Todo estaba preparado para el
inicio del viaje. Habían decidido ir en barco, así estarían más seguras. Y para
eso, tenían que coger uno y se lo habían pedido a Hook, que aceptó a
regañadientes.
Después de meter las cosas que
necesitaban, Xena y Gabrielle se despidieron de las amazonas y de su pequeño
hijo, que no se quería separar de su madre bardo.
Por otro lado, Emma y Regina se
estaban despidiendo de Ruby, David y de los demás habitantes.
Después de las despedidas, para
sorpresa de todas, Snow junto con Asteria se le unieron, desobedeciendo así a
las mujeres, argumentando que no las iban a dejar solas en su búsqueda.
Pero rápidamente Snow fue
convencida por Ruby, quien ocupó el lugar de Ruby en el barco.
Así, después de que Ruby,
Regina y Emma se despidieran de Daniel y David y los demás presentes, y se
montaron en el Jolly Roger junto con Xena, Gabrielle y Asteria, se encaminaron
hacia Islandia en busca de Henry y Eve.
- Bueno, mis damas… - dijo Hook
acercándose a las mujeres mientras que sus hombres caminaban de un lado para
otro del barco. – Hay un pequeño problema…
- Cual es, Hook… - dijo Emma
mientras ayudaba en el barco junto a Xena, que se había ofrecido también.
- Solo existe un camarote
disponible… Bueno, dos… - dijo mirando a las mujeres.
- ¿Dos? – dijo Ruby.
- El mío, que es el más grande,
y uno individual para una sola persona… - dijo mirándolas. – También está la
bodega….
Las mujeres de miraron.
- Yo me voy a la bodega… - dijo
Ruby mirando a las demás mujeres.
- Ruby… - dijo Emma.
- Tranquila Emma… - dijo la
mujer mirando a su hija. – Tu y Regina coger uno de los camarotes....
- Tranquila hermana… - dijo
Asteria mirando a la rubia. – Yo dormiré con tu amiga allí abajo… - dijo con
una sonrisa la Amazona. Ganándose una sonrisa de aprobación de su reina.
- Muy bien señoras… - dijo Hook
mirándolas. – Asique vosotras estaréis en mi camarote… Yo me iré al camarote
pequeño… - dijo guiñándole un ojo a las mujeres mientras se marchaba para fijar
el rumbo.
Las mujeres se dirigieron hacia
sus respectivos camarotes y al llegar al camarote del capitán, Emma sonrió al
ver la gran cama cosa que a Regina no se le pasó inadvertido y alzo una ceja
mirando a la rubia.
- Que… - dijo Emma mirando a su
novia.
- Nada… - dijo Regina
mirándola.
- Regina por favor… No me mires
así… - dijo mientras pasaba al camarote y dejaba sus cosas. – ¡Dios! ¡Qué a
gusto! – dijo Emma mientras se tiraba encima de la cama.
- Ya… - dijo Regina al pasar a
su lado. – Muy a gusto… ¿No? – dijo sonriendo a la rubia.
- No sabes cuánto… - dijo Emma
mientras se acomodaba.
- No me imagino porque… - dejo
caer la morena.
Emma la miro a los ojos.
- Regina… No pasó nada en este
camarote… Con él…- dijo Emma mirando a su novia con una sonrisa. – Además, me
pase todo el viaje contigo… - dijo sonriendo la rubia.
Regina carraspeo y dejo
florecer una pequeña sonrisa.
- Eso es cierto… - dijo
sonriendo a su novia.
Las otras dos mujeres sonreían
ante la conversación de sus compañeras.
- Por lo que parece te trae
buenos recuerdos este camarote… - dejo caer Xena con una sonrisa mientras
ayudaba a Gabrielle a acomodarse en la cama a causa del mareo.
- Ya lo creo… - dijo Emma
mirando a Regina con una sonrisa, cosa que hizo sonrojar a la Evil Queen, quien
rápidamente se dio la vuelta para que nadie la viera
- Xena, por los dioses… - dijo
Gabrielle. – Hazlo ya… No soporto más el mareo… - dijo la rubia bardo con los
ojos cerrados.
- Voy… - dijo Xena mientras
apretaba unos nervios en el brazo de la bardo – Ya está… - dijo la guerrera con
una sonrisa.
- Gracias… - dijo una aliviada
Gabrielle.
- ¿Qué hiciste? – dijo Emma
interesada.
- Aplicarle unos puntos de
presión para que se le quitara el mareo… - dijo Xena encogiéndose de hombros. –
Es fácil…
- ¿Me enseñas? – dijo Emma
interesada.
- Claro… - dijo sonriendo la
guerrera.
- No te olvides enseñarle los
puntos de presión esos para interrogar… - dijo Gabrielle mientras se levantaba
de la cama mientras Emma y Regina las miraban intrigadas.
- Muy bien… - dijo Xena con una
sonrisa a la Reina Amazona.
Después de eso, Emma y Xena se
encaminaron hacia cubierta para ayudar a los hombres de Hook y al propio pirata
mientras que Regina y Gabrielle intentaba adecentar el camarote para hacerlo
más habitable.
- Si estáis incomodas con
compartir camarote, nos podemos ir a la bodega…
– dijo Gabrielle mientras sacaba de las alforjas las armas y la ropa de
ella y de Xena.
- No, tranquila… - dijo Regina
mientras hacía lo mismo con sus ropas y las de Emma. Se levantó con la espada
de la rubia en la mano. – Es un camarote grande con una gran cama. Estaremos
bien… – dijo Regina mientras acomodaba las armas en la estantería. – Si a
vosotras no os gusta, podremos irnos nosotras… - dijo mirándola.
Gabrielle sonrió.
- Tranquila. Lo digo por lo que
dijo Xena… - dijo Gabrielle sonriendo tímidamente. – Lo de acostarnos… Las 4…
Regina la miro con sorpresa
pero con un brillo en los ojos.
- Tranquila… - dijo sonriendo.
– En mi etapa de Reina Oscura tuve… Unas experiencias más… Intensas… - dijo con
una media sonrisa.
Gabrielle la miro con los ojos
abiertos y carraspeo.
- Entonces todo bien… - dijo
sonriendo a la morena, la cual le devolvió enseguida la sonrisa.
En cubierta, Hook miraba
fijamente como trabajaba Emma en amarrar un cabo que se había soltado del palo
mayor del barco.
Xena, que estaba atenta al capitán
pirata, frunció el ceño al comprobar que Hook, no quitaba la mirada de la
rubia, que ajena a todo esto, trabajaba como el más experto de los piratas en
el barco.
Se acercó despacio y procurando
que el pirata no la sintiera y cuando estaba lo suficientemente cerca, hablo.
- Yo que tú, quitaría esa idea
de la cabeza… - dijo Xena mirando al pirata.
Hook se sorprendió y la miro.
- Y qué idea tengo en ella,
según tu…
- Ella te gusta… - dijo Xena
señalando a Emma. – Pero te aconsejo que la dejes en paz… No me fio de ti…
Hook miro atentamente a la
guerrea.
- Ni yo de ti… - dijo
poniéndose delante de ella. – No sé quién eres, ni que quieres de ella, - dijo
señalando a Emma con la cabeza – pero hay algo en ti que no me gusta.
- Ni a mí en ti… - dijo Xena
poniéndose más seria. – Te lo advierto, pirata… Como le hagas algo a ella oh a
las mujeres que hay en este barco… - se acercó más al pirata que retrocedió
ante la mirada gélida de esos ojos azules. – Te las veras conmigo… ¿Lo has
entendido? – dijo levantando la ceja.
Hook trago saliva.
- Entendido… - dijo con una
media sonrisa mientras se iba.
Xena sonrió mirando cómo se
marchaba cuando una voz llama su atención.
- ¿Haciendo amigos, Xena…? –
dijo Gabrielle con una sonrisa.
Xena se dio la vuelta y allí se
encontró con Ruby, Asteria, Regina y Gabrielle, esta última con una sonrisa en
la boca.
- Ya me conoces, deseosa
siempre de agradar a todo el mundo… - dijo irónicamente Xena con una sonrisa.
Gabrielle se rio ante el
comentario de la guerrera.
- Ahora en serio… - dijo
acercándose Gabrielle. – Que ocurre Xena…
- Miraba a Emma como algo
comestible… - dijo Xena mirando a las mujeres. – Solo le recordaba que ninguna
de las que están aquí está disponible… No me gusta como la mira… - dijo por
ultimo.
- Si te digo la verdad, a mí
tampoco… - dijo Ruby mirando como hablaban Hook y Emma y se reían. – Cuando
cayeron en el Bosque Encantado quiso conquistarla… Eso dijo Ruby
- ¿No lo hizo? – ironizo Regina
mientras no apartaba los ojos de la rubia.
- No… - dijo suspirando. – Sospecharon
de tu madre… Y cuando intentaron regresar él y tu madre le ofrecieron todo lo
que podría desear, pero se negó. Asique tranquilas… Emma lo maneja… Cuando
fuisteis a Neverland, él intento muchas veces ser algo más… - dijo mirando a
Regina. – Pero ella estaba interesada en otra persona… - dijo sonriendo a la
Reina Malvada. – Eso es lo que me conto Emma…
Regina sonrió recordando ese
tiempo que pasaron en el barco. Como Emma se interesaba en ella, en como
estaba, en cómo se encontraba. En ese acercamiento que hubo entre ambas y en
aquella noche que pasaron de pasión en el camarote de Hook.
- Eso es cierto… - dijo
sonriendo la morena mientras veía como Emma se subía, con ayuda de un cabo, al
palo mayor para desatar las velas mayores.
Después de estar contemplando
el horizonte, llego la hora de la cena. Cenaron entre risas y bromas.
- Bueno, mis damas… - dijo Hook
mirando a las mujeres. – Por ser el primer día, yo me ofrezco voluntario a
hacer la guardia esta noche… - dijo levantándose. – Si me disculpáis… Señoras…
- dijo mirando a Ruby, Asteria, Xena y Gabrielle con una sonrisa e inclinación.
– Majestad… - dijo inclinándose ante Regina. – Emma… - dijo sonriendo de lado y
giñando un ojo, hecho que no pasó desapercibido por las demás mujeres. – Me voy
al timón…
- Hook… - dijo Emma mirando a
Hook con una sonrisa.
- Dime preciosa… - dijo Hook
con una sonrisa.
- A ella, - dijo señalando a
Gabrielle – también le saludas por su rango… ¿Oh es que no has visto sus ropas?
– dijo entrecerrando los ojos con una sonrisa.
- ¿Cómo? – dijo Hook mirando a
Gabrielle y a Emma. – Es una Amazona… ¿Y eso que tiene que ver?
- Tiene que ver…. – dijo
mientras apoyaba los codos en la mesa y lo miraba. – Que ella… - y señalo a
Gabrielle con un dedo. – Es una Reina… Es nuestra reina, a que si Asteria… -
dijo mirando a la otra Amazona.
- Así es, hermana… - dijo
Asteria sonriendo.
- Es la Reina de las Amazonas….
– dijo Emma mirando sonriente a Hook quien miro a la bardo con los ojos
abiertos.
- Mis disculpas majestad… -
dijo inclinándose ante Gabrielle. – Si me disculpáis, voy a mi puesto... – y
sin más se fue.
Cuando se fue, todas las
mujeres estallaron en risas.
- Eso no fue necesario, Emma… -
dijo Gabrielle mientras intentaba calmarse de la risa.
Emma se encogió de hombros.
- Si se refiere a Regina por su
título, no quiero que a mi otra Reina se dirija por un simple “dama” oh
“señora”….
Gabrielle, Xena y Asteria
sonrieron ante el comentario de la rubia.
- Gracias Emma… - dijo
inclinándose y cogiendo una ma de la rubia y apretándola.
En eso hubo tres fogonazos de
luz y tres dioses se presentaron ante las mujeres.
Asteria, al ver a Artemisa, se
postro rápidamente en tierra.
- Levántate Amazona… - dijo
Artemisa con una sonrisa mientras la Amazona se levantaba. – Eh venido a
felicitar a mi nueva Amazona… - dijo mirando a Emma a los ojos. – Eh visto tu
entrenamiento, y debo decir, que no me has defraudado, Emma. Sabía que en ti
estaba el espíritu de una gran guerrera.
- Gracias… - dijo con timidez
Emma.
- Debes reconocer, hermano, que
Emma ha resultado ser una gran guerrera… - dijo mirando con una sonrisa al Dios
de la Guerra. – Casi igual a tu Elegida… - dijo mirando a Xena con una sonrisa.
Ares rodo los ojos.
- Tú lo has dicho, hermana…
Casi… - miro a Xena. – Nadie es como ella, a que no mi princesa…
Xena alzo una ceja y miro al
dios.
- Debo decir que Emma aprende
rápido…. – sonrió Xena. – ambas hemos aprendido una de la otra… ¿No es cierto…?
– dijo sonriendo a Emma.
- Claro guerrera… - dijo
chocando los 5 con Xena.
Los tres dioses sonrieron.
- Estamos aquí por algo más…. –
dijo Artemisa. – Afrodita nos contó lo que el dios nórdico hizo… - dijo mirando
a las mujeres. – Nosotros no podemos interferir allí, pero eso no nos impide
ayudaros de otra manera… - dijo sonriendo.
- Lo tenía que decir… - dijo
Afrodita mirando a Gabrielle y a Xena.
- No te preocupes Dita… - dijo
Gabrielle con una sonrisa.
Afrodita sonrió.
- Queremos ayudaros… - dijo
Artemisa mirando a las mujeres. Hizo un movimiento de mano y apareció una
hermosa armadura dorada y unas cuantas más colocadas en la mesa. – Esta
armadura esta echa por Hefesto... – dijo Artemisa dejando la armadura en la
mesa. - Es ligera pero muy resistente… Hay una para cada una. Está recubierta
con el poder del rayo de Zeus. – dijo con una sonrisa. – Para mi querida
Elegida, - dijo mirando a Gabrielle con una sonrisa – le entrego mi arco… -
dijo apareciendo el arco y entregándoselo.
- Gracias Artemisa… - dijo
sonriendo Gabrielle.
- Para mí otra Amazona… - dijo
la diosa mirando a Asteria. – Le entrego mis dagas de caza…
- Gracias, mi diosa… - dijo
inclinándose Asteria.
- Yo le entrego mi espada a
Xena... – dijo Ares entregándole la espada.
- Yo le entrego a Regina la
espada de mi hermano Apolo… - dijo afrodita con una sonrisa. – Y a Ruby el Arco
de Apolo, que junto con el poder del Lobo es invencible.
- Y a ti Emma, te entrego mi
espada… - dijo Artemisa. – Tiene en su hoja sangre de titán… Es un arma muy
poderosa, incluso más que la espada de Ares… - dijo mientras desabrochaba de su
cintura el arma. – Sabrás manejarla… - dijo entregándosela. Las mujeres miraron
el arma.
La espada de Artemisa era una
leyenda, y verla era la confirmación de que esa arma, entregada por el
mismísimo Zeus a su hija predilecta, existía.
Emma la cogió y la examino. Era
hermosa. Era parecida a la que Regina le había regalado cuando la nombraron
caballero.
- Gracias Artemisa… - dijo con
una sonrisa.
La diosa sonrió.
- Bueno chicas… Nosotros nos
vamos… - dijo sonriendo Artemisa. – Descansad…
Tras otro fogonazo de luz, los dioses se fueron dejando
a las mujeres con las armas.
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