Llegó el día de la fiesta de
Halloween y con ella los nervios de la preparación. Habían invitado a casi toda
la ciudad, incluido a los niños si querían ir. Emma estaba nerviosa por saber
que vestido llevaría Regina. Solo le había dicho que era corto… Muy corto… Y
Emma no paraba de pensar de qué se vestiría la morena.
La mansión estaba decorada
tanto por dentro como por fuera. Por fuera con los típicos adornos, esqueletos,
calabazas iluminadas, tumbas abiertas, murciélagos y de más cosas.
Por dentro, la mansión parecía
un gran salón de banquetes de la Antigua Roma. Decorado con estatuas de mármol,
copas de oro y todo tipo de manjares que puedas imaginar.
Los primeros invitados ya
habían llegado a la mansión, allí estaba Ruby disfrazada de una ninfa, la
abuelita, disfrazada de hechicera, David vestido de soldado romano, Snow
vestida de musa, el pequeño Daniel vestido de Rey Arturo y Henry disfrazado de
Príncipe de Persia.
En la habitación mientras
tanto, Emma estaba ultimando los últimos detalles de su disfraz de Emperador
Romano.
- Mi emperador… ¿Ya está
listo?- dijo Regina desde la puerta de la habitación.
Emma, al oír a Regina, se dio
la vuelta para contestarle, pero se quedó sin palabras al ver cómo iba vestida
Regina.
Llevaba puesto un top plateado
que le cubría justo lo necesario. Llevaba una falda plateada que le llegaba un
poco más arriba de las rodillas. Al cinto llevaba una espada corta metida en su
funda, en una mano llevaba el casco debajo del brazo y del otro tenia cogido el
escudo.
- Vaya… - dijo Emma con la boca
abierta.
- ¿Te gusta? – dijo Regina
mientras mira con una sonrisa a Emma.
- Gustarme es poco... – dijo
Emma acercándose poco a poco a Regina. – Asique de Gladiadora…
- Gladiadora Sexy… - dijo
Regina coqueteando.
- Y tan sexy… - dijo Emma
mientras quitaba el escudo y el casco de las manos de Regina.
Regina se dejó acariciar por la
rubia. Emma acaricio la piel expuesta de Regina. Debía admitir que la morena
estaba sexy en ese disfraz.
Poco a poco, Emma se acercó a
Regina, rodeándola con los brazos y atrayéndola hacia la rubia.
- Dime, mi emperador… - dijo
Regina mientras acariciaba el cuello de la rubia y se pegaba más a ella. – Que
desea que haga… - dijo mientras sacaba la lengua y chupaba la cara de Emma.
Emma cerró los ojos y gimió.
Acerco más a Regina a su cuerpo.
- Quiero todo de ti, mi
Gladiadora Sexy… - dijo Emma mientras besaba el cuello de Regina.
Regina suspiro ante el roce de
los labios de la rubia sobre su cuello. Se acercó más a Emma mientras que una
mano de Emma se colaba por debajo de la falda, cogiendo una pierna de la morena
y poniéndola en la cadera de Emma, haciendo accesible el centro de la morena.
Regina suspiro en el oído de la
rubia y Emma gruñó ante esa acción de la morena. Apretó más a Regina y la
encamino hasta la pared, poniendo la espalda de la morena contra la pared.
La rubia sonrió y estrechó a la
morena entre sus brazos. Regina gimió en el oído de Emma al notar que unos
labios cálidos se apoderaban de su cuello.
Emma recorrió el cuerpo de la
gladiadora con las manos mientras que Regina capturaba sus labios en un beso
apasionado. Emma, sin esperar, retiró la sexy lencería que tenía puesta Regina
y hundió dos de sus dedos en la gladiadora, profiriendo un sonoro jadeo por
parte de la morena que termino en un gemido de placer. Después de unas rápidas
envestidas, Emma saco los dedos de Regina y se los llevo a la boca, saboreando
el sabor de la morena, que al ver esto, se encendió y besó con desesperación a
Emma. Regina, al saborearse en ella, su pasión aumentó. Lucharon por el
control, pero Emma, por fin, recuperó el control, metiendo otra vez de
improviso, los dedos dentro de la morena y como venganza, recibió un mordisco
en el labio inferior, rompiendo el beso.
- ¿Lo quieres en plan duro? -
gruñó Emma entre los labios de Regina mientras sacaba otra vez los dedos y
apretaba las caderas de la morena.
- Sí… - dijo con pasión Regina
entre los labios de la rubia. Tomó aire con fuerza cuando las manos de la rubia
le abrieron las piernas y Regina no tardó en tener lo que clamaba su cuerpo. Su
emperador la estaba tomando, poseyéndola. Rodeó con los brazos el cuerpo
vestido de emperador de Emma para sentir a la rubia haciéndole el amor. Su
cuerpo se arqueó con la sensación del orgasmo al acercarse al punto culminante.
- Oh... Por... Lo más sagrado... Sí... Sí… Más… - Clavó las uñas en los hombros
de Emma al arquearse contra las fuertes manos de la rubia al llegar al orgasmo.
Una vez que estuvo todo el
mundo en la fiesta, hicieron su entrada Emma y Regina. Muy despacio, bajaban
las escaleras que llevaban de las habitaciones a la sala donde era la fiesta.
Desde lo alto, pudieron ver que todo el mundo se lo estaba pasando en grande,
bailando, bebiendo, comiendo y hablando, todos con todos.
Con un movimiento de la mano,
Regina cambio sutilmente de canción, llenando la sala con unas trompetas
atronadoras que anunciaron la entrada de Emma y Regina.
La rubia, miro a Regina al
escuchar la música.
- Eres un Emperador, y yo tu
Gladiadora…. Necesitas esta música para anunciarte… - dijo la morena mirando a
Emma mientras bajaban.
Bajaron poco a poco la escalera
con una sonrisa en los labios. Al llegar abajo del todo, Emma se irguió más de
lo que estaba y sonrió a los presentes al ver las miradas que les dirigían los
allí presentes.
Emma estaba disfrazada de
emperador romano. Llevaba una túnica hasta las rodillas de color azul, encima
de ella llevaba las típica falda de cuero de tiras negras de los soldados
romanos, una armadura de color oro en el pecho, una capa de color rojo sangre
con broches dorados, una corona de laurel dorada y el pelo recogido, haciendo
así resaltar la corona.
Llevaba unos brazaletes a lo
lago de los brazos, lo que le hacía resaltar su musculatura. Llevaba unas botas
romanas con protectores en las pantorrillas. Lo que hacía que Emma pareciera
una autentica emperatriz romana.
Regina iba a su lado, de la
mano de Emma, vestida otra vez con su traje de Gladiadora Romana. Estaba
sonriente, al ver como las miraban el resto de invitados a la fiesta.
- Os presento a Emma Swan,
Emperatriz de toda Roma y StoryBrooke… - Dijo Regina a todos los presentes con
una sonrisa.
Emma sonrió y miro a Regina.
- Y yo a Regina Mills, mi mejor
Gladiadora… - dijo con una sonrisa pícara.
Los allí presentes aplaudieron
a las dos anfitrionas de la fiesta.
Ellas sonrieron y se mezclaron entre la gente, hablando y bebiendo.
Poco después, Xena y Gabrielle
se acercaron a Regina y Emma que estaban hablando con Ruby y David.
- Mi señora Emma… - dijo
Gabrielle detrás de Emma. Esta se dio la vuelta y Regina también. Gabrielle
sonrió y se inclinó levemente. – Permitidme presentaros a Cleopatra, Faraona de
Egipto… Esclava de Roma… - dijo señalando a Xena, que estaba detrás de ella.
Emma y todos los presentes se
quedaron con la boca abierta.
Xena llevaba puesta una túnica
de lino blanco anudada a cuello, que le dejaba ver sus hombros y brazos. La
túnica le llegaba hasta el suelo, en la cintura llevaba un cinturón de
leopardo. También llevaba un manto de piel de leopardo puesto sobre el hombro
izquierdo. Llevaba el pelo suelto por la espalda con unas finas tiras de hilo
de oro, resaltándolo así. Llevaba también unos brazaletes de oro en los brazos
y una corona de oro y piedras preciosas en la cabeza, acabada con un áspid
egipcio de oro.
- Emperatriz… - dijo Xena con
una sonrisa. Sabía perfectamente lo que había causado.
- Mi señora… - logro decir Emma
sin apartar la mirada de Xena. Cogió la mano de Xena/Cleopatra y se la beso sin
apartar los ojos de los de la morena.
Regina no apartaba los ojos de
Emma ni de Xena.
Xena sonrió por cómo estaba la
rubia.
- Te presento a Eros… - dijo
Xena mientras señala a Gabrielle y esta hacia una reverencia ante Emma. – Es
mí… Mano derecha… - dijo sonriendo a Gabrielle, quien le devolvió la sonrisa. –
Es mi consejera y lugarteniente…
Emma miro con una ceja
levantada ese cambio de miradas y sonrisas. Sonrió de lado, porque sabía que
detrás de esa “mano derecha” había implícito más. Miro atentamente a Gabrielle.
Llevaba puesto un top de lino blanco con una falda sencilla del mismo material
que dejaba al aire su esbelta figura con tan solo unos brazales y muñequeras
metálicas adornadas con nácar protegían sus brazos, del mismo estilo que los
que llevaba Cleopatra.
- Encantada, Eros… - dijo Emma
inclinándose un poco ante Gabrielle con una sonrisa y cogiéndole una mano para
besársela.
Regina entrecerró los ojos
cuando vio como Emma miraba con deseo a Xena otra vez y esta era correspondida
por Xena. Regina carraspeo para llamar la atención de las dos mujeres.
Emma se volvió y sonrió a
Regina. Cogió su mano y la acerco a ella.
- Mi señora Cleopatra…. Eros… -
dijo mirándolas a los ojos. – Os presento a Regina Mills… Gladiadora de Roma…
Regina sonrió a Emma mirándola
a los ojos. Se volvió hacia Xena y Gabrielle e inclino casi la cabeza.
- Encantada…. – dijo mirándolas
de arriba abajo.
- Lo mismo digo… - dijo Xena. -
¿Me invitas a una copa? – dijo volviéndose hacia Emma.
- Claro… - dijo Emma cogiendo
la mano que le ofrecía Xena.
Regina vio como Emma se fue con
Xena de la mano. Tampoco se lo paso la mirada que su rubia le echaba a la
morena. Apretó la mandíbula y frunció el ceño.
- Tranquila… - dijo Gabrielle
al advertir el humor de Regina. – Ella te ama a ti. Se le nota de lejos… - miro
a la morena.
- ¿Y Xena de ti? – dijo sin
mirar a Gabrielle y siguiendo mirando a la pareja viendo como Xena miraba
seductoramente a Emma y esta sonreía a la morena.
- Confió plenamente en ella… -
dijo mirando la escena.
En ese momento Xena se reía de
algo que Emma le había dicho. Emma sonreía también. Entonces, vieron como Xena
se apoyó en la mesa donde estaban las bebidas y miro seductoramente a Emma. La
rubia se quedó callada en lo que estaba diciendo y miro fijamente a Xena.
Gabrielle y Regina notaron esto
y se acercaron para escuchar mejor.
- Eres hermosa… - dijo Emma
mirando a Xena a los ojos.
Xena sonrió y se acercó un poco
más a Emma.
- Tu también… - dijo pasando un
dedo por la armadora de Emma. La rubia suspiro y cerró los ojos. – Me atraes,
Emma… Y a Gabrielle también. Y no niegues lo evidente. Sé cómo nos miras. Te
atraemos… - dijo Xena acercándose más y hablando en susurros. Xena acaricio la
mejilla de la rubia. - ¿No es cierto?
Emma cerró los ojos ante la
caricia de Xena y suspiro.
- Si… - dijo tragando saliva. –
Es cierto…
Xena sonrió y se acercó más
cogiendo una mano de Emma poniéndola en la cadera de la morena.
- También sé que a Regina
también le atraemos, pero en menor medida de lo que te atraemos a ti… - dijo
pasando la nariz por la mejilla de la morena.
Regina al ver esto enfureció y
quiso acercarse pero Gabrielle la detuvo.
- Confía en ella, Regina. Ella
te ama. – dijo Gabrielle mirando a la morena. – Esto solo es para divertirnos.
Regina miro los ojos de la
bardo.
- Si ella besara a Emma…
¿Seguirías confiando en Xena...? – dijo Regina mirándola.
Gabrielle sonrió.
- Ella y yo… Bueno, más ella,
ha hecho esto más de una vez… Se ha acostado con Marco Antonio vestida así… -
dijo señalando a Xena. – Y mi amor por ella sigue intacto. Aunque, eh de
admitir, que al principio me dolía… - dijo suspirando. – Pero luego comprendí,
que por muchas personas que se acostara… Era a mí a la que amaba… Lo demás era
trabajo…
Regina miro a la pareja que
seguía mirándose a los ojos. Y entonces lo comprendió. Era todo cuestión de
confianza. Sonrió al darse cuenta que Xena le susurraba algo a Emma mirando en
su dirección. Luego se separó de la rubia y dándole un apasionado beso en los
labios, se separó de ella llegando hasta donde estaban Gabrielle y Regina.
Gabrielle sonrió a Xena.
- ¿Todo bien? – pregunto la
bardo.
Xena sonrió.
- Todo bien… - dijo mirando a Gabrielle
con una sonrisa. – Nos vemos después de la fiesta… - dijo mirando a Regina y a
Gabrielle quien sonrió.
- ¿Y eso? – dijo Regina.
Las dos mujeres sonrieron.
- Para acostarnos las 4,
Regina… - dijo Xena dándose la vuelta con Gabrielle y alejándose. Dejando a una
sorprendida Regina con la boca abierta.