Después del
combate, estaban sentados viendo como Daniel, Henry y Paris jugaban juntos en
el castillo.
- Has peleado muy
bien, Emma… - dijo Xena al ver la cara que tenía la rubia. – No te desanimes.
Eres muy buena…
Emma la miro a los
ojos. Se sentía cansada y humillada ante la paliza que le había dado la morena
de ojos azules.
- ¿De verdad?
- Si… tranquila… -
dijo Xena mientras miraba a su hijo. – Tienes una buena técnica. Creo que
empezaremos por asentarla y luego te enseñare a esquivar y saltar y por último,
a lanzar el Chakram…
- Gracias… - dijo
Emma. – Pero lo de no ir a trabajar mañana lo decía en serio… - dijo Emma
mirando a los ojos a Regina, que estaba en los brazos de Emma mirando como
jugaban los niños.
- Ok… - dijo
Regina tras mirarla un momento. – Pero tienes que arreglar las mesas del jardín
trasero. Y limpiar la piscina…
Emma rodo los
ojos.
- Ok… - dijo con
un suspiró.
Todos se echaron a
reír.
- Alegra esa cara
Emma… - dijo Gabrielle. – Esta noche asistiréis a una fiesta en Nuestra Aldea
Amazona. Un pajarito me dijo que ayer fue tu cumpleaños. – dijo sonriendo a la
rubia. – Y además, te tenemos que dar la bienvenida.
- ¿Dar la
bienvenida? – dijo Emma mirando a la bardo.
- Si… - dijo
Gabrielle mirándola. – Darte la bienvenida como parte de la Comunidad
Amazona... – dijo encogiéndose de hombros.
- ¿¡Que!?- dijo
Emma incrédula.
Xena sonrió ante
la conversación que mantenían las dos rubias.
- Ya oíste a
Artemisa… - dijo Gabrielle tranquilamente. – Te tienes que entrenar como una
Amazona y te tienes que unir a las Amazonas. Es algo sencillo. – dijo sin importancia.
– Solo tienes que arrodillarte ante mí y mi campeona y consorte, - dijo
señalando a Xena – y jurarme fidelidad…. Sencillo…
Emma miraba a la
rubia Amazona con la boca abierta. No se lo podía creer. Amazona… Emma la
Amazona.
- ¿Me tengo que
poner eso que lleváis? – dijo la rubia refiriéndose al atuendo que llevaban las
amazonas.
- Claro… - dijo
Gabrielle mirándola sorprendida. – Te enviare a Asteria, le has caído bien,
para que te ayude a ponértelo. Ella te explicará lo que tienes que hacer…
Xena no paraba de
sonreír ante la mirada que tenía Emma. Regina y los demás estaban igual, aunque
la Evil Queen deseaba ver a Emma en el atuendo de Amazona, estaría sexy, pensó
Regina con una media sonrisa mirando a la rubia…
Emma miraba a la
Reina Amazona de hito en hito. Ni hablar, ella no se pondría eso. – Ni hablar…
- dijo Emma levantándose. – Jure en su día que no me volvería a poner eso… - de
repente se calló al ver las caras sorprendidas que tenían todos y la ceja
levantada de Regina. Suspiro y decidió explicarse. – Antes de que me detuvieran
y antes de quedar embarazada de Henry, Neal y yo nos colamos en una fiesta de
disfraces para poder robar en una casa. – dijo con la mirada baja. – Él iba de
soldado romano y yo de Amazona… - soltó Emma de un tirón sin mirar a nadie.
Todo el mundo estaba callado. – Era un disfraz súper corto… Y jure que nunca
más me lo pondría… - dijo dando una patada a una piedra. - También hubo otra
vez en la que nos disfrazamos, en otra fiesta y también para lo mismo. Lo único
que ahí si estaba embarazada de Henry, aunque todavía no lo sabía….
- ¿De qué os
disfrazasteis…? – pregunto su madre mirando con los ojos abiertos a su hija.
Emma miro a su
madre y luego al suelo…
- Jurar que no os
vais a reír… - dijo en un susurro.
Todos lo juraron.
- Él se disfrazó
del Capitán Hook… - dijo Emma mirando al suelo.
- ¿Y tú, cariño…?
- dijo Mary Margaret mirando a su hija.
Emma siguió
mirando al suelo.
- ¿Emma? – dijo su
padre.
- De la Reina
Malvada de Blancanieves… - dijo en un susurro sin despegar la mirada del suelo.
El silencio reinó
entre los presentes hasta que una risa resonó en el silencio impuesto. Emma
levanto la mirada sorprendida y vio a Regina riéndose como nunca.
- ¿En serio Emma?
– dijo entre risas.
Emma la miro con
los ojos entrecerrados.
- Prometiste que
no te reirías… - dijo enfadada.
- Lo siento,
cariño, pero… - dijo Regina mientras se reía más. – Pero es demasiado bueno.
Que decidieras disfrazarte de mí antes que de tu madre… Jajaja…
Emma la miro roja
de ira.
De pronto, todos
los que estaban a su alrededor estallaron en risas.
- Podéis parar… -
dijo con furia la rubia. - ¿No?
Estallaron más en
risas.
- Hija, lo siento…
- dijo su madre mientras se secaba una lagrima. – Pero… ¿No tenías otro
disfraz?
Emma la miro con
un suspiro.
- Si… Era ese, oh
el de Caperucita Roja, oh el de… - Emma se calló.
- El de quien
cariño… - dijo su madre. – Vamos… Dilo…
- Oh el de
Blancanieves… - dijo sin mirarla. – Y créeme, me probé los 3 y el de la Reina
Malvada me quedaba mejor. El de Caperucita me echaba mucho calor la capa y el
de Blancanieves no me gustaban los colores… Además, según Neal, me quedaba sexy
el disfraz…
Tras decir eso
todos estallaron en risas menos Emma que los miraba con furia.
- Así que… Mi
disfraz no te gustaba, ¿eh? – dijo su madre mirándola con una sonrisa.
- ¿Ves Snow? –
Dijo Regina – Mis trajes sientan mejor…
Tras esto se
rieron otro poco.
- Creí que te
sentirías honrada… - dijo una Emma enfadada a su prometida.
- Y lo estoy,
querida. – dijo Regina con una sonrisa. – Lo único que no te imagino así
vestida… Ja, ja, ja… - y se echó a reír otra vez.
Emma la miro a la
cara entrecerrando los ojos. Vio como los demás se echaban a reír más fuerte.
No lo soporto más y, tras un humo blanco, desapareció de allí.
Tras reírse otro
poco, se pararon y miraron donde Emma había desaparecido
- ¿Dónde ha ido? –
pregunto su madre parando de reír.
Los demás pararon
de reírse también y miraban a los lados.
- Ni idea… - dijo
David.
Miraron a Regina.
- Esperad… - dijo
concentrándose. -. Tengo una idea… - dijo y haciendo un movimiento con la mano
hizo aparecer con un humo morado un espejo. – Muéstranos a Emma Swan… - dijo
seriamente.
El espejo empezó a
brillar, Regina lo puso en medio para que todos pudieran mirar.
Al cabo de unos
minutos, mostró a una Emma feliz balanceándose de un lado a otro, agarrada a
unas cuerdas. Su reflejo era ondulante, ya que estaban mirando a trasvés del
agua.
Emma parecía feliz
y estaba ablando con otra persona.
- ¿Dónde está? –
dijo Snow mirando a su hija a través del espejo. - ¿Y qué dice?
- Espera… - dijo
Regina. – Déjanos escuchar. – Y tras otra leve ondulación, escucharon.
- Esto vida, ¿a
qué si Swan…?- dijo la voz de Hook, mientras miraba a la rubia desde el puente
de mando.
- Ya lo creo Hook…
- dijo Emma mientras cruzaba de proa a popa del barco sin pisar la cubierta. –
Tienes razón… Esto desestresa…
- Jajaja te lo
dije Swan… - dijo Hook mirándola con una sonrisa. – ¡Ten cuidado, voy a virar…!
– dijo y a continuación hizo virar el barco con ayuda del timón.
Emma grito de emoción
ante el giro que dio el barco y Hook rio a carcajadas al ver como se lo pasaba
su compañera.
- ¡Hook, otra vez!
– grito Emma con una sonrisa.
- A sus órdenes
Princesa Swan…. – dijo Hook con una reverencia e hizo girar el barco hacia el
otro sentido.
Cuando ya estaban
más calmados, Hook se retiró del puente de mando y se acercó a Emma, que se
había sentado debajo de la vela mayor.
- Gracias… - dijo
simplemente Emma sin mirar al pirata.
- De nada… - dijo
sonriendo. - ¿Por qué apareciste? ¿Problemas en el paraíso? – dijo con una
sonrisa.
Emma lo miro mal.
- Cállate… - dijo
y miro al horizonte. Suspiro y se lo conto.
- ¿De verdad Neal
se disfrazó de mí? – dijo sonriendo
Emma sonrió.
- Si… Aunque no
exactamente de ti… - dijo sonriendo. – Si no de ti como te muestran en los
dibujos…
Regina y los demás
decidieron, en este punto, llamar a sus hijos y aparecerse todos en la cubierta
del barco para oír la respuesta del pirata.
- Oh… - dijo
simplemente y una sonrisa asomo en su cara. – Y tú de Regina… Quien lo hubiera
dicho… - y se echó a reír.
Emma lo miro mal.
- Vale ya, ¿no? –
dijo desesperada. – Me fui de allí porque no se paraban de reír por eso. Pero
en mi defensa diré que ese traje me sentaba muy bien… - dijo pensativa la
rubia. – Y además era realmente sexy…
- Mmmm… - dijo
Hook mirando también el horizonte. – No me digas que llevabas lencería sexy…
Emma lo miro con
una sonrisa sexy.
- Eso siempre
Hook… - dijo guiñándole un ojo.
- Ejem… - dijo una
voz a sus espaldas.
Cuando se dieron
la vuelta, se encontraron con Regina seria y con los brazos cruzados y la ceja
levantada y los demás viéndolos con los ojos abiertos.
- Hola,
majestades… - dijo Hook haciendo una reverencia. – Bienvenidos a mi humilde
barco… Otra vez…
- Cállate Hook… -
dijo Regina seria mirando fijamente a Emma.
Emma los miraba
seria.
- Que quieres… -
dijo.
Regina alzo más la
ceja. Se acercó a Emma y le dio una bofetada.
- ¡Regina! – dijo
Snow.
- Cállate Snow… -
dijo con furia. – Esto es entre tu hija y yo…
- Es la segunda
que me das hoy, Regina… - dijo con furia Emma acercándose. Casi se besan.
- Y más que te
mereces… - contesto.
- ¡Ja! – dijo
sarcásticamente Emma. - ¿Y se puede saber por qué?
- Porque a veces
te comportas como una cría, Emma. – dijo desesperada Regina. – A veces eres
peor que Henry.
- ¿¡Que!? – dijo
Emma con furia.
- Eso… Te pareces
a Henry… - dijo desesperada Regina. – Solo nos reíamos contigo Emma. No de ti…
Emma miro
seriamente a Regina y con un movimiento desesperado, ambas mujeres se movieron
hacia la otra y se besaron desesperadamente.
Snow y compañía
miraron la escena con interés.
Xena levanto una
ceja ante el beso que se dieron.
- Bonita forma de
reconciliación… - comento Gabrielle, que estaba al lado de Xena.
- Mmmm… Si… - dijo
Xena sonriendo. – Debemos probarla, Gabrielle…
Ante ese
comentario, todos se echaron a reír.
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