- Ya… - dijo Regina al pasar a su lado. – Muy a gusto… ¿No? – dijo sonriendo a la rubia.
- No sabes cuánto… - dijo Emma mientras se acomodaba.
- No me imagino porque… - dejo caer la morena.
Emma la miro a los ojos.
- Regina… No pasó nada en este camarote… Con él…- dijo Emma mirando a su novia con una sonrisa. – Además, me pase todo el viaje contigo… - dijo sonriendo la rubia.
Regina carraspeo y dejo florecer una pequeña sonrisa.
- Eso es cierto… - dijo sonriendo a su novia.
Las otras dos mujeres sonreían ante la conversación de sus compañeras.
- Por lo que parece te trae buenos recuerdos este camarote… - dejo caer Xena con una sonrisa mientras ayudaba a Gabrielle a acomodarse en la cama a causa del mareo.
- Ya lo creo… - dijo Emma mirando a Regina con una sonrisa, cosa que hizo sonrojar a la Evil Queen, quien rápidamente se dio la vuelta para que nadie la viera
- Xena, por los dioses… - dijo Gabrielle. – Hazlo ya… No soporto más el mareo… - dijo la rubia bardo con los ojos cerrados.
- Voy… - dijo Xena mientras apretaba unos nervios en el brazo de la bardo – Ya está… - dijo la guerrera con una sonrisa.
- Gracias… - dijo una aliviada Gabrielle.
- ¿Qué hiciste? – dijo Emma interesada.
- Aplicarle unos puntos de presión para que se le quitara el mareo… - dijo Xena encogiéndose de hombros. – Es fácil…
- ¿Me enseñas? – dijo Emma interesada.
- Claro… - dijo sonriendo la guerrera.
- No te olvides enseñarle los puntos de presión esos para interrogar… - dijo Gabrielle mientras se levantaba de la cama mientras Emma y Regina las miraban intrigadas.
- Muy bien… - dijo Xena con una sonrisa a la Reina Amazona.

Después de eso, Emma y Xena se encaminaron hacia cubierta para ayudar a los hombres de Hook y al propio pirata mientras que Regina y Gabrielle intentaba adecentar el camarote para hacerlo más habitable.
- Si estáis incomodas con compartir camarote, nos podemos ir a la bodega…  – dijo Gabrielle mientras sacaba de las alforjas las armas y la ropa de ella y de Xena.
- No, tranquila… - dijo Regina mientras hacía lo mismo con sus ropas y las de Emma. Se levantó con la espada de la rubia en la mano. – Es un camarote grande con una gran cama. Estaremos bien… – dijo Regina mientras acomodaba las armas en la estantería. – Si a vosotras no os gusta, podremos irnos nosotras… - dijo mirándola.
Gabrielle sonrió.
- Tranquila. Lo digo por lo que dijo Xena… - dijo Gabrielle sonriendo tímidamente. – Lo de acostarnos… Las 4…
Regina la miro con sorpresa pero con un brillo en los ojos.
- Tranquila… - dijo sonriendo. – En mi etapa de Reina Oscura tuve… Unas experiencias más… Intensas… - dijo con una media sonrisa.
Gabrielle la miro con los ojos abiertos y carraspeo.
- Entonces todo bien… - dijo sonriendo a la morena, la cual le devolvió enseguida la sonrisa.

En cubierta, Hook miraba fijamente como trabajaba Emma en amarrar un cabo que se había soltado del palo mayor del barco.
Xena, que estaba atenta al capitán pirata, frunció el ceño al comprobar que Hook, no quitaba la mirada de la rubia, que ajena a todo esto, trabajaba como el más experto de los piratas en el barco.
Se acercó despacio y procurando que el pirata no la sintiera y cuando estaba lo suficientemente cerca, hablo.
- Yo que tú, quitaría esa idea de la cabeza… - dijo Xena mirando al pirata.
Hook se sorprendió y la miro.
- Y qué idea tengo en ella, según tu…
- Ella te gusta… - dijo Xena señalando a Emma. – Pero te aconsejo que la dejes en paz… No me fio de ti…
Hook miro atentamente a la guerrea.
- Ni yo de ti… - dijo poniéndose delante de ella. – No sé quién eres, ni que quieres de ella, - dijo señalando a Emma con la cabeza – pero hay algo en ti que no me gusta.
- Ni a mí en ti… - dijo Xena poniéndose más seria. – Te lo advierto, pirata… Como le hagas algo a ella oh a las mujeres que hay en este barco… - se acercó más al pirata que retrocedió ante la mirada gélida de esos ojos azules. – Te las veras conmigo… ¿Lo has entendido? – dijo levantando la ceja.
Hook trago saliva.
- Entendido… - dijo con una media sonrisa mientras se iba.
Xena sonrió mirando cómo se marchaba cuando una voz llama su atención.
- ¿Haciendo amigos, Xena…? – dijo Gabrielle con una sonrisa.
Xena se dio la vuelta y allí se encontró con Ruby, Asteria, Regina y Gabrielle, esta última con una sonrisa en la boca.
- Ya me conoces, deseosa siempre de agradar a todo el mundo… - dijo irónicamente Xena con una sonrisa.
Gabrielle se rio ante el comentario de la guerrera.
- Ahora en serio… - dijo acercándose Gabrielle. – Que ocurre Xena…
- Miraba a Emma como algo comestible… - dijo Xena mirando a las mujeres. – Solo le recordaba que ninguna de las que están aquí está disponible… No me gusta como la mira… - dijo por ultimo.
- Si te digo la verdad, a mí tampoco… - dijo Ruby mirando como hablaban Hook y Emma y se reían. – Cuando cayeron en el Bosque Encantado quiso conquistarla… Eso dijo Ruby
- ¿No lo hizo? – ironizo Regina mientras no apartaba los ojos de la rubia.
- No… - dijo suspirando. – Sospecharon de tu madre… Y cuando intentaron regresar él y tu madre le ofrecieron todo lo que podría desear, pero se negó. Asique tranquilas… Emma lo maneja… Cuando fuisteis a Neverland, él intento muchas veces ser algo más… - dijo mirando a Regina. – Pero ella estaba interesada en otra persona… - dijo sonriendo a la Reina Malvada. – Eso es lo que me conto Emma…
Regina sonrió recordando ese tiempo que pasaron en el barco. Como Emma se interesaba en ella, en como estaba, en cómo se encontraba. En ese acercamiento que hubo entre ambas y en aquella noche que pasaron de pasión en el camarote de Hook.
- Eso es cierto… - dijo sonriendo la morena mientras veía como Emma se subía, con ayuda de un cabo, al palo mayor para desatar las velas mayores.

Después de estar contemplando el horizonte, llego la hora de la cena. Cenaron entre risas y bromas.
- Bueno, mis damas… - dijo Hook mirando a las mujeres. – Por ser el primer día, yo me ofrezco voluntario a hacer la guardia esta noche… - dijo levantándose. – Si me disculpáis… Señoras… - dijo mirando a Ruby, Asteria, Xena y Gabrielle con una sonrisa e inclinación. – Majestad… - dijo inclinándose ante Regina. – Emma… - dijo sonriendo de lado y giñando un ojo, hecho que no pasó desapercibido por las demás mujeres. – Me voy al timón…
- Hook… - dijo Emma mirando a Hook con una sonrisa.
- Dime preciosa… - dijo Hook con una sonrisa.
- A ella, - dijo señalando a Gabrielle – también le saludas por su rango… ¿Oh es que no has visto sus ropas? – dijo entrecerrando los ojos con una sonrisa.
- ¿Cómo? – dijo Hook mirando a Gabrielle y a Emma. – Es una Amazona… ¿Y eso que tiene que ver?
- Tiene que ver…. – dijo mientras apoyaba los codos en la mesa y lo miraba. – Que ella… - y señalo a Gabrielle con un dedo. – Es una Reina… Es nuestra reina, a que si Asteria… - dijo mirando a la otra Amazona.
- Así es, hermana… - dijo Asteria sonriendo.
- Es la Reina de las Amazonas…. – dijo Emma mirando sonriente a Hook quien miro a la bardo con los ojos abiertos.
- Mis disculpas majestad… - dijo inclinándose ante Gabrielle. – Si me disculpáis, voy a mi puesto... – y sin más se fue.
Cuando se fue, todas las mujeres estallaron en risas.
- Eso no fue necesario, Emma… - dijo Gabrielle mientras intentaba calmarse de la risa.
Emma se encogió de hombros.
- Si se refiere a Regina por su título, no quiero que a mi otra Reina se dirija por un simple “dama” oh “señora”….
Gabrielle, Xena y Asteria sonrieron ante el comentario de la rubia.
- Gracias Emma… - dijo inclinándose y cogiendo una ma de la rubia y apretándola.
En eso hubo tres fogonazos de luz y tres dioses se presentaron ante las mujeres.
Asteria, al ver a Artemisa, se postro rápidamente en tierra.
- Levántate Amazona… - dijo Artemisa con una sonrisa mientras la Amazona se levantaba. – Eh venido a felicitar a mi nueva Amazona… - dijo mirando a Emma a los ojos. – Eh visto tu entrenamiento, y debo decir, que no me has defraudado, Emma. Sabía que en ti estaba el espíritu de una gran guerrera.
- Gracias… - dijo con timidez Emma.
- Debes reconocer, hermano, que Emma ha resultado ser una gran guerrera… - dijo mirando con una sonrisa al Dios de la Guerra. – Casi igual a tu Elegida… - dijo mirando a Xena con una sonrisa.
Ares rodo los ojos.
- Tú lo has dicho, hermana… Casi… - miro a Xena. – Nadie es como ella, a que no mi princesa…
Xena alzo una ceja y miro al dios.
- Debo decir que Emma aprende rápido…. – sonrió Xena. – ambas hemos aprendido una de la otra… ¿No es cierto…? – dijo sonriendo a Emma.
- Claro guerrera… - dijo chocando los 5 con Xena.
Los tres dioses sonrieron.
- Estamos aquí por algo más…. – dijo Artemisa. – Afrodita nos contó lo que el dios nórdico hizo… - dijo mirando a las mujeres. – Nosotros no podemos interferir allí, pero eso no nos impide ayudaros de otra manera… - dijo sonriendo.
- Lo tenía que decir… - dijo Afrodita mirando a Gabrielle y a Xena.
- No te preocupes Dita… - dijo Gabrielle con una sonrisa.
Afrodita sonrió.
- Queremos ayudaros… - dijo Artemisa mirando a las mujeres. Hizo un movimiento de mano y apareció una hermosa armadura dorada y unas cuantas más colocadas en la mesa. – Esta armadura esta echa por Hefesto... – dijo Artemisa dejando la armadura en la mesa. - Es ligera pero muy resistente… Hay una para cada una. Está recubierta con el poder del rayo de Zeus. – dijo con una sonrisa. – Para mi querida Elegida, - dijo mirando a Gabrielle con una sonrisa – le entrego mi arco… - dijo apareciendo el arco y entregándoselo.
- Gracias Artemisa… - dijo sonriendo Gabrielle.
- Para mí otra Amazona… - dijo la diosa mirando a Asteria. – Le entrego mis dagas de caza…
- Gracias, mi diosa… - dijo inclinándose Asteria.
- Yo le entrego mi espada a Xena... – dijo Ares entregándole la espada.
- Yo le entrego a Regina la espada de mi hermano Apolo… - dijo afrodita con una sonrisa. – Y a Ruby el Arco de Apolo, que junto con el poder del Lobo es invencible.
- Y a ti Emma, te entrego mi espada… - dijo Artemisa. – Tiene en su hoja sangre de titán… Es un arma muy poderosa, incluso más que la espada de Ares… - dijo mientras desabrochaba de su cintura el arma. – Sabrás manejarla… - dijo entregándosela. Las mujeres miraron el arma.
La espada de Artemisa era una leyenda, y verla era la confirmación de que esa arma, entregada por el mismísimo Zeus a su hija predilecta, existía.
Emma la cogió y la examino. Era hermosa. Era parecida a la que Regina le había regalado cuando la nombraron caballero.
- Gracias Artemisa… - dijo con una sonrisa.
La diosa sonrió.
- Bueno chicas… Nosotros nos vamos… - dijo sonriendo Artemisa. – Descansad…
Tras otro fogonazo de luz, los dioses se fueron dejando a las mujeres con las armas.

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