Capítulo 29
La fiesta está siendo todo un
éxito. Bebida y comida había por doquier y las mujeres se divertían junto con
los hombres y los dioses que allí había.
Los soldados bebían y festeaban
la victoria de Emma sobre el ejército de Ares, que también se divertía a pasar
que habían perdido.
No importaba que habían sido
derrotados, solo pensaban en el vino, la comida y los placeres de las mujeres
que allí había.
En la mesa principal,
recostadas sobre unos divanes, se encontraban Emma, Regina, Xena y Gabrielle,
hablando sobre el combate. Mientras que las otras mujeres, se encuentran
hablando sobre otras cosas.
- Me encantó ese movimiento que
hiciste, Emma… - dijo Gabrielle con una sonrisa mientras cogía la copa d vino.
– Fue totalmente inesperado…
- Gracias… - dijo Emma con una
sonrisa. – Me lo enseño mi padre…. – dijo mientras cogía un trozo de carne con
los dedos.
- Perfeccionaste los puntos
flacos que te señale…. – dijo Xena admirando a la rubia mientras ponía la copa
para que un sirviente se la llenara. – Tus movimientos se agudizaron…
- Tampoco hice nada… -. Dijo la
rubia con una media sonrisa. – Solo me entrene…
- Duramente… - dijo Regina
mirando a Emma. – Recuerda que los primeros días después de entrenar tanto, no
lograbas levantarte al día siguiente… - dijo con una sonrisa.
- Eso es cierto… - dijo riendo
Emma. – Artemisa, o Ares, siempre me venían a despertar…
- Recuerdo eso… - dijo riendo
Regina. – Pero después tenías recompensa… - dijo con una sonrisa.
- Mmmm… Eso es cierto… - dijo
acercándose a los labios de la morena y besándolos.
Xena y Gabrielle rieron.
- Tranquila… - dijo Gabrielle
con una sonrisa. – Se cómo te debiste sentir… Aún recuerdo esas mañanas cuando
Xena y yo íbamos por los caminos… - dijo con un suspiro.
- Que querías… Eras una
dormilona… - dijo Xena con una sonrisa. – Y aun lo eres…
- Entonces como Emma… - dijo
Regina sonriendo.
- Sera cuestión de rubias… -
dijo Xena riéndose.
Lo que provocó que las 4
mujeres se rieran.
Mientras, una figura miraba
como hablaban las mujeres que estaban tumbadas en la mesa principal del salón.
Sonrió al ver a Emma. Su
descendiente…
Desde las sombras, vio como
Emma se enfrentó al ejército de Borias. Se preocupó al ver como la herían, pero
enseguida respiro de alivio al ver como vencía a ese guerreo.
No se había equivocado. Emma
tenía alma de gran guerrera. Tenía alma de Valkiria… Emma era una Valkiria.
Como ella… Por eso era su descendiente.
- Tranquila… Ella es fuerte.
Sus heridas han sanado rápidamente… - dijo Artemisa acercándose a la figura
encapuchada por detrás.
La figura sonrió sin apartar la
vista de la mujer rubia.
- Lo se… - dijo – Pero no puedo
dejar de preocuparme… Es parte de mi sangre…
Artemisa miro en la dirección
en la que miraba y vio a Emma reírse con las otras 3 mujeres. Sonrió.
- Es una gran guerrera… - dijo
Artemisa. – Ha peleado contra mi hermano y lo venció…
- No esperaba menos de ella… -
dijo con una sonrisa. – Lleva mi sangre… Y parte de mi alma…
- Y parte del alma de una de
mis guerreras, no lo olvides…
- Tranquila, Artemisa… - dijo
sonriendo la encapuchada y mirando a la diosa. – No lo olvido. Es la mezcla
perfecta….
- Eso es cierto. Emma es una
mujer increíble… - dijo mirando a la rubia como se reía por alguna cosa.
-
Te gusta… - dijo la figura.
Artemisa la miro con los ojos
abiertos.
- Yo…
- No lo niegues… Sé que mirada
es esa… - dijo mirándola. – Yo lo estuve, de Xena y de Gabrielle…
- Ella solo tiene ojos para
Regina… - dijo la diosa con un suspiro.
- Artemisa… Olvídate de ella… -
dijo la figura. – Es lo mejor…
Artemisa sonrió y asintió.
- ¿No te quieres acercar a
saludarlas? – dijo señalando donde estaban las 4 mujeres. – Xena y Gabrielle
estarán contentas de volver a verte… Y Preséntate a Emma y a Regina…
- No… Por mucho que lo desee,
todavía no… - dijo mirando a las 4 mujeres. – Pronto llegara el momento de las
explicaciones… - la figura suspiro y se dio la vuelta con una sonrisa. – Sera
mejor que vuelva al Valhalla… Mi padre se va a preocupar…
Artemisa sonrió y acompañó a la
figura hacia el puente donde conectaba el Olimpo con el Valhalla.
- Odín te ama, Brunilda… - dijo
Artemisa. – Por eso te envió a la Tierra, para protegerte de la guerra contra
los gigantes….
- Lo se… - dijo sonriendo. – Y
se lo agradezco. Gracias a eso conocí a Xena y luego am Gabrielle que me
enseñaron a como poder dirigir a las Valkirias y no solo ser la Reina de Islandia….
- ¿A pesar de que ambas te
rompieron el corazón…? – dijo con una sonrisa triste Artemisa.
- A pesar de eso…. – dijo
sonriendo. – Me enseñaron mucho, y me ayudaron…. Son unas grandes amigas, por
eso confío en ellas para que cuiden de Emma. De mi descendiente. De mi Princesa
Valkiria… - y tras decir esto, Brunilda desapareció por el puente que conectaba
el cielo de los Dioses Griegos con el de los Nórdicos.
Mientras, Borias miraba serio
como las 4 mujeres hablaban y reían. Desde que vio a Emma, se había sentido
atraído hacia ella. Era una mujer que desprendía un magnetismo único.
Sonrió al recordar el miedo que
se veía en los ojos de la rubia al enfrentarse la primera vez. Y eso que solo
era el entrenamiento. Pero aun así, se enfrentó con decisión y él lo respetaba.
Tomo el contenido de la copa
que tenía en la mano y rápidamente un sirviente se la volvió a llenar.
- Espera… - dijo Borias
llamando al sirviente.
- Si, mi señor…
- Llévale esto a Emma… - dijo
sacándose el puñal de la cintura y dándoselo al sirviente quien lo cogió con
una reverencia. – Y dile…. Mejor nada… Dáselo solo…
- Si, mi señor… - dijo el
sirviente haciendo una reverencia.
Borias siguió mirando a las
mujeres que se reían. Bebió de la copa y vio como el sirviente se acercaba a la
rubia y le entrega la daga a Emma, quien antes de recogerla, alzo la mirada
hacia donde se encontraba el guerrero.
Borias alzo la copa e inclino
la cabeza como muestra de saludo. Emma alzando las cejas y con una sonrisa,
cogió la daga y la alzo, como muestra de que la recibía a gusto.
Este intercambio no pasó
desapercibido por ninguna de las 3 mujeres, que miraban en silencio como los
dos contrincantes intercambiaban miradas.
Borias sonrió a Xena, quien lo
miraba con el ceño fruncido. El guerrero suspiro. Recordaba perfectamente
cuando él y Xena fueron amantes. El sexo era espléndido y esperaba que aún lo
fuera. Pero esa idea se le quito de la cabeza al ver aquel anillo en su dedo,
anillo que tenía igual la rubia menuda que estaba a su lado, la Reina de las
Amazonas.
Frunció el ceño. ¿Desde cuándo
Xena se había vuelto tan… Sumisa…?
La verdad le daba igual. Él
podía tomar a cualquier mujer que quisiera. ¿No lo había hecho antes y después
de desaparecer Xena de su vida?
Se acabó otra vez la copa de
vino y alargo la mano para coger algo de comer cuando otra mano se lo arrebató.
Miro enfadado hacia arriba,
dispuesto a maldecir a quien le había quitado su porción de carne y se topó con
unos ojos azules que desgraciadamente para él, conocía muy bien.
- ¿No tienes suficiente comida
en la mesa de la campeona? – dijo Borias cogiendo otro trozo de carne.
- La verdad es que nos sobra… -
dijo Xena sentándose a su lado mientras se comía el trozo de comida. – Pero
quería fastidiarte…
- Que quieres, Xena… - dijo el
guerrero llevándose la copa a la boca.
- Lo que hiciste en el campo de
batalla fue muy cobarde por tu parte, incluso para ti, Borias…. – dijo Xena
mientras un criado le llenaba la copa.
- Vi una oportunidad y la
aproveche… - dijo sin inmutarse.
- Eso es de cobardes… Atacar
así por la espalda…
- No, Xena… - dijo sonriendo el
guerrero. – Es la primera regla cuando estas en una batalla: No dar la espalda
a tu enemigo. ¿Qué culpa tengo yo que ella no hiciera caso?
- Se había terminado el juego,
Borias… - dijo enfadándose Xena. – Ella había tomado la bandera…
Borias sonrió.
- Me da igual, Xena… - dijo –
Tú habrías hecho lo mismo… Antes si… Ahora, no lo sé… Según Ares, la Reina
Amazona te ha domesticado…
Xena lo fulmino con la mirada.
- A mí nadie me ha domesticado,
Borias… - dijo acercándose a él con furia en los ojos - No soy un animal como
tu… Y en cuanto a Gabrielle…. Ni la menciones… Porque juro por los dioses que
te mato.
Borias se hecho a reír con la
cabeza hacia atrás.
- Calma, fiera… - dijo
riéndose. – Esta es la Xena que me gusta. Furiosa. Altiva. Vengativa. Mi
Destructora de Naciones… - se acercó a la cara de Xena. – Dime, Xena… ¿Sigues
siendo tan fogosa en la cama? ¿La rubita te da todo lo que necesitas? ¿Lo has
vuelto a hacer encima de un caballo?
Xena lo miro con furia antes de
responder.
- No te tengo que contar nada.
Pero te diré que Gabrielle supera a cualquier amante que tuve en el pasado… Y
con creces, créeme, Borias… - dijo con una sonrisa en los labios mientras se
levantaba y se agachaba para hablarle. – Y lo del caballo… Es más excitante con
ella… - se llevó la copa a los labios y se bebió todo el contenido. – Como te
acerques a alguna de nosotras 6…. Te mato, Borias… - tras decir esto se alejó.
Borias la miro con los ojos
saliéndose de las orbitas mientras que la Princesa Guerrera se alejaba hacia
donde estaba la Reina Amazona, Emma y Regina hablando con Ephiny, Cleopatra y
Lao Ma.