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sábado, 2 de agosto de 2014

La vida Continua Más Allá: Capítulo 7

Capítulo 7

Cuando Emma bajaba las escaleras aquella mañana, sintió ajetreo en la cocina. Se dirigió hacia ella a paso lento, ya que aún estaba dormida.
Entro en la cocina con el pelo despeinado y con la cara adormilada. Varios pares de ojos se le quedaron viendo.
- Buenos días ma… - dijo Henry sonriendo mientras comía las tortitas que seguramente Regina habría preparado. – Que cara de sueño tienes…
- Buenos días Emma… - dijo Gabrielle con una sonrisa mientras comía las tortitas de su plato.
- Buenos días Emma… - dijo Xena con una ceja levantada al ver el pelo y la cara de la rubia.
- Hola Emma… - dijo Paris sonriendo a la rubia.
- Buenos días… - dijeron las dos Amazonas
- Buenos días chico… - dijo entrando en la cocina y revolviéndole el pelo a su hijo que se quejó. – Buenos días chicas… - dijo mientras pasaba a su lado con una sonrisa. – Hola enano… - dijo dándole una sonrisa al hijo de Xena y Gabrielle.
Regina se dio la vuelta en ese momento y sonrió ante la visión de su novia. No cambiaria, eso estaba segura.
Emma se dirigió a su prometida, y abrazándola por detrás, le dio un beso en la mejilla.
- Hola nena… - dijo Emma acariciando la cintura de la morena.
Regina sonrió per enseguida se carraspeo.
-Buenos días, señorita Swan… - dijo con una mirada burlona.
Emma se separó de Regina.
- ¿En serio? ¿Otra vez con Señorita Swan…? – dijo levantando una ceja. – Creo que después de tanto tiempo eso de “Señorita Swan” no me lo tendrías que decir… No después de que tú y yo….
Regina callo a Emma con un rápido beso en la boca, mientras ligeramente se sonrojaba.
- Creo que eso a nuestras invitadas no le interesa…. Señorita Swan… - dijo Regina remarcando el señorita Swan.
Emma rodo los ojos con una sonrisa de lado.
- ¿Crees que ellas no se besan? – dijo señalando a Xena y Gabrielle que tosieron ante el comentario. -  ¿Oh no se….? – empezó, pero Regina le puso la mano señalando con los ojos a los niños, que eran ajenos a la conversación que tenían las mujeres en la cocina. – Lo siento… - dijo con una mirada de disculpa.
- No te preocupes… - dijo Gabrielle con una sonrisa. – Es bonito demostrar a tu pareja que la amas… - dijo mientras se inclinaba y besaba de improviso a Xena en los labios.
- ¿Ves…? – dijo Emma señalando a las dos. – Así que…. – dijo con una ceja levantada y una sonrisa en la cara.
Regina suspiro y rodando los ojos, se inclinó hacia la rubia y la beso con una sonrisa en los labios. No podía negarle nada a Emma si la miraba así. Ya sabía dónde había sacado su hijo esa mirada, ya que las tenían iguales.
Emma se sentó a desayunar cerca de Asteria, que la miraba con una sonrisa, de Regina, que le dio una taza con café y un plato lleno de tortitas.
 - Ma… - dijo Henry mirando a Emma. - ¿Hoy vas a entrenar con el abuelo?
Emma alzo la mirada con la boca llena, para mirar a su hijo que estaba enfrente de ella.
- No… Hoy tus abuelos quieren estar un tiempo en familia…- dijo después de tragar el bocado. – Asique hoy podemos hacer lo que queráis… - dijo con una sonrisa a su hijo y a Regina.
- ¿Entrenamiento…? – dijo Gabrielle mirando a la rubia.
- Si… - dijo Henry a Gabrielle. - Emma se está entrenando. El abuelo le enseña la espada y la abuela tiro con arco. Y los dos a montar a caballo… - dijo como si nada.
Emma rodo los ojos.
- ¿Y se te da bien…? – dijo Xena mirando a Emma.
Esta se encogió los hombros.
- No se me da mal, si es lo que preguntas… - cogió otro trozo de tortitas.
Xena frunció el ceño.
- Xena te puede enseñar… - dijo Gabrielle encogiéndose de hombros. – Ella me enseño algunos movimientos. Y Asteria y Ainia también pueden ayudar…
Xena miro a su compañera a los ojos.
Emma paro de comer y miro con la boca abierta a Gabrielle, Asteria y Ainia se miraron entre ellas. Regina miraba todas las reacciones y Henry y Paris sonrieron.
- Di que si ma… - dijo Henry con una sonrisa. – Ellas son Amazonas. He leído sobre ellas, son muy buenas en la lucha y son muy agiles…
Ante ese comentario, Henry se ganó una sonrisa sincera de las 4 Amazonas que se encontraban en la cocina.
- A mí no me importa… - dijo Xena mirando a la rubia. – Después de aceptar salvar a mi hija, es lo menos que puedo hacer…
Emma miro a los ojos a Xena, y en ellos vio la misma mirada que tuvo ella y Regina cuando Henry fue secuestrado. Suspiro y asintió con la cabeza.
- Ok… - dijo con una sonrisa. – Siempre me vendrá bien algún que otro consejo…
Las mujeres sonrieron ante el comentario.
- ¿Qué te parece si empezamos por mostrarme lo que te han enseñado…? – dijo Xena tranquilamente.
Emma se atraganto.
- ¿Ahora…? – dijo mirándola incrédula.
- Cuando terminemos, si… - dijo encogiéndose de hombros.
Emma miro a Regina, buscando apoyo. La morena se encogió de hombros.
- A mí me parece una buena idea… - dijo Regina mirando a su prometida.
Emma miro su plato y luego con un suspiro miro a Xena.
- Esta bien… Pero después de desayunar… - dijo cortando otro trozo de tortita y llevándoselo a la boca.
Xena sonrió.
- Estoy de acuerdo… - dijo mirando su plato con una sonrisa comiendo sus propias tortitas.
Las restantes personas que se encontraban en aquella cocina sonrieron.
Terminado el desayuno, recogida la cocina y vestida Emma, se encaminan hacia las caballerizas donde habían quedado con Mary Margaret, David, el pequeño Daniel y Ruby.
Al verla, Emma alza una ceja y se va directa a su amiga.
- ¿Tú también Ruby? – dice mirándola a la cara.
- Quiero ver como se porta nuestra Esperanza… - dijo sonriendo y guiñándole un ojo.
Cerca de allí, Gabrielle al oír el nombre de Esperanza se queda parada, junto con Xena. Se miran a los ojos, y la morena de ojos azules le pone una mano en el hombro y Gabrielle la mira con los ojos llorosos.
- Disculpadme… - dijo Gabrielle en un sollozo y se marcha corriendo.
Xena suspira y baja la mirada.
- Xena… ¿Qué ocurre…? – dijo Snow acercándose a la guerrera.
Xena mira a Mary Margaret y mira a las otras personas que estaban detrás de ella. Suspiro.
- Así se llamaba su hija… - dijo bajando la mirada. – A la que mate por venganza….
- ¿Venganza...? – dijo Regina acercándose a ella.
Xena la miro a los ojos.
- Ella mato a mi hijo Solan… - dijo con tristeza en la mirada. – Pero eso se quedó atrás. Nos perdonamos. Morimos muchas veces y siempre acabamos juntas. – dijo mirando a Regina y a Emma. – Pero los recuerdos de nuestras vidas sigue ahí… Después llego Paris… - dijo con una sonrisa mirando como el niño jugaba con Henry y Daniel. – Y fue un alivio para ambas…
Regina y Emma miraron con una sonrisa a Xena.
- ¿De quién es hija Eve…? – dijo Mary Margaret mirando a Xena.
Xena miro a Snow con una sonrisa.
- Es mi hija pequeña… - dijo sonriendo. – Aunque prácticamente la crio Gabrielle en la aldea de las Amazonas. – dijo sonriendo.
- ¿Qué edad tiene? – dijo Emma.

- 25 años…. – dijo Gabrielle detrás de Xena. – Y es exacta a su madre… - dijo acercándose y dándole la mano a Xena, quien sonrió a la rubia. - Cabezota, astuta, buena guerrera… Pero sobretodo cabezota…
- También tiene cosas tuyas… - dijo Xena mirándola con una sonrisa. – Tiene tu bondad…
- Mmmm es verdad… - dijo Gabrielle sonriendo.
Xena se hecho a reír ante las palabras de la bardo, haciendo que los demás se rieran.
- ¿Estas mejor…? – dijo Xena en un susurró mirando a Gabrielle a los ojos.
- Si…. – dijo sonriendo y recibiendo un beso de la Princesa Guerrera. – Siento haberme ido así… - dijo mirando a los demás.
- No importa… - dijo Regina con una sonrisa.
- Bueno… Vamos a ver lo que sabes Emma… - dijo Xena mirando a Emma con una sonrisa.
Emma resoplo y miro a todas las personas que estaban allí.
- ¿En serio? – dijo mirando a Xena.
Xena miro con una ceja levantada a Emma.
- Vamos Emma… - dijo Regina.
Emma resoplo, apretó la mano de Regina y se encamino hacia las caballerizas.
- Voy a buscar a Tormenta… - dijo Emma mientras se encaminaba a las caballerizas.
- Voy contigo… - dijo David caminando al lado de su hija.

Mientras, fuera de los establos, Regina, Snow, Ruby, Gabrielle, Asteria y Ainia miraban como jugaban los niños.
- ¿Todavía no han salido? – dijo Xena acercándose con sus caballos.
Las mujeres se dieron la vuelta para mirar a Xena.
- No… - dijo Mary mirándola a los ojos. – Su padre le estará dando consejos. – dijo rodando los ojos con una sonrisa.
- ¡Argo…! – dijo Paris al ver la yegua de su madre guerrera mientras corría hacia ellas.
Las Amazonas sonrieron al ver con que entusiasmo corría el niño para ver a los caballos.
- Paris ten cuidado… - dijo Gabrielle mientras lo miraba con una sonrisa como la morena de ojos azules cogía a su hijo para montarlo.
- Si mami… - dijo sonriendo a su madre. – Además, a mi Argo no me cae. A que no mamá… - dijo mirando a Xena que sujetaba a Paris con una sonrisa.
- Claro que no. Eres su jinete favorito… - dijo la morena sonriendo a su hijo.
Las 3 Amazonas sonrieron al ver el entusiasmo del niño. Y las otras 3 mujeres hicieron igual.

Dentro de los establos, David ayudaba a su hija a ponerse las botas.
- Ya vale, no soy una niña… - decía Emma al ver como David la ayudaba a ponerse las botas y a atarse la armadura.
- Lo sé, cariño… - dijo mirándola con una sonrisa. – Pero no puedo evitarlo… ¿Sabes? Cuando tu madre me dijo que eras una niña y que te llamarías Emma, le dije que, como ella eligió el nombre yo te enseñaría a luchar y a montar a caballo…. – dijo mirándola a la cara con una sonrisa guiñándole el ojo. Emma le sonrió. – Sé que ya eres mayor, pero me hace ilusión…
Emma miro a su padre con una sonrisa.
- Y yo que te lo agradezco papa… - dijo abrazando al hombre con una sonrisa.
Se separaron y ambos se pusieron de pie.
- Bueno, ya estamos… - dijo mirando a su hija. - ¿Sales montada?
- Si… - dijo sonriendo eh imaginándose la cara de Regina al verla montada en Tormenta.
- Muy bien… - dijo David con una sonrisa adivinando los pensamientos de su hija.
Emma se acercó donde Tormenta estaba. Miro al caballo negro a los ojos y le sonrió. Se acercó poco a poco a la puerta, sin dejarle de mirar a los ojos, como su padre le había dicho que hiciera.
Era un caballo magnifico. Grande, negro y de raza Árabe.
Levanto la mano y acaricio al caballo, despacio. Poco a poco lo fue sacando y poniéndole el cabezal. Una vez puesto, acaricio el cuello del caballo.
- Hola Tormenta… - dijo Emma mirando al caballo. – Quizás no me hayas reconocido con todo esto puesto… - dijo señalando la armadura que tenía puesta. – Pero soy yo, Emma… - dijo susurrándole mientras ataba el cabezal y las riendas del caballo. El caballo relincho. – Si amigo, ya me reconociste… - dijo sonriendo. Le puso la silla de montar y el caballo relincho. – Si, tranquilo. Saldremos a dar un paseo… - dijo Emma acariciándole un momento y luego termino de atar la silla. – Ya está… - dijo con una sonrisa Emma y acariciando el cuello del animal.
David se acercó y miro las ataduras del caballo de Emma.
- Listo… - dijo David cuando revisó todo. - ¿Te ayudo?- dijo mirando a Emma.
- No… - dijo acercándose al caballo. – Voy a ver si puedo yo sola. Es la primera vez que monto con la armadura… - dijo resoplando. Se acercó al caballo y de una sola vez, se subió. – ¡Voila…! – dijo con una sonrisa. David sonrió a su hija y se dirigió a su caballo blanco, se subió y miro con orgullo a Emma. – Que… - dijo Emma mirando a su padre.
- Nada… - dijo con una sonrisa. – Solo estoy orgulloso por mi hija… - dijo mirándola con ojos brillantes.
Emma se sonrojo ante ese comentario.
- Vamos allá… - dijo con una sonrisa Emma.
- Muy bien… - dijo David y se dirigió hacia la salida con paso lento del caballo.
Emma suspiro mientras veía a su padre salir.
- Muy bien chico… - dijo Emma al caballo mientras lo acariciaba. – Vamos a que nos vea nuestra Reina…. – dijo espoleando al caballo para que echara a andar.

Fuera del establo, las mujeres, mientras miraban a los niños jugar, estaban hablando entre ellas cuando el relincho de un caballo les hace voltear la cabeza hacia las puestas del establo.
Vieron como salía David, con porte principesco y una sonrisa, sobre su caballo blanco. Se acercó a las mujeres y se dio la vuelta hacia el establo.
- Hola chicas… - dijo con una sonrisa.
- Hola… - dijo con una sonrisa Snow.
- ¡Papi…..! – dijo Daniel acercándose y pidiendo subir con él. – ¿Y Ema? – dijo el niño cuando estaba arriba del caballo con su padre.
- Eso, ¿y Emma? – dijo Mary Margaret mirando con preocupación a su marido.
- Hay sale… - dijo con una sonrisa señalando con la cabeza las puertas del establo.
Las mujeres, junto con los niños, se giraron y vieron como salía un caballo negro, y encima de él a una Emma vestida con la armadura…

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