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viernes, 26 de septiembre de 2014

La vida Continua Más Allá: Capítulo 14

Capítulo 14

Varios meses después…

- ¿Estas bien…? – pregunto preocupada Xena al ver a Emma caer pesadamente a la orilla del rio.
- Si… Solo un descanso por favor… - dijo Emma boca abajo con los ojos cerrados.
Xena se sentó a su lado, aprovechado para descansar también.
La morena había ido esa mañana al alba, a llamar a Emma para su entrenamiento diario, y después de unas horas ya notaba el cansancio de la rubia.
- ¿Estas mejor? – dijo Xena mientras miraba acostada a la rubia que tenía al lado.
- Si…. – dijo Emma mientras se ponía boca arriba. – Ahora resisto tanto como tu… No te quejaras ahora, ¿verdad?
Xena rio y se acordó de los primeros días en los que habían entrenado. A partir de unos cuantos kilómetros, Emma ya estaba cansada. Y eso también le ocurría con el entrenamiento de espada, vara y Sais. Y no hablemos del entrenamiento con el Chakram.
Habían avanzado mucho y eso se notaba en el cuerpo de Emma, que había ganado musculatura y, según Regina, estaba más sexy y excitaba más a la Evil Queen. Cosa que Emma comprobaba cuando Regina la llamaba a su despacho del ayuntamiento y se encerraban, oh cuando la morena iba a la hora de la comida a llevársela a la comisaria a la rubia y aprovechaban para saciar sus instintos.
- Has mejorado mucho. – dijo la guerrera con una sonrisa. – Gabrielle está muy contenta contigo. Y Eponin también. Y Asteria está muy impresionada… - dijo Xena con una sonrisa mirando a la rubia. – Y enamorada…
- No me lo recuerdes… - dijo Emma soltando un gemido. Xena se rio. – No sé qué hacer más para que no se interese en mí…
- Es normal… - dijo Xena encogiéndose de hombros.
- ¿Normal?
- Aja… - dijo Xena poniéndose de pie. – Viene alguien….
Emma se puso de pie enseguida, mirando alrededor, buscando a las personas que se acercaban. A lo lejos vio 5 figuras que se acercaban.
Emma se puso en posición de ataque. Alerta ante un ataque por parte de las personas que se acercaban.
Xena vio el movimiento de la rubia a su lado por el rabo del ojo y sonrió. Estaba orgullosa de Emma. Nadie, aparte de su hermano Lyceus, Gabrielle, Lao Ma, M’Lila, Cleopatra y Eve, habían llegado al corazón de la guerrera. Sonrió ante ese pensamiento. Y es que por Emma se sentía atraída. Y esa atracción no la sentía solamente ella, sino que también Gabrielle le había confesado a su Alma Gemela, que sentía algo intenso por la princesa rubia.
Y Xena había advertido en esos meses que habían entrenado, que Emma se sentía también atraída por Xena y por Gabrielle.
Xena sonrió al distinguir la figura de su bardo, rodeada de Eponin, Chilapa, Regina y Snow. Miro a Emma y con un gesto, se subieron en silencio a los árboles. Desde arriba se comunicaron con gestos. Iban a sorprenderlas.
Emma y Xena se sonrieron con complicidad.
Poco a poco, las mujeres se iban acercando a su posición.
- La primera palabra de Paris fue Eve… - decía Gabrielle sonriendo. – Xena y yo nos habíamos apostado que si decía mamá era porque le llamaba a ella y mami me llamaba a mí. Nuestra sorpresa fue que la primera palabra fue Eve… - dijo la bardo con una sonrisa. – Deberíais a ver visto nuestras caras. Y la cara de Eve que era de pura felicidad.
Las mujeres se echaron a reír.
- La primera palabra de Daniel fue mamá… - dijo Snow sonriendo. – No veas la cara de decepción que se le quedo al pobre de David. Aunque Emma lo contento diciendo que según le habían contado las monjas del orfanato, su primera palabra fue papá. – dijo con una sonrisa triste. – Eso le alegro…
Regina bajo la mirada ante la mención de esto último.
- Snow… - dijo Regina mirando am su hijastra. – Siento que os perdierais la infancia de Emma… No existen vidas suficientes para reparar el daño que os ice a ti y a Emma…
Snow cogió la mano de su madrastra.
- Tranquila Regina… Eso es el pasado… - Dijo con una sonrisa Snow.
Ambas mujeres sonrieron.
Gabrielle y las dos Amazonas también sonrieron.
Poco después se pararon cerca del rio, donde minutos antes estaban Xena y Emma tumbadas.
- Qué raro… - dijo Gabrielle mirando alrededor. – Se suponía que deberían estar aquí…
Las restantes mujeres miraron alrededor.
- Si es raro… - dijo Eponin agachándose y mirando donde habían estado echadas la guerrera y la princesa rubia.
Chilapa se puso a su lado.
- Han estado aquí… - dijo al fin después de recorrer el terreno. Se levantó y se puso alerta.
Las demás mujeres también se pusieron alerta, mirando a todos los lados.
Mientras, Xena y Emma miraban a las mujeres que se encontraban debajo de las ramas donde ellas estaban subidas. Se miraron sonrientes y tras un asentimiento de cabeza, ambas atacaron. Xena profirió su característico grito de guerra, mientras que Emma grito con todas sus fuerzas.
Ambas mujeres bajaron de los árboles, sorprendiendo a las mujeres que estaban alerta en el suelo.
Regina, por instinto, creo un campo de fuerza, protegiendo a las otras mujeres.
Xena y Emma aterrizaron enfrente de las 5 sorprendidas mujeres, con las espadas desenvainadas.
Gabrielle aferro su vara y se puso en posición de ataque, mientras que Eponin y
Chilapa se ponían enfrente de su Reina para poder defenderla.
Snow miraba a todas partes, poniéndose detrás de Regina.
Cuando las 5 mujeres vieron que eran Xena y Emma, se relajaron mientras que Xena y Emma se reían ante el susto que les habían pegado a las mujeres.
- ¡Xena! ¡Emma! – dijo Gabrielle recuperándose del susto que le habían producido las dos.
- Dime amor… - dijo Xena con una sonrisa acercándose a la Reina Amazona.
Gabrielle le dio un puñetazo en el pecho a la guerrera con una sonrisa.
- Nos asustaseis… - dijo sonriendo.
Xena miro a Emma, la cual se había acercado a Regina y a su madre dándole un beso a ambas, sonriendo.
Emma miro a Regina que estaba en los brazos de la rubia sonriendo.
- Lo sentimos Gabrielle… - dijo Emma mirando a la bardo. – Pero no lo pudimos resistir…
Chilapa y Eponin sonrieron.
- Veo que te defiendes bien Emma… - dijo Eponin, la instructora de armas de las Amazonas.
- Gracias Eponin... – dijo la rubia sonriendo. - ¿Al final te animaste a venir a ver cómo me entreno mamá? – dijo mirando a Snow.
Mary Margaret miro a su hija sonriendo.
- Vine para ver si al final Regina y tú queréis hacer al final la fiesta de disfraces para Halloween en el salón del Ayuntamiento. Y si es así, para poder empezar a decorarlo…
Emma miro a Regina. Habían planeado festejar Halloween por primera vez en StoryBrooke. Y por ser la primera vez, Emma había pensado ser ellas las anfitrionas y le había pedido a la morena que porque no la realizaban en la mansión. Y Regina, después de muchas suplicas por parte de la rubia e infinitos favores y promesas cumplidas, Regina había cedido a hacerlo en la mansión.
- Snow, al final lo vamos a hacer en la mansión… - dijo Regina.
Snow miro con la boca abierta a la Reina Malvada, como si esta de repente le había salido dos cabezas.
- ¿Estas segura? – dijo Mary Margaret con la boca abierta.
- Si, Snow… - dijo mirando a su hijastra. – Emma me convenció…
- y no veas lo que tuve que hacer para que me permitiera hacer la fiesta de Halloween en casa… - dijo Emma con un resoplido.
Regina se dio la vuelta mirándola con los ojos entrecerrados.
- Y espero que te sirva de lección… - dijo la Reina Malvada con una sonrisa.
Emma sonrió y beso a su prometida.
El resto de las mujeres allí presentes, miraba la conversación con cierto interés, sin atreverse a intervenir.
- Si… Por cierto… Estáis invitadas… - dijo Emma mirando a Xena y Gabrielle.
- ¿A que, si no es molestia? – dijo Gabrielle. – No entendemos que es eso de Halloween… - dijo con una sonrisa.
Regina, Snow y Emma sonrieron.
- Es una fiesta donde según dicen es la más mágica de todo el año. Donde la tela que existe entre el mundo de los vivos y los muertos es más estrecha. – dijo Emma mirando a las mujeres que tenía enfrente.
- Entonces es igual que el Samhain, Xena… - dijo Gabrielle mirando a la guerrera, que estaba detrás de la reina amazona escuchando a Emma. – Samhain significa “fin del verano”. Se celebraba el final de la temporada de cosechas y era considerada como el «Año nuevo celta», creían que la línea que une a este mundo con el “Otro Mundo” se estrechaba con la llegada del Samhain, permitiendo a los espíritus pasar a través. – dijo Gabrielle mirando a Emma.
Emma sonrió.
- Exactamente de esa palabra viene… - dijo riendo. – Sentaos, os contare lo que estudie en el instituto sobre esa fiesta y sobre las historias que contábamos en el orfanato.
Gabrielle sonrió. Su espíritu de bardo le hacía querer escuchar la historia que la rubia le iba a contar. Xena, al ver lo a gusto que se encontraba su bardo, sonrió y se sentó al lado de Gabrielle, mientras que las otras mujeres se sentaban a su alrededor.
- Muy bien… - dijo Gabrielle.
- En Roma era conocida como la “Noche de morder manzanas”, eso te viene muy bien nena… - dijo Emma mirando a Regina, quien sonrió. – Aquel día está permitido todo: Dulces de caramelo, manzanas de caramelo, a través del “Truco o Trato”. Los niños van disfrazados por las calles de seres terroríficos como vampiros, duendes, fantasmas oh simplemente de tus héroes favoritos, oh los personajes de cuentos, oh de los comic…. Recuerdo que cuando era pequeña siempre me disfrazaba del “Llanero Solitario”. – dijo sonriendo la rubia.
- ¿Nunca te disfrazaste de los cuentos que te contaban? – dijo Snow con una sonrisa.
Emma se quedó pensativa.
- Una vez las monjas me disfrazaron de “Ricitos de Oro”… Eso sí, era pequeña.- dijo con una sonrisa. – La ventaja de tener rizos de pequeña y ser rubia…
- Estarías muy mona… - dijo Snow con mirada melancólica.
Emma la miro con la boca abierta mientras las demás mujeres sonrieron ante la cara de la rubia.
- No tenía a los osos… - dijo simplemente. – Bueno, los niños salen a la calle a pedir chuches, mientras los adultos y adolescentes celebran fiestas en sus casas y bailes. Y eligen al Rey y la Reina de la fiesta. Es como el baile de graduación del instituto… - dijo encogiéndose de los hombros. – Como echo de menos esa parte del instituto… - dijo la rubia melancólica. - ¿Sabéis que fue en el instituto donde me dieron mi primer beso? – dijo sonriendo.
Regina la miro con el ceño fruncido.
- Quien… - exigió con celos en la voz.
Emma sonrió.
- Se llamaba Derek… - dijo con voz soñadora. – Era mi mejor amigo. Siempre estábamos juntos. Nos llamaban El Príncipe Derek y la Princesa Odette, según nuestros amigos era porque nos parecíamos a los del cuento. Y a partir de ahí, era conocida en el instituto como la Princesa cisne… - suspiro y sonrió de lado. – Pero para su desgracia, a mí me interesaban otro tipo de personas… - dijo guiñándole un ojo a Regina, que se sonrojo.
- ¿Otro tipo de personas? – dijo Snow.
- Chicas mamá… - dijo la rubia rodando los ojos.
Las demás mujeres sonrieron ante el sonrojo repentino de Snow.
- Pero te enamoraste de Neal… - dijo su madre.
- Una cosa es enamorarse, y otra es que me gustara. Neal me gustaba. Estuvimos juntos. Me dejo embarazada. Me culparon por su culpa y fui a la cárcel por su culpa. Y ya está. – dijo mirando a su madre. – Y otra muy distinta es estar enamorada. Yo lo estoy de Regina. Sé que es mi Amor Verdadero. Mi Alma Gemela. Y ya está mamá… - dijo poniéndose un poco nerviosa. – Además, también amé a Neal, pero de distinta manera… Me dio un hijo, Nos dio un hijo… - dijo alargando la mano para coger la de Regina, quien sonrió con una sonrisa triste. – Y es lo amo por eso… No existe otro sentimiento que no sea el de amor de amistad…
Regina sonrió a su rubia mientras que Snow veía con esa mirada la devoción que sentían las dos mujeres una por la otra.
Mientras tanto, las otras mujeres presentes, observaban el diálogo.
- Volviendo al tema… Dijiste que se contaban historias… - dijo Xena. - ¿Qué clase de historias?
- De miedo… - dijo Emma sonriendo. – ¿Os cuento una? – dijo mirando a las mujeres. Estas asintieron. – Ok… A ver… - dijo mientras movía la mano y hacia aparecer un libro entre sus manos. – Es una leyenda que me gusta mucho de un autor español que se llama Gustavo Adolfo Becker. – dijo mientras la buscaba. – Es una de mis favoritas… Aquí esta… - dijo mientras se preparaba para leer – Espero que os guste. Se llama “El monte de las ánimas”

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